La latina que enamoró a los holandeses

La latina que enamoró a los holandeses

Máxima de Holanda muestra en todo momento su alegría de vivir. ¡Es una de las princesas más simpáticas del mundo!

“Soy latina y continuaré siéndolo en muchos aspectos de mi cultura”, dijo la princesa Máxima de Holanda, mientras bailaba y cantaba en una visita a la isla de Aruba, en el Caribe holandés. “Me encanta bailar, cantar, y seguiré bailando y cantando toda mi vida”. Y mientras trataba de “empujar” sin mucho éxito a su marido, el príncipe Guillermo Alejandro, para que bailase al compás de los ritmos caribeños, la princesa argentina rió a carcajadas y comentó: "¡Trato de animarlo a hacerlo, pero es que tiene las caderas un poco rígidas!”. Aun así, los príncipes siguieron su tour bailable en São Paulo, Brasil, donde recientemente Máxima demostró su amor por la samba y su gran alegría de vivir, y se anotó otro triunfo en los medios de comunicación mundiales. Según dijo un diplomático holandés: “La princesa es la mejor ‘tarjeta de visita’ que tiene Holanda”.

La muy guapa Máxima Zorreguieta, argentina de origen vascoitaliano, no solo es la feliz esposa de Guillermo de Orange-Nassau, príncipe heredero de Holanda, con quien ya tiene 11 años de matrimonio, sino una de las princesas más simpáticas y queridas del mundo. Es cariñosa y se muestra siempre con una sonrisa y una actitud positiva. Vistosa y guapa, esta madre de tres niñas es una mujer latina moderna y educada, que queda estupendamente dondequiera que va, y demuestra que su charme va mano a mano con su éxito, por sus estudios y su experiencia profesional. ¿Otra cosa que siempre encanta? Que Máxima, quien sigue teniendo doble nacionalidad: argentina y holandesa, sigue pasando vacaciones en su país, junto a su familia, les habla a sus hijas en español y les inculca las costumbres latinas. Ella hace que las niñas compartan con sus abuelos, tíos y primos, y que disfruten de la cocina argentina que tanto echa de menos en su país adoptivo. ¿No les parece fabuloso?

En Holanda, a Máxima la adoran y se lo demuestran con frecuencia, como ocurrió cuando los príncipes compartieron en la première del filme Nova Zembla, en un evento solidario, con la famosa modelo holandesa Doutzen Kroes, uno de los ángeles de Victoria’s Secret. La prensa dijo que la princesa, con un modelo negro de un solo hombro, el pelo recogido y brazaletes y aretes de brillantes, lucía como “una heroína de cine”.

Los príncipes de Holanda en el estreno del filme

Los príncipes de Holanda en el estreno del filme “Nova Zembla”, junto a la modelo Doutzen Kroes y el director Reinout Oerlemans

Todo lo que hace Máxima (¡de quien se rumora la posibilidad de un próximo embarazo!) está bien ante su pueblo, y eso es precisamente lo que corresponde a una princesa moderna en medio de este mundo de crisis y austeridad, pues su carácter cercano y su personalidad extrovertida y vivaz es -según una periodista local- “un bálsamo para el pueblo, que siente que la princesa lo comprende y lo quiere”.

Si no fueran genuinos sus gestos y la alegría que muestra en los actos públicos que comparte con la gente, habría que darle un Oscar por ser una consumada actriz. Pero la princesa Máxima siempre se ha ganado a los holandeses por demostrar en su rostro lo que siente. De esa manera conquistó a su marido.

Recordemos que el matrimonio de Máxima con el príncipe heredero Guillermo de Holanda comenzó con las lágrimas de la novia en su boda. Sus padres no estaban allí, sino viendo la boda por televisión en un hotel de Londres, pues el gobierno holandés había prohibido que Jorge Zorreguieta, exministro en el gobierno del dictador Jorge Videla, en Argentina, llevara al altar a su hija o asistiera a la boda. María del Carmen Cerruti, la madre de Máxima, acompañó a su marido en el hotel y tampoco estaba en la boda. Fue un día agridulce para la guapa argentina, quien tuvo que aceptar la decisión tomada porque se estaba casando ¡por amor! con el hombre de su vida.

