Pequeños cambios que hacen una gran diferencia
Es especialmente positiva en las mañanas, cuando los chicos tienen que ir a la escuela y tú, al trabajo.
- Para empezar, la hora de dormir NO es negociable, tampoco la de levantarse.
- Cada mañana deben seguir el mismo orden: vestirse y peinarse, desayunar y después ¡a cepillarse los dientes!
- Deja la mesa del comedor lista desde la noche anterior, con los platos, los vasos, los cubiertos y las cajas de cereales.
- De antemano debe decidirse cuál de los niños recogerá la mesa cada semana; de esta manera se evitarán confusiones y discusiones innecesarias.
- Destina un lugar -que esté muy cerca de la puerta de salida- donde puedan colocar las mochilas y cualquier cosa que deban llevar a la escuela.
Lo importante es que todo lo anterior se convierta en una rutina... ¡Adelante!