Es importante que los padres pongan límites en una conversación: no deben permitir que una hija les grite para hacer su voluntad
A veces los chicos actúan de una manera que nos perturba, porque gritan: “No, no quiero dormir, no estoy cansado”, y 15 minutos después nos abrazan y dicen: “Mamá, papá, los quiero mucho”.
Se trata sencillamente de la necesidad de demostrar independencia, pero es inaceptable que se expresen de forma irrespetuosa. Si eso te sucede con tu hija, por ejemplo, lo ideal es que le digas: “Háblame tranquila, de una forma en que yo pueda escucharte”, y das la vuelta, sin alterarte ni levantar la voz. Nunca pierdas el control o perderás una batalla esencial.
