¡No te dejes manipular!

¡No te dejes manipular!

¿Eres la marioneta de otros? Conoce los tres pasos para cortar los hilos que te atan a quienes tratan de manejarte...

No entiendo cómo sucede, pero cada vez que me encuentro con mi hermana, salgo perdiendo. Cuando Lidia quiere que yo haga algo por ella, ¡siempre lo logra! De nuevo, no sé cómo ocurre, pero la situación se desenvuelve de una manera que no me deja más opción que hacer lo que ella quiere?

Esta es la queja de Francis, Lidia, su hermana mayor, es una maestra en el arte de la manipulación. Y francos no está sola; el nombre de su hermana puede sustituirse por el de un hijo, un esposo, una suegra, un colega o incluso la mejor amiga. Y es que hay personas que, para salirse con la suya, manejan a los demás como si estos fueran títeres.

Los manipuladores, esos hábiles “titiriteros”, saben cómo manejar los hilos de aquellos que caen en su órbita para lograr sus objetivos. Unos lo hacen en forma premeditada, pues su plan es fríamente calculado; otros actúan así porque es la única forma que conocen para salirse con la suya. Pero todos, sin excepción, pueden seguir funcionando de esa manera porque cuentan con un gran colaborador. ¿Adivinas quién? La persona que se deja manipular. En muchos casos, ella no es una víctima, sino una voluntaria en ese frustrante juego. Dicho de otra manera: la manipulación ocurre y persiste porque el manipulado permite que suceda.

Repasa tu propio caso. Quizás cedes por pena, por un sentido de la obligación, porque temes ofender a esa persona o para mantener la paz. Muchas veces sientes que las circunstancias se han confabulado de una forma que no te dejan otra opción que, una vez más, bailar al son de la música que te tocan ( el caso más típico es el vendedor que te advierte que debes actuar ¡ya!, porque la “maravillosa” oferta termina en cinco minutos). Acabas sintiéndote frustrada, irritada, extenuada y llena de resentimiento. La verdad es que tus relaciones con esos “titiriteros” no son las mejores. Además, ¡cuánto tiempo, dinero, recursos y paz mental has perdido en manos de los manipuladores!

Pero existe una luz al final de este túnel?La buena noticia es que si bien tú eres responsable de lo que ocurre, de la misma manera puedes tomar el control de tu vida y cortar los hilos que te atan a manipulador. Aquí tienes tres pasos para lograrlo.

1 RECONOCE EL JUEGO Algunas víctimas de la manipulación se sienten incómodas después de lidiar con uno de estos ejemplares, pero no logran identificar exactamente por qué. Como dice Francis, “no sé cómo, pero mi hermana siempre logra que yo haga lo que ella quiere”.

Es por eso que el primer paso para cortar los hilos que te atan al manipulador es reconocer cuál es su juego. En otras palabras: descubrir qué armas usa para manejarte. ¿Emplea la pena? “No he tenido tan buena suerte en la vida como tu”. Quizás te controla con los sentimientos de culpa. “Si no me ayudas, mis hijos, ¡tus sobrinos!, se irán a la bancarrota”. O te presenta los hechos consumados, bajo la creencia de que “es mejor pedir perdón que pedir permiso”. Ejemplo: “Me tomé la libertad de llevarme esto de tu casa”. Es vital que conozcas sus estrategias para que estés preparada y no te tomen por sorpresa. “Descubrí que la táctica de mi hermana es utilizar la pena. Ella se hace la infeliz, la azotada por la mala suerte?y yo siempre caigo”, admite Francis. Una vez que reconoces el modus operandi de esta persona, sigue el siguiente paso.

2 DESCUBRE TUS “BOTONES” Los manipuladores tienen un secreto efectivo: utilizan las tácticas adecuadas para cada persona, pues saben cuál funciona con cada individuo. Con uno es el sentimiento de culpa, mientras que con otro es la pena; con algunos es la vanidad ( el manipulador se hace el incompetente para ser rescatado, haciendo que el rescatador se sienta importante?sin darse cuenta de que ha sido utilizado) o incluso el temor al divorcio, el despido, el abandono o la ruina.

¿Cuál es tu talón de Aquiles? Descubre los “botones” que tienes y que te oprimen para operarte como si fueras un robot. Cuando determines que siempre caes por pena, por vanidad o porque no sabes cómo actuar cuando te presentan un hecho consumado, detente. Analiza por qué tienes ese “botón” en particular y cuál es tu temor si no cedes. ¿Son realistas?o estás dejándote influenciar por el “titiritero""?¿Es justo contigo misma que sientas influenciar por el “titiritero”?¿Es justo contigo misma que sientas o que pienses así?¿De qué manera te afecta o te perjudica?y que pienses así?¿De qué manera te afecta o te perjudica?y qué efecto tiene en tu relación con esa persona?¿Deseas mantener los hilos que te atan al “titiritero”? Si deseas cortarlos y ser libre, continúa al próximo paso.

3 MODIFICA TU COMPORTAMIENTO

Ahora que sabes qué tácticas usan esas personas para manipularte y reconoces por qué caes en la trampa, debes modificar tu comportamiento.

-Reconoce la manipulación

-No te dejes apresurar. Toma todo el tiempo que necesites para evaluar la situación y determinar cómo deseas responder.

-Prepárate mentalmente para todo lo que sentirás en esos momentos: pena, temor, culpabilidad y ansiedad. Deja que eso sentimientos te inunden?y pasen, lo mismo que una ola que te envuelve y luego se aleja. Recuerda: el “titiritero"los usa precisamente porque son efectivos. Acepta la posibilidad de que algunas personas se alejarán de ti o que algunas relaciones cambiarán radicalmente. Pero si tienes claro que ninguna relacionó que se base en la manipulación es positiva, estarás en paz ante esa posibilidad.

-Expresa tu preferencia o tu posición con amabilidad, pero con total firmeza. Si la persona insiste, sé consistente, ya que eres tú quien enseñarás a los demás cómo pueden ser contigo, simplemente por el trato que permitas. Prepárate para repetir lo mismo una y mil veces, y para que el “titiritero” busque otras tácticas para manejarte. De nuevo: sé consistente. En el mismo instante en que dejes de aceptar la manipulación, la persona comprenderá que sus tácticas no surten en ti?y serás libre.

CUANDO DEBES BUSCAR AYUDA

A veces la situación llega a niveles que no puedes manejar usando las mismas tácticas que si funcionan en situaciones normales. Si estás lidiando con un apersona inestable, que abusa físicamente de ti, que amenaza con el suicidio o con cometer “una locura”, toma esa situación muy en serio y busca ayuda con urgencia. Es importante que tanto tú como otros posibles afectados estén a salvo de una situación peligrosa.


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