Extras: los famosos desconocidos de Hollywood

Extras: los famosos desconocidos de Hollywood

Son imprescindibles en el set de un filme, aunque no conoces sus nombres. Sin embargo, algunos han dado el salto a la fama

Sus huellas no aparecen en el Paseo de la Fama de Hollywood, donde las superestrellas inmortalizan las suyas en cemento, ni los persiguen los paparazzi a la salida del club nocturno de moda. Tú no los reconocerías si te cruzaras con ellos en la calle... y, sin embargo, son imprescindibles en el set de una película.

Y es que aunque no registran muy alto en la jerarquía hollywoodense y sus salarios no están a la altura de los famosos cuyos nombres aparecen sobre el título de la cinta, la verdad es que esas escenas panorámicas y multitudinarias en filmes épicos como Cleopatra (1963) o Braveheart (1995) no serían iguales sin ellos. Es más: no serían posibles sin su contribución. ¿Crees que la escena del funeral de Mahatma Gandhi en Gandhi (1982) hubiera tenido el mismo impacto visual y emocional sin los 300 mil extras (hasta ahora el número más grande usado en una película) dándole el último adiós al líder hindú?

LOS DESCONOCIDOS DE HOLLYWOOD

Los extras -que es como se les conoce a esas personas que ambientan la escena en un filme, ya sea cenando en un restaurante alrededor de la estrella o llenando un campo de batalla- tienen una larga historia dentro del séptimo arte. De acuerdo con Anthony Slide, autor del nuevo libro Hollywood Unknowns (Los desconocidos de Hollywood), que recoge la historia de estas personas también conocidas como “atmósfera” en el argot fílmico, los extras son una parte esencial del cine desde sus comienzos. De hecho, en 1928 se publicaron las reglas básicas de esa profesión. Estas incluían desde lo que es evidente, como “no mirar a la cámara ni caminar hacia ella”, hasta lo más especializado: “Reducir la velocidad del movimiento para que se registre en la cámara”, algo necesario en los inicios del cine, cuando la tecnología hacía que la acción pareciera más acelerada.

Con el paso del tiempo y los avances tecnológicos, los extras pudieron normalizar sus movimientos, aunque, por supuesto, aún sigue estando terminantemente prohibido mirar a la cámara y -¡oh, pecado de pecados!- opacar a la estrella.

Para el funeral de la película Gandhi se usaron más de 300 mil extras. El resultado es una poderosa escena a nivel visual y emocional

UNA PROFESIÓN SERIA

Aunque parezca que los extras son únicamente “ambientación”, el trabajo no sólo consiste en pasar frente a la cámara, ya que dentro de la profesión hay requisitos y especialidades que exigen técnica y talento. Algunos filmes, por ejemplo, requieren extras que sepan montar a caballo, como en Braveheart; luchar con espadas, como en The Adventures of Robin Hood (1938) o incluso hasta bailar, como en The Fisher King (1991), donde en una escena las personas que abarrotaban la estación de un metro neoyorquino de repente comenzaron a bailar.

Los extras trabajan de día y de noche y soportan frío y calor; se sumergen en el agua para rodar escenas en filmes como Titanic (1997) y esperan largas horas mientras los técnicos se preparan para la filmación. Todo esto, sin recibir elogios ni ser nominados a premios por su brillante actuación. Incluso muchas veces tienen que lidiar con directores sumamente exigentes, como uno del pasado, Cecil B. DeMille, el genio detrás de The Ten Commandments (1923), quien estaba en los sets como un general de batalla. Se cuenta que en una ocasión, DeMille, quien tenía una vista de águila para detectar si un extra llevaba un anacronismo en una escena ambientada en el pasado, como lentes de sol o un reloj moderno, observó a una joven extra susurrándole al oído a otra. Con el afán de avergonzarla delante de todos en el foro, el director la llamó frente a él y le pidió que contara a todos qué le había dicho a su compañera. “Le pregunté: ¿cuándo nos dejará ir a almorzar el viejo mono?”, contestó la chica, dejando al director con el rostro rojo... y a sus compañeros muertos de la risa. Pero si te preguntas por qué algunos se sienten atraídos por este trabajo que puede ser duro e inestable, uno de los motivos es, simplemente, el económico. De acuerdo con las cifras más recientes, un extra profesional en Hollywood gana, como promedio, entre 30 y 37 mil dólares al año. El otro motivo es que, aunque lejano, algunos escuchan el canto de la sirena de la fama...

