Consecuencias de los celos en la estabilidad matrimonial

Consecuencias de los celos en la estabilidad matrimonial

Los tipos de celos y cómo afectan la vida en pareja

Kierkegaard describe entre las principales consecuencias de los celos: el duelo, la indignación y el miedo, según su intensidad. El miedo se dirige a objetivos muy concretos, no es un miedo vago y abstracto, sino sintomático: miedo a perder el afecto, el prestigio y la consideración que hasta entonces se tenían, a perder el control social que se había alcanzado, etc.

Freud menciona el dolor, el odio y la pérdida de la autoestima, entre las consecuencias de los celos. Algunos autores describen otras manifestaciones de tipo agresivo como la irritabilidad y la hostilidad, que suelen presentarse con una intensidad desproporcionada en los cónyuges que pierden fácilmente el autocontrol.

Cuando los afectados por los celos sufren de algún trastorno de personalidad, como obsesiones, ideas delirantes, etc., las reacciones serán mucho más intensas. Estos casos requieren una exploración psicopatológica más atenta y cuidadosa del cónyuge celoso.

La frialdad, el distanciamiento y la susceptibilidad que suelen acompañar el comportamiento celoso, presagian una evolución más complicada del futuro de la pareja.

Algunos cónyuges celosos se hacen las víctimas. Pudiéramos estar ante una personalidad histriónica, necesitada, manipuladora y dependiente de afecto.

El comportamiento ansioso suele ser una de las consecuencias más frecuentes del comportamiento celoso. La dependencia afectiva, al mismo tiempo que la hostilidad, son un excelente caldo de cultivo donde la ansiedad puede crecer sin ninguna limitación y puede luego transformarse, en función de cuál sea la naturaleza psicobiológica del cónyuge, su contexto social y familiar, etc.

Como consecuencia de los celos pueden aparecer también varios trastornos psicosomáticos como la taquicardia u otros, que son consecuencia de la descarga de adrenalina con que el organismo responde ante la amenaza de los celos.

En fin, que no hay nada más sano que la plena confianza que los esposos tengan, entre sí y consigo mismos, para una vida plena y feliz. Esta confianza se puede perder por algunas conductas impropias pero, aunque con dificultad, se puede también recuperar.

“La vida está hecha de toda la belleza que no podemos ver”.

Para más información visita www.mejorenfamilia.org
Facebook: www.facebook.com/mejorenfamiliaconecta
Twitter: https://twitter.com/mejorenfamilia

Relacionado