Auroras boreales, cuando el cielo cambia de color

Auroras boreales

La temporada de auroras boreales ha comenzado y el norte de Noruega es un lugar perfecto para descubrir la danza de estas ondulantes cortinas de vibrantes luces

Desde comienzos de octubre se han comenzado ya a avistar auroras boreales en la Laponia noruega, como muestran numerosos testimonios con impresionante fotos colgadas en las redes sociales, y se podrán ver hasta mediados de abril, aunque eso sí, quien vaya en su búsqueda deberá ser paciente y recordar que está a merced de la naturaleza.

Lo mejor para quien viaje al norte de Noruega con la intención de ver, sí o sí, este sorprendente fenómeno es comprobar la previsión de auroras boreales proporcionada por el Instituto Geofísico de la Universidad de Alaska y, aún con ella en la mano, sentarse a esperar con paciencia a que este impactante baile de luces esté dispuesto a dejarse ver.

Vistas de comienzos del otoño en el fiordo Naeroyfjord, uno de los brazos del Sognefjord, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Foto: EFE

Los mejores meses para ver este fenómeno son octubre, febrero y marzo, entre las 6 de la tarde y la 1 de la madrugada, y aunque es posible verlas en toda Noruega los mejores lugares están por encima del Círculo Polar Ártico, en el norte del país, entre las islas Lofoten y el Cabo Norte, especialmente en Tromso, la capital ártica.

Pero Noruega ofrece mucho más que auroras boreales, y en invierno se puede visitar el país nórdico para hacer otras muchas actividades, como avistamiento de ballenas en Vesteralen, probar los trineos de renos o de perros, realizar excursiones con motos de nieve por los desiertos paisajes nevados o participar en un safari del cangrejo real en Kirkenes, en la Laponia noruega.

FIORDOS Y TRENES

Con todo, lo más visitado del país escandinavo son sus famosos fiordos, angostas entradas de mar formadas por la inundación de valles excavados por la acción de los glaciares, con increíbles y vertiginosos miradores como el de El Púlpito, una roca situada 600 metros por encima del fiordo Lysefjorden; la roca Kjerag, un peñasco encajonado entre paredes con vistas al mismo fiordo; o la roca Trolltunga, en Hardanger.

Sognefjord y Naeroyfjord son los dos fiordos, de impactante belleza, declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en cuyo camino se puede hacer una parada para disfrutar de unas impresionantes vistas desde el premiado mirador Stegastein, construido en madera y acero y que cuelga 30 metros en el aire y 650 metros sobre el fiordo.

Vista de una de las esculturas en el recién inaugurado parque artístico Ekeberg de Oslo, en la colina en la que el pintor noruego Edvard Munch se inspiró para su icónico cuadro de ‘El Grito’. Foto: EFE

Norway in a Nutshell es una de las excursiones más populares de Noruega, e incluye un fascinante viaje en el tren de Bergen, el antiquísimo tren de Flam, un crucero por los fiordos Aurlandsfjord y Naeroyfjord y un recorrido en autobús por la empinada carretera Stalheimskleiva.

El tren de Flam serpentea desde la estación de montaña de Myrdal, a 865 metros, hasta el pequeño pueblo de Flam, enclavado en la esquina más interior del fiordo Aurlandfjord, y avanza durante 20 kilómetros por un cambiante paisaje de majestuosas montañas, ríos que cruzan profundos barrancos, increíbles saltos de agua, montañas con cimas nevadas y granjas de montaña situadas en las escarpadas laderas.

Bergen, conocida por Bryggen, su muelle hanseático de coloridas casitas de madera nombrado Ciudad del Patrimonio Mundial por la Unesco, ofrece al visitante un inolvidable recorrido que le transportará 900 años atrás en el tiempo, aunque también puede convertirse en punto de partida para un crucero por los fiordos u otro tipo de actividades al aire libre, como el kayak, rápel en cascadas, rafting, pesca de altura o senderismo.

OSLO, NATURALEZA Y CULTURA

La naturaleza inunda de tal forma Noruega que su poderío se deja sentir también en todas sus ciudades incluida su capital, Oslo, situada entre bosques y colinas, una combinación perfecta de vida urbana y acceso fácil a la naturaleza, como muestra el hecho de que, en invierno, los habitantes de la capital se desplacen, esquís en mano, en el metro hasta la estación de esquí más cercana, a solo veinte minutos del centro.

Para los más urbanitas, los nuevos emblemas arquitectónicos de Oslo ofrecen un motivo añadido para visitar una ciudad con una nueva zona de los muelles en la que se mezclan museos, como el nuevo de arte contemporáneo Astrup Fearnley, restaurantes y hoteles de los que The Thief, comprometido con el arte contemporáneo, es solo un ejemplo.

La Casa de la Ópera, con su tejado inclinado, se ha convertido en lugar de paseo y referencia para los noruegos por la zona de Bjorvika, junto al Oslofjord, un barrio en el que también irá en el futuro el nuevo Museo Munch, dedicado al pintor noruego Edvard Munch, a cuyo 150 aniversario de nacimiento se ha dedicado todo 2013 con numerosos eventos repartidos por toda Noruega.

Uno de los más destacados en el Año Munch ha sido la inauguración, el pasado 26 de septiembre, del Parque Ekeberg, la colina en la que Munch se inspiró para pintar su cuadro más emblemático, El Grito , y que a partir de ahora permitirá a sus visitantes contemplar obras de una treintena de artistas internacionales mientras pasean o contemplan el fiordo adentrándose en la ciudad.

El cielo iluminado por vibrantes colores procedentes de una aurora boreal en la isla de Kvaloya, cerca de Tromso, norte de Noruega. Foto: EFE

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