Un gran año para George Clooney

Un gran año para George Clooney

Su sonrisa inimitable, sus ojos profundos, su atractivo y su simpatía son las mejores armas de seducción del eterno soltero de Hollywood

Fue fácil encontrar en el Festival Internacional de Cine de Toronto, en Canadá, la sala exclusiva del Roy Thomson Hall, con los gritos de los fans que no pudieron entrar. Las luces de los flashes iluminaban la alfombra roja cuando llegó George Clooney, quien presentó nada menos que dos películas diferentes, pero muy buenas, como The Ides of March y The Descendants.

Con su característica sonrisa, es evidente que disfruta al máximo la experiencia, saludando a las admiradoras o atreviéndose a firmar autógrafos, aunque corra el peligro de ser secuestrado entre tanta pasión. Aquellos que pudimos ver con él su nuevo estreno tuvimos que esperarlo más de una hora, por tanta atención que había en la puerta. Pero es comprensible. Los fans vienen primero. Después están el cine... y las entrevistas. “Aclaremos”, se adelanta él mismo para decir con el estilo del humor que lo distingue, “que empezamos tarde solo porque Brad Pitt tardó demasiado con su estreno, en el mismo lugar”.

¿Existe alguna clave secreta detrás del éxito de una película?

Pasa algo muy curioso cuando sale una mala película de un buen guión, porque no se puede hacer una buena cinta de un mal guión. Todo empieza con el libreto de una película, que debe estar bien escrito; después solo hay que rodearse de buenos actores y ponerse en manos del director que dice “un poco más de esto, menos de lo otro. Trata de hacer esto, menos de aquello”. Honestamente, me gustaría llevarme el crédito, pero el éxito de una película depende del guión y del director, en la mayoría de las circunstancias.

¿En qué momento de su vida se dio cuenta de que realmente era famoso?
Fue muy, pero muy temprano. Cuando era jovencito, mis padres me dijeron que era famoso y les creí (sonríe). Mira, todo depende de la suerte, ya lo sabes. Todo lo que hacemos es pura suerte y yo hice un programa de televisión, ER, que promediaba 40 millones de televidentes por semana. Si te fijas, hoy la gente se sorprende cuando 17 millones de personas ven American Idol. Nosotros en ER tuvimos episodios con 45 o 50 millones televidentes. Eso te convierte en alguien reconocido, sin importar lo que hagas. Por eso mi éxito fue bastante rápido. Con ese programa todos nos volvimos famosos inmediatamente. Es gracioso, porque la semana anterior, antes de que saliera al aire el programa, estábamos todos vestidos como médicos, en el restaurante Somkehouse, frente a Warner Bros. y el bebé de Anthony Edwards empezó a atragantarse con una papita frita. Todos los actores empezamos a pedir que alguien hiciera algo, pues nadie nos conocía todavía. Y como estábamos con el vestuario de la serie de un hospital, la gente no hacía nada y decía: “Ustedes son doctores, hagan algo”. Una semana después se dieron cuenta de quiénes éramos. Todo pasó de la noche a la mañana, luego de haber estado 12 años haciendo programas de televisión muy malos. Así que, probablemente la semana posterior al debut de ER supe que ya era famoso.

¿Quién fue la persona que más influyó en su carrera?
Mi padre, posiblemente. El presentaba un programa de noticias, y ha sido la influencia más grande que he tenido en mi vida, en todo sentido.

¿Y usted se considera un verdadero ejemplo tanto fuera como dentro de una pantalla?
Esa es una muy mala idea.

¿Qué consejo les daría a los que sueñan con la actuación?
Que tengan suerte, la mayor suerte que puedan (dice riendo). Su suerte es evidente, con dos estrenos en la misma temporada.

¿Cuál fue el mayor desafío entre las películas The Descendants y The Ides of March?
The Descendants fue un mayor desafío como actor, porque cuando me tengo que dirigir a mí mismo, como en The Ides of March, realmente interpreto un personaje porque sé que es necesario; solo lleno un espacio en la película. En The Ides of March hacía falta un candidato presidencial y sabía lo que tenía que hacer. En The Descendants me sentía cómodo con la gente, pero incómodo con la zona, un lugar bastante difícil para trabajar. Obviamente, la actuación era mucho más difícil, pero también tenía un excelente director como es Alexander Payne, y en ese sentido también tuve suerte.

