Sin duda, el cuerpo humano jamás dejará de sorprendernos...
No es broma: nuestros huesos hablan.
Una investigación del Centro Médico de la Universidad de Columbia, en Estados Unidos, afirma que no sólo producen hormonas que se comunican, sino que actúan como auténticas mensajeras con otros órganos como el páncreas y el cerebro.
Lo que resulta impactante es que una de esas, la lipocalina 2, incluso es capaz de suprimir el apetito; ello coloca a nuestro olvidado armazón como un nuevo órgano endócrino ¡con inteligencia propia!
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