Alberto y Charlene, una nueva etapa

Alberto y Charlene

Rumores de todo tipo los han perseguido, desde un matrimonio obligado y un posible divorcio hasta un embarazo misterioso... Pero la pareja real monegasca está feliz con la llegada de sus gemelos

¿Llegarán a ser sus altezas serenísimas Alberto y Charlene de Mónaco unos royals admirados y populares, que entusiasmarán a los fervientes seguidores de la realeza? Hasta ahora han sido una pareja, sin duda, muy singular -y algo “dispareja"-, que realmente no emocionaba mucho a nadie. Pero en los últimos meses no hay duda de que se ven felices y más alegres e ilusionados. ¡Quizás la llegada de sus gemelos a fines del 2014 ha cambiado la percepción que tiene el mundo de los príncipes de Mónaco!

Recordemos que el día de su boda en el 2011, las lágrimas incontrolables de Charlene, los besos un poco fríos de Alberto a la novia y la cara de enfado que ponía cuando Charlene lloraba a mares, sin hacer el menor intento de ser cariñoso o comprensivo con ella, fue un mal comienzo para un matrimonio que ya estaba rodeado de rumores. Se dijo que Charlene había tratado de huir antes de la boda y la habían detenido en el aeropuerto de Niza poco antes de regresar a Zimbabue (al sur del continente africano), donde nació. También se rumoró que el enlace matrimonial no era más que un montaje, porque el príncipe necesitaba casarse... ¡Los comentarios eran más que escandalosos! Pero poco a poco toda la gente se ha ido acostumbrado a verlos juntos, aunque ella no asista a muchos eventos reales y él siga yendo solo a muchos actos oficiales. Ahora, la llegada de sus gemelos al principado cambia las cosas.

FOTOGALERÍA: ALBERTO Y CHARLENE, LIBRANDO OBSTÁCULOS

Recordando un poco la historia de Alberto, hace años , cuando se confirmó que el príncipe de Mónaco tenía un hijo (ahora de 11 años) con una azafata africana de Togo, comenzaron a desaparecer los rumores que siempre habían existido sobre su orientación sexual. Esos comentarios se habían repetido por décadas..., pero lo que sucedía era que a Alberto no le gustaban las princesitas que querían presentarle, pero sí le agradaban las mujeres comunes y corrientes, que no eran de “sangre azul” y que nadie elegía para él. Una fue Tamara Rotolo, una turista estadounidense, nada sofisticada, que él conoció por casualidad en Mónaco en el año 1991, y con quien tuvo en marzo de 1992 a su hija Jazmin Grace, quien ya tiene 22 años. La otra es Nicole Coste, la sexy azafata de Air France, nativa de Togo y madre de su hijo Alexandre, de 11 años.

Los dos niños fueron reconocidos legalmente por Alberto después de morir su padre, el príncipe Rainiero, y de convertirse en soberano de Mónaco en el 2005. Jazmin Grace y Alexandre no podrán acceder al trono, ya que no nacieron “dentro de un matrimonio católico”, pero sí tendrán derecho a una parte muy generosa de la cuantiosa herencia de su padre, ya que no olvidemos que Alberto y todos los Grimaldi son multimillonarios y que constituyen una de las dinastías reales más ricas del mundo. En una reciente entrevista -la primera que ofreció-, la exazafata Nicole Coste (ahora convertida en diseñadora) dijo que el príncipe Alberto era un excelente padre, que se ocupaba mucho de su hijo Alexandre y que ambos tenían una relación muy buena. “El príncipe se ocupa de nuestro hijo y los dos queremos que él sea feliz”. En cuanto a Jazmin Grace, quien últimamente pasa muchos meses en Mónaco, también tiene una excelente relación con su medio hermano.

Cuando nació Alexandre, el príncipe comenzó a pagarle a Nicole 13 mil dólares mensuales para la crianza del niño, y les regaló un apartamento en un impor tante barrio de París y una mansión en Villefranche-sur-Mer, cerca de Mónaco, de 2.5 millones de dólares. Hoy día, Nicole, quien tiene otros dos hijos de un primer matrimonio, vive entre Londres y Mónaco.

En cuanto a Charlene Wittstock, quien tiene 20 años menos que Alberto, desde el 2010 vive en Mónaco y había esperado con paciencia a que Alberto decidiera casarse con ella. Mientras tanto, fue entrenada para el rol de princesa. El romance entre ellos comenzó en el 2006, aunque se habían conocido en el 2001, y nadie creía que iba a terminar en boda. Después del extraño matrimonio en el 2011, como Charlene no acababa de salir embarazada, los chismes sobre un posible divorcio no cesaban.

Dicen que la princesa Carolina no quería que Alberto y Charlene se casaran, y que cuando lo hicieron tampoco deseaba que tuvieran hijos, pues por deseo del fallecido príncipe Rainiero, su hijo Andrea Casiraghi estaba designado como heredero del trono si Alberto no tenía descendencia. Mucha gente dice que Carolina estuvo molesta con el embarazo de Charlene y se lleva tan mal con su cuñada, que por eso no fue al tradicional Baile de la Cruz Roja de Mónaco -por primera vez en años-, y tampoco asistieron sus hijos Andrea, Carlota y Pierre Casiraghi ni su hermana, la princesa Estefanía.

Es un hecho que Carolina hizo un total boicot a la fiesta porque Charlene -a quien no puede ver ni en pintura, según algunas personas- decidió organizarla ella sola, imponiendo la actuación de su amiga, la cantante de jazz Diana Krall, y contrariando en todo los deseos de Carolina y de Estefanía. El resultado fue que hasta el diseñador Karl Lagerfeld y la socialité Lynn Wyatt, que acuden todos los años, esta vez no fueron y, según comentó un invitado, “la fiesta fue un total desastre: aburridísima y llena de cursilerías”.

Aun así, Charlene, con su vestido de Dior, largo, en azul marino, estilo premamá y con su pequeña diadema y aretes de diamantes rosados de Graff, llamó la atención de todos esa noche. Y fue la ocasión perfecta para mostrar al mundo su barriguita, porque unos días antes un periódico alemán había publicado que el embarazo de la princesa era un misterio y algo inexistente. Eso desencadenó rumores, porque Charlene “brillaba por su ausencia”.

Hoy, Alberto y Charlene son los felices padres de uno lindos gemelos. El 10 de diciembre de 2014 nacieron los mellizos, una niña llamada Gabriella y un niño de nombre Jacques, declarado ya como príncipe heredero de Mónaco y Marqués de Baux, aún cuando nació minutos después que su hermana.

FOTOGALERÍA: ALBERTO Y CHARLENE, LIBRANDO OBSTÁCULOS

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