Conversaciones imaginarias con Dior, Channel, Saint Laurent y otros...

Conversaciones imaginarias con Dior

Pamela Golbin, curadora jefa de Moda y Textiles del Museo de Artes Decorativas de París, construyó ingeniosas entrevistas con 10 de los modistos más influyentes del siglo XX

Pamela Golbin es probablemente una de las más grandes expertas en la historia de la moda en el mundo. En el museo que dirige, bajo su tutela se han llevado a cabo exposiciones retrospectivas de las grandes figuras de la moda: Cristóbal Balenciaga, Elsa Schiaparelli, Madeleine Vionnet, Christian Lacroix, Jean-Paul Gaultier y Valentino, entre otros. Hija de padre francés y madre chilena, nació en Lima, se crió en Caracas y en Miami, estudió en Nueva York y vive en París desde hace 25 años, donde a los 22 fue la comisaria más joven de Francia.

Apasionada por la moda, particularmente en el período de 1920 a 1930, la época de los grandes creadores, atribuye su amor a la influencia de dos mujeres: su madre, quien vestía de Thierry Mugler y Azzedine Alaïa en los años 1970, y su abuela paterna, gran clienta de Yves Saint Laurent, quien no dudó en tomar el barco de Buenos Aires a París en 1947 para ver el new look de Christian Dior con sus propios ojos...

Autora de varios libros ?Valentino, temas y variaciones, Madeleine Vionnet, Creadores de moda y Balenciaga París?, en Couture Confessions, su último título, cede la palabra a los más grandes diseñadores del siglo pasado, años después de su muerte.

Dialogar con los más célebres modistos muertos... ¡Qué idea! ¿Cómo se te ocurrió?

Cuando organicé la retrospectiva sobre Madeleine Vionnet en el Museo de Artes Decorativas, en el 2009, encontré una gran cantidad de textos en los que ella opinaba. Era tan convincente, que para el catálogo de la exposición, en lugar de interpretar lo que ella decía, la dejé hablarle directamente al lector, lo que se convirtió en una ?entrevista póstuma?. La respuesta fue muy positiva y recibí decenas de mensajes de gente que creía que estaba viva, ¡aunque había aclarado que había fallecido en 1975! Pero me di cuenta de que ese formato permitía a los lectores comprender mejor a la persona detrás del creador. Y lo que yo quería, en este caso, era que el lector sintiera como si estuviera junto al diseñador, en su taller, conversando.

¿Cómo eligió a los diseñadores?

La primera condición es que debían ¡estar muertos! Otra es que su influencia tenía que haber sido grande. Paul Poiret, la primera superestrella entre los diseñadores, era un buen comienzo. De allí continué hasta el presente y terminé con Alexander McQueen. Cada entrevista cuenta una historia personal y un proceso creativo propio. Por eso todas las ?entrevistas? son muy distintas. Algunas son más largas, por ejemplo, las de Poiret o Dior, que eran muy conversadores; Chanel es la más incisiva, McQueen, el más accesible, mientras que Jeanne Lanvin, la más anciana de todos, era la más reticente a hablar, normal porque era realmente de otro siglo.

FOTOGALERÍA: Conoce a los modistos más influyentes del siglo XX

¿Los medios de comunicación de entonces se interesaban tanto en los modistos, como hoy les importa lo que dicen Karl Lagerfeld, Alessandro Michele o Nicolas Ghesquière?

Absolutamente. Pensé que no iba a encontrar nada anterior a la Segunda Guerra Mundial. Mi primera sorpresa fue ver, sobre todo en los medios de comunicación norteamericanos, el constante ir y venir de los modistos franceses a Estados Unidos. A partir de 1910, algunas revistas comenzaron a entrevistar a los modistos o a ofrecerles espacio para que pudieran expresar sus ideas a la clientela. Luego estaban los periódicos, que dedicaban un lugar importante a la moda. Paul Poiret fue el primero que supo usar los medios de comunicación, con los que mantenía una relación muy fuerte. En cambio, de Charles Worth que era anterior a él y es considerado el padre de la alta costura, no encontré nada.

Llama la atención el contenido tan actual de las entrevistas, por ejemplo, sobre la lucha contra las imitaciones.

Exactamente. Una de las cosas que más me marcó fue el hecho de que hace 100 años se hablaba de lo mismo que hoy. Vionnet fue la promotora de las primeras leyes contra la imitación en 1921 y 1922. Ella consideraba que la obra de los creadores debía protegerse y que no había razón para que otros copiaran su trabajo sin pagar.

Christian Dior dice que vivimos en la época de la imagen, un comentario increíblemente actual, considerando que murió en 1957.

Quizás lo que demuestra es que, en cierta manera, el ser humano siempre tiene la misma problemática y cada época debe encontrar una solución adecuada. La moda, por supuesto, refleja sus propias necesidades, deseos, dudas e interrogaciones. ¿La moda es arte? ¿Los diseñadores son artistas o artesanos?¿Qué es la elegancia? ¿Cómo se debe luchar contra las copias e imitaciones?

