Viajando con Gauguin por la Polinesia Francesa

Viajando con Gauguin por la Polinesia Francesa

Lo que el pintor vio aquí lo reflejó en sus cuadros. Ahora podrás seguir sus pasos...

La Polinesia Francesa, un territorio enorme en medio del Pacífico aún más enorme, está formada por varios grupos de islas, que son como unos paraísos en medio del mar. Paraísos que incluyen las famosas Tahití y Bora Bora, pero también cientos de otras islas y atolones volcánicos y coralinos poco conocidos. Muchas pertenecen a Francia (que las gobierna como un conglomerado en ultramar, aunque tienen su propio presidente) desde el siglo XIX y todas son tan bellas, que su naturaleza nos hace creer en algo superior al instante.

Tenemos las islas Australes, las Bass, las Gambier, las Marquesas, las de la Sociedad y el archipiélago Tuamotu. Muy conocidas entre ellas son Hiva’Oa y Nuku Hiva (de las islas Marquesas), Bora Bora, Tahití, Huahine, Maiao, Maupiti, Mehetia, Moorea, Raiatea, Tahaa, Tetiaroa, Tubuai y Tupai (de las islas de la Sociedad), y Rapa Nui (o Isla de Pascua, donde los científicos aún no saben cómo los nativos pudieron construir las enormes estatuas de piedras que allí están). Es maravilloso ver como la imagen más vívida que tenemos de ellas nos llega de la pintura de Paul Gauguin y más tarde del cine.

El caso de Gauguin es muy curioso, y vale la pena contarlo, porque casi todos los grandes artistas del siglo XIX trabajaban cerca de sus ciudades de origen, sin buscar nuevos mundos, y pasaron sus vidas sin el menor deseo de conocer lugares lejanos y menos aún países exóticos. Pero Gauguin -de ascendencia francesa por su padre y peruana por su madre- a finales del siglo XIX zarpó para encontrar “nuevas fuentes de inspiración”, viajó a tierras casi desconocidas, abandonó a su familia francesa y comenzó sus viajes a la Polinesia, donde murió en las islas Marquesas en 1903, a los 55 años. A los 7 años, el pintor había vivido en Lima, y quizás lo que vio en Perú se le quedó muy adentro, por lo que la Polinesia Francesa que reflejó en sus cuadros fue su nueva búsqueda y lo que creó allí es un fascinante “diario de sus viajes”. Hasta el día de hoy, las pinturas de sus paisajes y de las bellas mujeres de Tahití son la imagen ideal que inspiran carteles de turismo y folletos de viajes.

Por eso me parece que un viaje que “recree” los pasos de Gauguin es una gran aventura, de esas que hacemos una vez en la vida. Pueden tomar un crucero en el barco MS Paul Gauguin, creado para conocer la belleza de algunas islas tal como hizo el pintor, durante siete noches, saliendo de Papeete, en Tahití, visitando Raiatea, Tahaa, Bora Bora y Moorea. Este lujoso barco tiene planeadas 38 expediciones distintas de la zona en el 2010, todas muy interesantes.

Otros cruceros (Princess, Royal Ca-ribbean, Holland, Seven Seas Voyager, etc.) incluyen las islas en sus itinerarios del Pacífico.

Royal Caribbean, en su lujoso barco Rhapsody of the Seas, ofrece un maravilloso crucero de 16 noches que sale de Hawai, recorre Papeete, Moorea, Bora Bora, Raiatea y termina en Sidney, Australia. Otra opción es volar a Tahití, quedarse allí y después ir a Moorea y a Bora Bora, o a otras islas. Los mejores meses para visitarlas son los de sequía: mayo a octubre.

Parte del atractivo de la Polinesia Francesa es deleitarnos con el paisaje, las playas, el mar casi transparente -en miles de tonos azules y turquesas-, el verdor tropical de sus montañas, sus lagunas y sus palmeras y cocoteros, como en películas de piratas o estilo “La laguna azul”.

Además, podemos comer riquísimo (cocina francesa y fusión francesa con asiática), ir de paseo en barco o ¿¡más divertido!? en catamarán, nadar (Tahití y Moorea tienen playas muy buenas), broncearnos, hacer windsurfing, nadar con las ballenas (en Rurutu), bucear... ¡lo que se nos ocurra! Tahití es la más grande y Papeete, su capital, es una ciudad con influencia europea.

Muchos dicen que Moorea es la más bella y dramática, por estar rodeada de montañas en pico de origen volcánico, y en ella hay excelente surfing. Las islas Tuamotu son el hogar de las perlas negras y de muchos tiburones. Bora Bora -favorita de Julio Iglesias, Charlize Theron, Meg Ryan, Rod Stewart y Sharon Stone, entre muchas otras celebridades, y llamada por el famoso escritor James Michener “la isla más bella del mundo"- tiene una colección de hoteles lujosos y de puro sueño, con casitas que flotan en medio del mar.

¿Algunos de los hoteles extraordinarios, con habitaciones flotantes y mil comodidades más? El divino Bora Bora Lagoon Resort & Spa, de la compañía Orient Express; el Hilton Bora Bora Nui Resort & Spa, el St. Regis Bora Bora Resort, el Four Seasons Resort Bora Bora, el InterContinental Resort & Thalasso Spa Bora Bora y el Le Méridien Bora Bora. Todos ellos ofrecen excelentes paquetes, ahora que los precios han bajado a nivel mundial, lo mismo que en los cruceros, donde puedes ahorrar como nunca antes. ¿Un hotel boutique precioso? Legends, en Moorea.

La imagen de la Polinesia Francesa nunca fue la misma después del paso de Gauguin por las islas. Y las impactantes combinaciones de colores en sus cuadros nos enseñaron a soñar con ese mundo nuevo, donde su belleza conservaba la armonía natural de la vida. ¿No crees que quizás sea el momento ideal para conocerlas?

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