La reina Isabel II y Felipe Mountbatten se casaron el 20 de noviembre de 1947 en la Abadía de Westminster de Londres. A partir de ese momento y hasta que terminó la vida del príncipe, la pareja se mantuvo unida. Sin embargo, esto no quiere decir que durante todos los años de matrimonio la monarca quisiera realizar todas sus actividades junto a su esposo.
De hecho, recientemente se reveló que Isabel II prefería no desayunar al lado del príncipe Felipe. Esto debido a que los horarios y rutinas de la reina no se adecuaban a los hábitos de su esposo.
Así lo reveló el ex chef real Darren McGrady ante la revista Heart Bingo, medio ante el cual también aseguró que la reina tenía horarios de comida muy estrictos, los cuales estableció a partir de su “crianza en tiempos de guerra y de su preferencia por la estructura y la simplicidad”.
De acuerdo con el ex chef, los horarios de las comidas de Isabel II eran fijos y “nunca estaban sujetos a cambios”. McGrady comentó: “Los horarios de las comidas eran fijos. La reina era muy estricta y disciplinada. Contrariamente a la creencia popular, nunca pedía comida a deshoras. Tenían menús preestablecidos, y si querían algo entre comidas, siempre había fruta o chocolates en sus habitaciones”.
¿Qué desayunaba Isabel II, separada de su esposo?
Darren McGrady reveló cada mañana para desayunar la reina Isabel se servía un tazón de cereal de un recipiente Tupperware, mientras un grupo de chefs preparaban el resto de su almuerzo. “Sus preferencias dietéticas priorizaban la sencillez por encima del espectáculo”, comentó al respecto el diario The Mirror.
Por otro lado, según el ex chef real, la fallecida monarca desayunaba en solitario en su habitación, siempre en punto de las 9 de la mañana. “Se servía cereales de un Tupperware, sobre todo Special K, a pesar de que había 20 chefs disponibles para cocinar cualquier cosa”, confesó Darren.
¿Qué desayunaba el príncipe Felipe de Edimburgo?
La fuente citada precisó que mientras Isabel II amaba la simplicidad en el desayuno, su esposo era “más aventurero”, por lo cual prefería que para el desayuno le fuera servido un plato de riñones rellenos.
The Mirror señala que, por otro lado, a la difunta reina no le gustaba nada demasiado extravagante o lujoso, y reservaba esas comidas para los banquetes de estado. “En días normales, ella se conformaba con comida casera, así que cocinábamos platos como pastel de carne”, sentenció el ex chef de la Familia Real.