El tema de los celos, las envidias y las pequeñas maldades entre ellos resulta muy divertido?

No pude evitar incluir esas pequeñas maldades. Vionnet dice que fue ella quien liberó a la mujer del corsé, cuando Poiret se vanaglorió siempre de ser el responsable. Schiaparelli afirma que Chanel hizo lo mismo durante 50 años. Dior era el perfecto diplomático, pero Chanel, en cambio, no perdonaba a nadie. Decía que ningún hombre debería crear ropa para mujeres y, por otro lado, detestaba a Schiaparelli y a Vionnet... El único que se escapa de sus críticas es Balenciaga, aunque también se peleó con él.

Balenciaga era un personaje muy especial, admirado por todos.

Ese fue mi gran desafío en el libro: cómo hacer hablar a Balenciaga cuando él nunca lo hizo, a excepción de una sola y única entrevista, poco antes de morir. Entonces me dije: ?Démosle la palabra a los otros?. Yo le había tomado mucho cariño a este personaje cuando organicé su retrospectiva en el 2007. En esa ocasión tuve la enorme suerte de encontrar a personas que habían trabajado con él, mujeres de entre 95 y 98 años. Para ellas Cristóbal era un dios. Lo que salió de esas conversaciones era que había sido divertido, pero muy riguroso y obsesivo en su trabajo. Para él todo tenía que ser perfecto y los de su equipo tenían que estar tan obsesionados como él. Era de una inmensa generosidad con sus colegas más cercanos, y alguien muy privado. Pero hacía chistes todo el tiempo.

En general se tiene la impresión de que era como un monje en un convento.

Hay que recordar que era un hombre de un medio muy modesto del interior del País Vasco, que se encuentra en un lugar parisino extremadamente favorecido y prestigioso. Además, era homosexual a principios del siglo XX. Ser homosexual en un país tan católico como España, en una familia de pescadores, no debía ser fácil. Parece que tenía un acento muy marcado, por lo que, aparentemente, prefería no hablar para no equivocarse.

¿Por qué la rivalidad entre Chanel y Elsa Schiaparelli?

Chanel fue muy pobre; era huérfana, aunque a veces decía que tenía un padre; mientras que Schiap salía de un medio muy prestigioso, su familia era aristocrática, y un tío era un gran personaje de la ciencia. Por otro lado se encontró sola con un hijo (su marido partió un día y no se sabe a dónde) y debía ganarse su vida. Chanel, cuando comenzó, venía de una situación muy precaria, aunque obtuvo la ayuda de dos aristócratas (sus amantes) para instalarse y Schiap tuvo que buscar el dinero por sí misma y enfrentar tantos obstáculos como Chanel. En definitiva, no se soportaban, ninguna aceptaba el éxito de la otra.

Excepto Yves Saint Laurent y Alexander McQueen, que dicen nutrirse del pasado, la mayoría de los diseñadores afirman que el pasado no les interesa, que solo miran hacia el futuro, como hoy Karl Lagerfeld lo ha comentado.

Eso dicen todos o casi todos, pero, por ejemplo, la primera colección de Paul Poiret en 1907 es un homenaje a la revolución francesa, con sus vestidos de talle imperio. Personalmente creo que es casi imposible no inspirarse en el pasado. Christian Lacroix me dijo una vez que si uno observa las colecciones del período clave en la carrera de un creador, las formas corresponden a la moda de cuando tenía entre 5 y 10 años y veía vestirse a su madre antes de salir.

Hay un pasaje muy bonito en el cual Christian Dior dice que la inspiración para un modelo llega como cuando se espera a alguien en una estación y aparece entre las caras desconocidas.

Está muy bien expresado. Dior sabía hacerlo. Él fue el primero en escribir mucho sobre moda para explicar las líneas y tendencias de cada temporada. Luego las revistas repetían sus palabras una y otra vez. Es un método muy eficaz. Como se hace hoy con los dossiers de prensa.

¿Cuál es su favorito entre todos ellos?

Adoro a Chanel. Ella cuenta miles de cosas y después dice: ?Nunca dije la verdad en toda mi vida? y lo pone todo en duda. Me gusta mucho Saint Laurent, es un poco melancólico, pero sus palabras siempre son justas, y también McQueen, porque estaba totalmente liberado.

¿Cuál es el punto en común entre todos?

Sin duda, es el amor por la moda. Aun si vienen de medios totalmente diferentes, todos manifiestan la misma pasión y perseveraban a pesar de las dificultades. A excepción de Yves Saint Laurent, Madeleine Vionnet y Alexander McQueen, que fueron a una escuela técnica, la mayoría, como Balmain, Christian Dior, Chanel o Elsa Schiaparelli, fueron autodidactas, pero todos encontraron su manera propia de resolver los problemas en una industria que, desde el siglo XIX, nunca dejó de transformarse.

?COUTURE CONFESSIONS, Fashion Legends in Their Own Words? por Pamela Golbin (Ed. Rizzoli, www.rizzoli.com)

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