El Mediterráneo de los famosos

El Mediterráneo de los famosos

Capri, Cannes, Niza, St. Tropez, Mónaco... son los destinos turísticos preferidos por sus glamorosas playas

Hay algo maravilloso en la belleza del Mediterráneo y por eso los famosos lo adoran. Las playas francesas de St. Tropez, como siempre, han estado de moda y allí estuvieron la princesa Carolina de Mónaco y sus hijos con sus novios: Andrea Casiraghi con Tatiana Santo Domingo; Pierre Casiraghi con Beatrice Borromeo, y Carlota Casiraghi con Alex Dellal. También las disfrutaron Naomi Campbell, la baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza, Ivana Trump, Robert De Niro y muchos más.

En este típico pueblito de pescadores estilo “tarjeta postal” vemos lo último-de-lo-último desde que fue “puesto en el mapa”, cuando Brigitte Bardot se mudó allí en los años 60 y comenzó a tomar el sol ¡topless! A su puerto llegan ahora más yates que nunca, de donde se bajan Valentino o Giorgio Armani. Y es posible encontrar a muchas celebridades cuando lo visitamos a pie, recorriendo sus callecitas, sus boutiques y su pequeña iglesia. Al final del día todos se sientan en el puerto, en el Café de París o el Café Senequier.

Sus playas se “despiertan” tarde y a las 2 p.m. todos están bronceándose y comiendo como reyes en los restaurantes. Las mejores están a lo largo de un estrecho de 4,8 kilómetros (3 millas), que se llama la Route des Plages. Está la playa Club 55, sofisticada y con un restaurante muy chic. Muchos comensales atracan allí sus yates y llegan con sus pareos y bikinis. La Voile Rouge es la playa más loca, con una discoteca que parece que jamás cierra. Y de los beach clubs alineados en las playas, el Tahití es el más antiguo, y Moorea y Key West también son excelentes.

Puedes tomar el sol, pasear en barco, hacer compras en las boutiques y excursiones a lugares cercanos en la Provenza, como Aix-en-Provence, Arles, Les Baux, St. Remy de Provence, o tomar el expreso o el tren local, e irte de St. Tropez en dirección a Antibes, Cannes, Niza o Mónaco, ya que todo está cerca. Si te gusta lo glamoroso, pasa un fin de semana en St. Tropez; vuela a Niza y haz allí tu centro de operaciones, para ir después a Cannes o a Mónaco, desde donde puedes hacer excursiones a St. Paul de Vence, Antibes, Villefranche-sur-Mer, etc.

Si estás en Cannes, conduce una hora por la costa del Estérel, uno de los paseos más lindos de la tierra, con rocas rojas junto al mar. De Cannes o de Niza, también puedes ir a Mónaco por el día en el tren local o conduciendo por la basse corniche y haciendo paradas cortas en Villefranche-sur-Mer y St. Jean-Cap-Ferrat, junto al Mediterráneo. Al llegar a Mónaco, la vista del puerto lleno de yates y su casino de Montecarlo es realmente fabulosa.

En la isla de Capri hay algo muy romántico. Quizás sea su situación, en medio del rabiosamente azul Mediterráneo en el golfo de Nápoles, a corta distancia de los bellos pueblos italianos de Positano, Amalfi y Sorrento; las rocas de donde cuelgan villas blancas o los dramáticos Farallones en medio del mar. Capri ha sido siempre sinónimo de famosos como Jackie Kennedy Onassis, los Versace, los Agnelli y Tom Cruise, a quienes hemos visto en fotos paseando por sus calles y llegando a sus puertos en grandes yates, muy bronceados, con sus enormes gafas de sol. Allí llegan parejas que comienzan un nuevo romance y se esconden en villas privadas.

A Capri puedes llegar en helicóptero; en ferry o hydrofoil desde Nápoles o desde la costa de Amalfi, aunque también puedes llegar en un elegante yate. Allí los emperadores romanos tenían sus palacios de verano, cuyas ruinas podemos recorrer e imaginarnos sus vidas en un lugar tan maravilloso. La historia habla de orgías, noches de locura, intrigas y grandes amores. Puedes visitar la Grotta Azzura, una cueva con aguas azules fosforescentes. Cuenta la leyenda que tiene ese color porque siglos atrás se hundió un barco con un valioso cargamento de tintes, y el intenso color azul tiñó las aguas y las paredes de la gruta. Esto contribuye a la magia del sitio, que aunque está lleno de turistas, vale la pena conocer.

Si estás en forma, puedes ir a pie a la Villa Jovis, escalando una gran colina. Era una de las villas de Tiberio, quien pasó aquí sus últimos años, y dicen que desde lo alto del precipicio el cruel emperador tiraba al mar a sus enemigos. También puedes visitar en Anacapri, en lo alto de la isla, la villa San Michelle, que construyó el famoso escritor sueco Axel Munthe sobre los restos de una villa romana. ¡Pasarás unos días deliciosos!

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