Jubileo de la reina Isabel en el río Támesis

Jubileo de la reina Isabel en el río Támesis

La soberana presidió un espectacular e histórico desfile de mil barcos para conmemorar sus 60 años en el trono

La llegada de los duques de Cambridge.
A pesar de la persistente lluvia y unas temperaturas invernales, los londinenses se lanzaron a las calles para ser testigos del mayor espectáculo naval del país en los último 350 años, que representó el plato fuerte de las celebraciones de cuatro días del Jubileo de Diamante.
Catherine y el príncipe Enrique, sonrientes y curiosos.
Un recorrido fluvial de 11 kilómetros en el que Isabel II no se sentó en ningún momento a pesar de que en la cubierta del Spirit of Chartwell , adornado con 10 mil flores de los jardines reales, se habían instalado dos tronos cubiertos por un dosel dorado.
Isabel II estuvo acompañada en la embarcación por su marido, el duque de Edimburgo, el príncipe Carlos y Camilla, el príncipe Enrique y los duques de Cambridge, Guillermo y la sonriente Catherine.
El príncipe Carlos y Camilla durante el desfile.
La reina Isabel se veía extremadamente feliz, y no es para menos, su pueblo la ama y ella ama a su pueblo.
Fue un evento meticulosamente preparado durante dos años, por su complejidad organizativa, especialmente desde el punto de vista de la seguridad y que tuvo un costo de 12 millones de libras (14.8 millones de euros).
La guapa Catherine se cubre de la intensa lluvia.
El desfile por el Támesis de mil góndolas, veleros, traineras, barcos militares, lanchas y embarcaciones de recreo pretendió rememorar los grandes acontecimientos fluviales del pasado inmortalizados por el pintor Canaletto en el siglo XVIII.
Catherine mira a la reina Isabel con mucha emoción.
Arropada por más de un millón de personas que se agolpaban a las orillas del río Támesis, la reina Isabel II presidió un espectacular e histórico desfile de mil barcos para conmemorar sus 60 años en el trono.
Desde las tierras altas del norte de Escocia a las calles de Belfast, pasando por los conservadores condados del sur de Inglaterra, y Londres, por supuesto, las banderas británicas empapelaron las calles.
La histórica procesión fluvial, la que más barcos ha congregado en el mundo según el Libro Guinness de los récords, quedó un tanto deslucida por una lluvia que en un principio dio una tregua, pero se intensificó según pasaron las horas.
El toque de color lo dio Catherine con un vestido rojo de Alexander Mcqueen y zapatos nude.
Detalle del sombrero de Kate.
Pippa y y James Middleton, hermanos de Catherine, duquesa de Cambridge.
La princesa Ana fue la única dama de la familia real británica en lucir uniforme.
Catherine y Camilla se vieron muy sonrientes, lo que demuestra que su relación es cordial.
Una demostración de la grandeza y la pompa de la familia real más famosa del mundo que goza en estos momentos de unos niveles de popularidad históricos, gracias al poyo y las simpatías que genera Isabel II, de 86 años, la única monarca que han conocido la mayoría de los británicos.
La querida familia real británica.
La reina Isabel lució un traje de vestido y abrigo en blanco con detalles dorados y plateados, así como pequeños cristales Swarovski. Este color fue el elegido para contrastar con el azul y rojo de la bandera británica.
Los padres de Catherine, Carole y John, así como sus hermanos, Pippa y James, se unieron al festejo de la reina a bordo del barco.
El diseño de la reina Isabel, firmado por Angela Kelly.

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