EL GRAN SALTO: DE ANÓNIMO A ESTRELLA

Para unos, el encanto radica en estar en medio de la acción, absorbiendo la contagiosa energía creativa que se vive en los sets fílmicos; para otros, la atracción radica en estar cerca de las estrellas, respirando el mismo aire que Brad Pitt y observando a Natalie Portman prepararse para una escena. Y muchos sueñan con convertirse en estrellas.

De hecho, desde los comienzos del cine, algunos extras lograron alcanzar un poco de fama, como J. Jiquel Lanoe, quien entre 1910 y 1913 apareció en más de 100 filmes silentes. Otra famosa figura fue el extra conocido como Peter el ermitaño, quien vivía en las colinas de Hollywood y participó en innumerables producciones. Hoy de él solo se sabe que su verdadero nombre era Peter Howard y que fue un exitoso hombre de negocios hasta que decidió renunciar al mundo empresarial y vivir sin ataduras. Pero aunque esta clase de salto es difícil, tampoco es imposible. Para muestra, aquí tienes a estas superestrellas que comenzaron su carrera como Lanoe y el ermitaño, siendo sólo un rostro en la multitud.

Algunos de los más grandes nombres de la llamada época dorada de Hollywood hicieron sus pinitos frente a las cámaras en calidad de extras, como Rodolfo Valentino, Jean Harlow, David Niven y Shirley Temple. Clark Gable fue un extra en el filme silente The Merry Widow (1925); James Dean, en la comedia de Jerry Lewis y Dean Martin Sailor Beware (1952), y Marilyn Monroe, en Scudda Hoo! Scudda Hay! (1948). Y eso no es todo: muchas de las más grandes estrellas de hoy también saltaron, por decirlo así, del “extra-llato” al estrellato. Estas son las más famosas ¡Alquila los filmes y búscalas!

Sylvester Stallone. El actor que se dio a conocer con el personaje de Rocky (1976) apareció en el filme Bananas (1971), de Woody Allen, en una escena que se rodó en el subway.

Brad Pitt fue parte de una escena de fiesta en Less than Zero (1987) con Robert Downey Jr.

Renee Zellweger fue una estudiante más en la comedia sobre jóvenes de high school Dazed and Confused (1993).

Megan Fox participó bailando en una escena de discoteca en el filme Bad Boys 2 (2003).

Ben Affleck y Matt Damon. Los inseperables amigos se vieron juntos, sentados en las gradas del estadio Fenway Park, de Boston, en Field of Dreams (1989), de Kevin Costner.

Bruce Willis aparece en una escena tan breve y rápida al lado de Paul Newman en The Verdict (1982), que si parpadeas te la pierdes.

Heath Ledger fue un extra en el filme australiano Clowning Around (1992).

Jackie Chan trabajó al lado de su ídolo Bruce Lee, aunque sólo como extra, en dos filmes de la legendaria estrella de las artes marciales: Fists of Fury (1971) y Enter the Dragon (1973).

Sigourney Weaver y Jeff Goldblum pueden ser vistos brevemente en el filme Annie Hall (1977) de Woody Allen. Él en una escena de fiesta y ella en la entrada de un cine, al final de la película.

Todos los actores mencionados pasaron de desconocidos a famosos, lo cual nos lleva a mirar los rostros de esos extras que vemos en las más recientes producciones con más detenimiento, pues... ¿cuál de ellos será el próximo que, de ser uno más “del montón” pase a ver su nombre en grandes letras?

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