La piscina más larga del mundo

La piscina más larga del mundo

Situada a 200 metros del suelo, en la planta 57 del hotel Marina Bay Sands, Singapur, tiene 150 metros de extensión y está flanqueada por un parque tropical

La “piscina infinita” ofrece espectáculos incomparables para quien la recorre, se baña en su estanque o reposa en sus camastros: el de sus aguas bordeadas de palmeras y jardines por un lado, y por un inquietante vacío, por el otro. También es un espectáculo contemplar las impresionantes vistas panorámicas de la ciudad de Singapur que se aprecian desde sus plataformas y miradores.

El aspecto es el de un alargado barco apoyado sobre tres torres. Una estructura diseñada por el arquitecto Moshe Safdie y que comparten la piscina Infinity Pool con el parque-mirador Sands SkyPark que la abraza por tres de sus lados. También resulta espectacular para quien contempla desde la distancia este oasis situado a 200 metros del suelo.

La ‘piscina infinita’ está al aire libre y está considerada por la revista Forbes como la piscina elevada más larga del mundo. Desde la web del hotel de cinco estrellas en Singapur, señalan ofrecen la sugerente invitación de “nade en la cima del mundo”.

En la cima de Singapur

“El Marina Bay Sands Hotel consta de tres torres coronadas por el Sands SkyPark, y dispone de más de 2,500 habitaciones y suites, repartidas en 55 plantas con vistas al mar de China Meridional, a Marina Bay y a Singapur. Además es el hotel más grande de la ciudad”, informa Ellse Li Si Tan, portavoz del establecimiento.

Según los datos proporcionados por Tan, cada una de las torres del hotel está conformada por construcciones inclinadas y soportes rectos que se conectan entre si en el nivel 23 para formar un solo edificio, y su torre Número 1, tiene una pendiente tan pronunciada que alcanza los 26 grados de inclinación, lo que convierte al MBSH en uno de los hoteles más complejos construidos hasta ahora.

Asentado en la parte superior de las tres torres del hotel, el parque Sands Skypark es un oasis tropical de 12,400 metros cuadrados de superficie, con una longitud mayor que la altura de la Torre Eiffel y lo suficientemente grande como para aparcar cuatro aviones jumbo A380 o encajar tres campos de futbol, extendiéndose hasta formar una de los mayores voladizos públicos del orbe, de acuerdo a la portavoz del hotel.

El Sands Skypark está construido a 200 metros la altura, sus exuberantes jardines son el hogar de 250 árboles y 650 plantas y ofrece una plataforma de observación pública a la que se puede acceder comprando un boleto y con capacidad para albergar a cientos de personas, de acuerdo a Ellse Li Si Tan.

Si esta obra maestra arquitectónica que es el Sands Skypark es la joya del hotel, el gran tesoro de este “parque del cielo” es su piscina Infinity Pool, que se extiende 150 metros y cuyo uso est· destinado principalmente a invitados y huéspedes del hotel.

Nadando a 200 metros de altura

A quien le apetezca darse un chapuzón en esta piscina, que mide tres veces la longitud de una piscina olímpica y se sitúa a unos 650 pies (198 metros) sobre el nivel del suelo, es necesario no sufrir de vértigo ante las alturas, señalaba el diario británico Daily Mail en 2010, año en que Las Vegas Sand Corporation inauguró el MBSH.

Aunque según este medio, nadar hasta su orilla, no es tan arriesgado como parece, ya que en la ‘piscina infinita’ el agua parece terminar en una caída en picada situada en sus bordes, pero en realidad el líquido que se desborda se derrama en un área de recogida desde donde se bombea de nuevo en la piscina, que es la más grande al aire libre a esa altura que existe en el mundo.

“El hotel es realmente magnífico y sus tres torres entrelazadas en lo alto por la piscina desbordante son uno de esos edificios en los que uno podría estar horas y horas contemplando y no se cansarÌa”, explica el presentador de televisión Xavi Coral, en su columna del diario electrónico Ara.

Según Coral, quien se alojó recientemente en el MBSH y ha estado en la Infinity Pool, “todo lo que hay en este complejo hotelero, más grande o más pequeño, más lujoso o menos, se puede encontrar en otros lugares del mundo, pero lo que lo hace único es la piscina, a la que se accede en un ascensor “supersúnico"".

Coral apunta un dato curioso del que ha sido testigo directo: “de día y en verano, esta piscina se llena de familias orientales, de una masa ingente de bañistas y turistas que la visitan como una atracción, utilizando un ascensor que va directo desde la calle y fuera del agua no queda ninguna tumbona libre”.

“Sin embargo, por la noche, cuando ya no queda prácticamente nadie, el huésped del hotel puede ponerse el bañador y el albornoz, marcar el piso 57 en el tablero del ascensor y reconciliarse con esta piscina desbordante, que enlaza arriba del todo las tres torres del Hotel Marina Bay Sands”, señala Coral.

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