El glaucoma es la segunda causa principal de ceguera que se puede prevenir, a nivel mundial
Uno de los sentidos más importantes que tenemos es la vista, pues la mayor parte de la información que recibimos es a través de los ojos.
Este 12 de marzo se celebra el Día Mundial del Glaucoma, una enfermedad ocular que causa la pérdida de la visión y, de acuerdo con datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que 4.5 millones de personas a nivel mundial han perdido la vista a causa del glaucoma primario, lo que representa poco más del 12% de los casos de ceguera a nivel mundial.
Esta enfermedad, crónica y progresiva, afecta el nervio óptico de ambos ojos, causando ceguera y daño en el campo visual, y existen cuatro tipos de glaucoma principales:
Glaucoma de ángulo abierto (crónico): Es el más común y se caracteriza por un aumento en la presión ocular lentamente con el tiempo empujando al nervio óptico. Este tipo de glaucoma tiende a ser hereditario y el riesgo es mayor si uno de los padres o abuelos tienen o tuvieron este tipo de glaucoma. Las personas de origen africano están en un riesgo particularmente alto de padecer esta enfermedad.
Glaucoma de ángulo cerrado (agudo): Ocurre cuando se bloquea súbitamente la salida del humor acuoso. Esto provoca una elevación rápida, intensa y dolorosa en la presión dentro del ojo. Este tipo de glaucoma es una situación de emergencia, ya que daña la visión en forma lenta e indolora.
Glaucoma congénito: Se observa en bebés y con frecuencia se transmite de padres a hijos (es hereditario). Este tipo de glaucoma está presente al nacer y es causado por el desarrollo ocular anormal.
Glaucoma secundario: Es causado por algún tipo de fármacos como los corticosteroides; enfermedades oculares como la uveítis, sistemáticas o por alguna lesión.
En este sentido, la importancia de su detección temprana es vital, pues si bien la enfermedad es incurable, un 90% de la ceguera que provoca el glaucoma podría evitarse mediante la detección temprana y de tratamiento. Se recomienda realizar un revisión anual con un especialista a las personas mayores de 40 años, con diabetes, hipertensión, miopía, hipermetropía, que padezcan migraña o que tengan antecedentes familiares de la enfermedad. Los tratamientos no curan la enfermedad, solo estabilizan al paciente y detienen el daño, por lo que es primordial que hacerse una revisión periódica anual.
