Los más curiosos mercadillos alemanes

Los más curiosos mercadillos alemanes

Si planeas unas vacaciones por Europa, incluye en tu agenda estos interesantes lugares

El olor a vino especiado, a almendras y jengibre es sinónimo de mercadillo navideño alemán, una tradición que regresa cada año a finales de noviembre. Pero además de degustar especialidades regionales, comprar artesanías y disfrutar de conciertos, también hay espacio para propuestas sorprendentes.

VENCER A SANTA CLAUS: A orillas del Elba, la ciudad de Magdeburgo acoge uno de los concursos más estrambóticos de las Navidades, en el que los concursantes deberán derrotar al mismísimo Santa Claus. “Schlag den Santa” se estrenó en 2014 y sobre el escenario del mercadillo de Navidad, los participantes miden sus fuerzas en disciplinas como decorar árboles, empaquetar regalos o levantar sacos cargados de regalos. Además, se busca también el villancico más estrafalario y la mejor frase o dicho de la temporada. Los ganadores son coronados en diciembre.

MERCADILLO ERÓTICO:
Provocador como pocos, el mercadillo navideño “Santa Pauli”, instalado en la famosa Reeperbahn de Hamburgo, no es apto para los más devotos. Hasta el 23 de diciembre, los curiosos pueden participar en un karaoke porno, pasearse por su carpa de strippers y saludar a sus "ángeles calientes”. Todo ello regado con una buena selección de cocteles, la música de los DJs más fiesteros y una desenfadada oferta de productos para regalar en Navidad.

BIO, VEGANO Y SIN GLUTEN:
En el barrio berlinés de Prenzlauer Berg, los domingos se pueden degustar salchichas y “Glühwein” (vino especiado) bio, oca de crianza ecológica o productos de comercio justo. En el tradicional Christkindlmarkt de Múnich hay, además, dulces veganos y sin gluten. Y para mantener la coherencia, los puestos reciben suministro energético de fuentes renovables.

BOLAS NAVIDEÑAS GIGANTES: Quienes siempre quisieron saber cómo es por dentro una bola de Navidad, tendrán que visitar el mercadillo de Ludwigshafen, cerca de la turística Heidelberg. Allí puede verse una bola transitable de cinco metros de altura con 20 mil bombillas de LED. Cuenta con dos puertas para poder entrar y salir por ella.

EL ABETO MÁS ILUMINADO: Alrededor de 6 mil luces de LED iluminan el árbol de Navidad más emblemático de Fráncfort, situado en la bonita Römerplatz. Y no es para menos, pues mide unos 30 metros de altura. ¿El problema? Para conseguir un árbol así, éste tiene que tener en torno a 100 años.

COBRE Y CARÁMBANOS:
El mercadillo medieval del palacio de Dresde estará presidido este año por un árbol de cobre. Si el frío acompaña, de las ramas de este peculiar abeto de cuatro metros de altura y hecho a mano manará agua que se congelará formando bonitos carámbanos. Y es que después del incendio que se produjo hace unos años, está prohibido decorar los árboles con velas, como es tradición en Alemania. Además, este abeto tiene una ventaja extra: cada año será más verde, debido a la pátina que se genera al corroerse el cobre.

LA MAYOR PIRÁMIDE NAVIDEÑA: Se encuentra también en Dresde, esta vez en el Striezelmarkt, uno de los mercadillos navideños más antiguos de Alemania, o eso dice al menos el libro Guinness de los Récords. Su pirámide navideña mide 14.62 metros y alberga 43 figuritas repartidas en sus seis pisos. Esta especie de carrusel elaborado en madera y decorado con distintos motivos navideños es típico de la región de los Montes Metálicos, en la frontera con la República Checa.

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