Viaje a las Cataratas del Niágara

Viaje a las Cataratas del Niágara

Descubre la magia de estas bellezas naturales, desde el lado canadiense como del estadounidense

Siempre había querido ir a las cataratas del Niágara. Desde que era pequeña, Alicia, mi tía favorita, me hablaba de su viaje de luna de miel a las famosas cataratas. ¡Era el lugar de moda! Y recuerdo una foto en blanco y negro de mi tía y su esposo con capas de agua en el famoso barquito Maid of the Mist, que surca bajo las cataratas y una de sus grandes caídas de agua.

Un buen día al fin lo decidí y las visité, y fue un viaje divertido, en familia, que disfruté muchísimo. ¿Detalles prácticos? Aunque están en el estado de New York, las cataratas se encuentran muy lejos de Manhattan, cerca de Buffalo, en la frontera con Ontario, Canadá. Existen dos pueblitos llamados Niágara, uno en el lado estadounidense y otro en el canadiense, desde donde la vista es más impresionante. Para llegar allí, lo más práctico es volar sin escala de Manhattan a Buffalo en 1 hora y 20 minutos. Si quieres ir en tren, el AmtrakEmpire Service demora nueve horas; el autobús de la Greyhound, entre 10 y 13 horas. Te tomaría unas ocho horas si condujeras un auto alquilado por las supercarreteras que hay disponibles.

Si tienes 2 o 3 días y quieres ver más paisajes del estado de New York, es posible hacer un lindo recorrido (sobre todo en el otoño, a partir de finales de septiembre, cuando comienza el cambio de las hojas) que incluye Cooperstown (el Hall de la Fama de Béisbol), las cavernas Howes, los Finger Lakes y sus viñedos, el Watkins Glen State Park, el Museo de Cristal de Corning, etc.

Al llegar a las cataratas del Niágara (¡me encantó verlas por primera vez porque son majestuosas!), nos hospedamos en el lado canadiense, en el hotel Niagara Falls Marriott Gateway on the Falls, con una vista fabulosa de las mismas desde muchas habitaciones. En el Journey Behind the Falls -descendimos en elevadores a la base de las cataratas, donde el sonido de la caída del agua es impactante, tomamos nuestras capas de agua y nos empapamos con el rocío del agua- hicimos el recorrido en el famoso barquito Maid of the Mist. Vimos unos saltos de agua, situados en el río Niágara, en la frontera entre los Estados Unidos y Canadá, a unos 236 metros (775 pies) sobre el nivel del mar, y una caída de 52 metros (170 pies). Están divididas en cataratas canadienses, estadounidenses y las más pequeñas Velo de Novia. Aunque no son demasiado altas, son las más anchas y grandes de Norteamérica y entre las canadienses y las estadounidenses está la isla de la Cabra o Goat Island.

FOTOGALERÍA: CATARATAS DEL NIÁGARA

Descubiertas por colonizadores europeos, el nombre Niágara viene de los indios iroquois y significa “trueno de agua”, y ya desde el siglo XIX el turismo las hizo populares. Las ciudades de Niagara Falls (Ontario) y Niagara Falls (New York) están conectadas por tres puentes, incluyendo el puente Rainbow, que ofrece la vista más cercana a las cataratas.

Anécdotas famosas en su historia son muchas, como cuando Bobby Leach las descendió en un barril el 25 de julio de 1911, aunque en 1829 Sam Patch fue la primera persona en saltar desde las cataratas canadienses y sobrevivir, provocando que muchos quisieran imitarlo. Quienes lo hacen han tenido que pagar multas, pues es ilegal traspasarlas, y el mago David Copperfield fue uno de los que logró hacerlo en 1990. Poco a poco las cataratas se convirtieron en el lugar preferido donde pasar la luna de miel, y cuando en 1953 Marilyn Monroe hizo la película Niagara, se multiplicaron los visitantes. Ahora recibe 16 millones de turistas cada año.

¿Otros hoteles con vistas espectaculares? Embassy Suites Niagara Falls Hotel y el Hilton Hotel & Suites Niagara Falls/ Fallsview, ambos en el lado canadiense, y en lado estadounidense, el Sheraton on the Falls.

De noche, las cataratas se ven más bonitas desde la parte canadiense, aunque ambos lados se iluminan. En el lado canadiense, el parque Reina Victoria tiene plataformas con una espectacular vista a las cataratas estadounidense y canadienses. En las primeras, la cueva de los Vientos conduce a un punto debajo de la caída de agua Velo de Novia, y el Niagara Scenic Trolley ofrece viajes en un trencito. Los cruceros Maid of the Mist llevan pasajeros por debajo de las cataratas desde 1846 y el Spanish Aerocar, construido en 1916, con un diseño del español Leonardo Torres Quevedo, es un cablecar que lleva pasajeros desde el lado canadiense hasta debajo de las cataratas. Muchos quieren visitar varias atracciones y compran el Niagara Falls Adventure Pass, que da entrada y prioridad en las colas a varias atracciones y al barco Maid of the Mist.

FOTOGALERÍA: CATARATAS DEL NIÁGARA

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