Como actor y director, sabe lo que espera de usted, pero ¿qué expectativas tiene con el resto de los actores que contrata? ¿Por el solo hecho de ser George Clooney le fue más fácil convencer a estrellas como Ryan Gosling, Marisa Tomei o Phillip Seymour Hoffman?
Bueno, tenía fotos de ellos en situaciones comprometidas y no podían decirme que no (ríe). La verdad... ¿qué puedo hacer con actores como ellos? Solo aceptan si les gusta el guión.

¿Cuáles son las grandes diferencias entre George Clooney actor y George Clooney director?
¿Sabes qué? Somos casi la misma persona (risas). El actor George Clooney tiene básicamente la misma altura y el mismo peinado, y es muy parecido al George Clooney director. La suerte se da al trabajar con un grupo de excelentes actores que le dan nivel al proyecto. Ese es el secreto de dirigir: trabajar con gente muy buena.

Si el carisma, la inteligencia y la honestidad fueran las únicas virtudes necesarias para ser presidente de Estados Unidos, George Clooney podría postularse tranquilamente. Después de todo, tiene asegurados los votos femeninos. De eso trata la película The Ides of March, que él también dirigió, escribió y produjo. Como el candidato presidencial favorito, en la historia juega con las trampas morales de las campañas políticas, incluyendo pactos, ideas y promesas fabricadas por otros, que se esconden detrás de la espalda del candidato. George Clooney, en este caso.

¿Su personaje de candidato presidencial está basado en algún político?
Hay demasiadas formas de meterme en problemas con esa respuesta. Pero la verdad, no me basé en nadie. Algunos de los discursos que usé eran cosas que mi padre solía escribir en un diario, al final de los años 70. Es curioso que haya tenido estas ideas que en la actualidad aparecen todo el tiempo en la política.

¿Las ideas políticas influyen en las películas que protagoniza?
No necesariamente. Tampoco creo que The Ides of March sea realmente una película sobre política. Me parece que trata más sobre elecciones morales. No pienso que tenga un perfil político, simplemente me parece una historia moral entretenida.

¿Cree que al menos el mensaje moral del filme pueda influir en las próximas elecciones en Estados Unidos?
Tenemos que acordarnos de que el cine no marca ningún camino en la sociedad. Las personas piensan que el cine trata de influenciarlas y, por lo general, se precisan por lo menos dos años para llevar una película al cine. A lo sumo, nosotros solo podemos reflejar los estados de ánimo y los pensamientos de nuestro país en el resto del mundo. En este caso, el filme refleja el cinismo que venimos viendo últimamente. Y no está mal mirarnos en un espejo, mostrando como somos o cómo vemos a la gente que nos gobierna. Pero no es la idea de la película.

¿Cuál es entonces la idea del filme The Ides of March?
Honestamente, para nosotros la idea es que no hay una sola persona que conozcas que no haya enfrentado ciertas cuestiones morales. Todos pensamos: “Si me voy a trabajar con la competencia, voy a tener problemas con el jefe que tengo ahora”. Elegimos ciertas opciones para mejorar, aunque lastimen a alguien en el camino y no se justifique el final. Esa idea, para mí, es universal y puede literalmente transmitirse en la bolsa de Wall Street o en cualquier otra parte.

Personalmente, ¿cree que los políticos podrán recuperar la honestidad en vez de representar una falsa imagen pública que haga feliz a la gente?
Pienso que la falta de honestidad es general, y vivimos en un momento que no es el mejor para los políticos en nuestro círculo. Pero si te fijas en la historia, lo que se hacían entre ellos Jefferson y Adams también era horrible. Las elecciones de 1800 eran bastante diabólicas. Los tiempos cambian. Filmamos esta película en Detroit, la cuna de la industria automotriz que estuvo a punto de derrumbarse con la crisis económica. Y, sin embargo, está reviviendo de las cenizas gracias a la política que la ayudó. A nosotros nos encantó el lugar. Llegamos el día de San Patricio y todos estaban tomando cerveza. Me dije: “Esta ciudad es perfecta para mí".

¿En el cine prefiere el drama o la comedia? ¿Le gusta si alguien, por ejemplo, sale llorando de uno de sus filmes?
No lo sé.

¿Estás hablando de Batman y Robin?
(No puede parar de reír.)

A la hora de elegir, ¿prefiere la actuación o la dirección de cine?
El trabajo con el que me gano la vida es la actuación, pero lo que realmente me gusta es dirigir cine. Si tengo suerte... es lo que deseo seguir haciendo.

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