La princesa Kate y el príncipe William fueron vistos en la isla griega de Cefalonia, luego de su última aparición pública en el Campeonato de Wimbledon hace tan solo unos días. De acuerdo con el reporte de algunos medios griegos, la pareja no llegó sola a este viaje, pues, la princesa Charlotte y los príncipes George y Louis también viajaron con sus padres. Sin embargo, llamó la atención de locales y británicos en general, que al viaje fueron invitados los padres de la princesa: Carole y Michael Middleton.
Hasta el momento se desconoce si los padres de Kate Middleton financiaron su presencia en estas vacaciones o si esta “escapada” viene incluida en el presupuesto de la corona
En redes sociales, el viaje pronto comenzó a causar cierto cuestionamiento entre la población británica, pues, se presume que los royals llegaron a la isla del mar Jónico en jet privado y se les ha visto paseando en vehículos de prestigio. Por supuesto que este tiempo de descanso ha incluido el uso de yates privados, hospedaje en hoteles de lujo y la compañía de equipos de seguridad que garantizan la protección de los miembros de la familia real así como la reserva exclusiva de recintos turísticos.
¿Lujo sin límites o un merecido descanso?
Evidentemente, este viaje comenzó a generar descontento y polémica debido a lo lujoso que está resultando, pues no es el primer periodo de descanso que la familia real británica toma en lo que va del año. A principios de año, aprovechando el periodo vacacional de los pequeños príncipes, Kate y William organizaron un viaje a los Alpes. En febrero, es decir, tan solo un mes después de las vacaciones de invierno, los príncipes de Gales hicieron otro viaje que incluyó como destino la isla de Mustique al norte de Venezuela, esta isla privada, propiedad de Mustique Company, cuenta con villas así como los hoteles The Firefly y Cotton House, donde se estima, el precio por una noche de hospedaje rondan los 1000 y 3000 euros.
Pocas apariciones públicas
Kate Middleton ha sabido mantenerse como una de las figuras más importantes de la familia real británica, sin embargo, antes de su diagnóstico, su índice de aprobación ante los habitantes de Reino Unido ha bajado ligeramente. Esto debido a su ausencia de la vida pública devenida por su tratamiento contra el cáncer. Y es que la población británica no está molesta por el padecimiento de la princesa, pues al momento en el que se dio a conocer su enfermedad, el pueblo demostró apoyo y empatía. Sin embargo, algo que genera intriga y por ende malestar social es que la corona no sea transparente ante las actividades oficiales, pues, mucho de lo que la familia británica recibe viene de fondos públicos.
A pesar de esta situación, Kate sigue conservando su papel como querida futura reina antes muchos británicos que la consideran como una figura moderna, actual y que ha sabido adaptarse a su rol sin tantos escándalos, contrario a la figura de Meghan Markle.
Durante esta escapada a Grecia, Reino Unido ha mostrado su molestia hacia este estilo de vida tan lujoso que disfrutan Kate Middleton y el príncipe William y que no es del agrado de todos. Mientras muchas familias británicas tratan de subsistir al alto costo de vida existente en la nación, los príncipes de Gales disfrutan de una vida y una realidad muy alejada a la de los ciudadanos. Para muchos, el descontento no viene del acto de “tomar un descanso” sino de la combinación de privilegio y falta de actividad oficial que lleva a cuestionar la relevancia de contar con una monarquía en la actualidad.