Vestida de Valentino, lloró mucho, pero lo aceptó todo para evitar problemas con la Casa Real. Aquello fue un golpe muy duro para ella, porque Máxima Zorreguieta, nacida el 17 de mayo 1971, en Buenos Aires, siempre ha estado muy unida a su familia. Y fue en ese momento en que mostró un carácter abierto y sincero, igual que muy respetuoso con su nuevo país, que Máxima se ganó el cariño y el respeto de los holandeses.

La sonrisa que ilumina su rostro y sus gestos físicos de cariño (¡abraza mucho a la gente con genuino afecto!) la han convertido en la princesa más popular de toda Europa, ya que “infunde optimismo y alegría a todo el que la conoce”, como ha comentado un periódico holandés.

Los obstáculos que se presentaron cuando se comprometió con Guillermo fueron muchos, pues el gobierno holandés no quería que una extranjera sin una gota de sangre real fuera la futura reina, por lo que trataron de todas las formas que el matrimonio no se celebrara. Pero Máxima -que habla holandés perfectamente y se ha adaptado a las costumbres de su nuevo país- tuvo el amor y el apoyo de Guillermo Alejandro, quien se había enamorado locamente de la guapa argentina. Al poco tiempo, tuvo también el apoyo de la reina Beatriz, con quien Máxima se lleva de maravilla, y la ha hecho abuela de tres niñas rubias que la reina “sencillamente adora”.

Los príncipes de Holanda

Una familia llena de amor. Los príncipes de Holanda y sus hijas Catalina Amalia, Alexia y Ariane

Lo que en 1999 comenzó en una caseta de la Feria de Sevilla, donde Máxima conoció a un chico llamado “Alexander”, a quien describió como un “pelirrojo, medio tonto, estirado y antipático”, que “no sabía bailar”, se consolidó cuando -ya sabiendo su verdadera identidad- la pareja comenzó a salir en New York, donde Máxima trabajaba en la financiera Dresdner Kleinwort Benson, y siguió adelante, terminando en boda en el 2002. Así se convirtió en la princesa de los Países Bajos, princesa de Orange-Nassau y señora de Van Amsberg, y seguramente en la primera reina argentina de la historia.

Desde el accidente que el cuñado de Máxima, el príncipe Frisso, sufrió esquiando, quien sigue en coma, lo que ha afectado mucho a la reina Beatriz, se rumoraba que esta iba a cederle la corona a su hijo Guillermo Alejandro, igual que hizo en vida su madre, la reina Juliana, con ella. Este rumor ya es una realidad. La reina anunció el 28 de enero su abdicación al trono en favor de su hijo, en un mensaje televisado a la ciudadanía. La abdicación formal será el 30 de abril. Guillermo Alejandro, Máxima y sus tres hijas (la princesa heredera Catalina Amalia, Alexia y Ariane) están listos para subir al trono, porque forman una familia feliz, unida por el amor y la alegría, y están muy comprometidos con su país.

Máxima también realiza una gran labor social y humanitaria, representando a Holanda en conferencias internacionales, incluyendo las que apoyan la diversidad y los derechos de las mujeres y las minorías en todo el mundo -una de sus causas favoritas-, además de ayudar a muchas organizaciones de caridad.

Todos los años, los royals viajan a Argentina y Catalina Amalia y sus hermanas están muy familiarizadas con su herencia materna. Además de su casa de verano en la isla griega de Spetses (donde se casó el príncipe Nicolás de Grecia con Tatiana Blatnick, y Máxima y Guillermo Alejandro se enamoraron de las playas), la familia ha comprado la estancia Villa Angostura, a 80 kilómetros (50 millas) de Bariloche, y sus escapadas a la Patagonia los alejan de las nieves de Europa cada vez que pueden.

Las niñas adoran los deportes y estuvieron en los Juegos Olímpicos de Londres en el 2012. A Catalina Amalia le fascina su rol como princesa heredera y posa con absoluta naturalidad y sonriente, siguiendo el ejemplo de su madre.

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