A la conquista de un príncipe

A la conquista de un príncipe

El nuevo libro de Christopher Andersen revela lo que Kate Middleton hizo para llamar la atención de William, y cómo pasó de ser una chica tímida a una más audaz

Aunque forman una pareja feliz, que a toda la gente le encanta, con el paso de los años los amigos hablan y la privacidad deja de existir a la hora de comentar sobre la vida de los royals. Eso ha ocurrido con el nuevo libro de Christopher Andersen titulado Game of Crowns: Elizabeth, Camilla, Kate and the Throne, publicado por Gallery Books, que revela mil detalles sobre varias mujeres de la realeza, especialmente de Kate Middleton y cómo conquistó, con total premeditación ?y el astuto planeamiento de su madre Carole?, a su príncipe azul. Se sabe por otras revelaciones que desde que estaba en la secundaria, a una Kate muy tímida, de 13 años, le gustaba el hijo mayor de Diana de Gales y un póster del joven adornaba la pared de su dormitorio. ¡Miles de jovencitas inglesas sentían lo mismo y Kate era una más! Pero la diferencia es que esta seguía todos los pasos del príncipe, los viajes que hacía, quiénes eran sus amigos, sus lugares favoritos, etc., y lo anotaba en una libreta, por lo que se hizo ?experta en William?. Lo mismo que hizo su madre, Carole Middleton ? ¡ahora nos enteramos!? cuando era soltera y muy humilde, vivía en unos apartamentos pequeños subvencionados por el gobierno y tenía un crush con el entonces soltero príncipe Carlos de Inglaterra. También se ha descubierto que Kate ?no precisamente muy atractiva, con una personalidad débil, a quien solamente le interesaba estudiar? era objeto de bullying (acoso escolar) por parte de algunas chicas del colegio. ¡Hasta que su madre ?agarró el toro por los cuernos? y decidió cambiar esa situación! Y su plan estratégico no solo surtió efecto, sino que podría ser un manual muy eficiente sobre Cómo conquistar al hombre de tus sueños.

De ser esa niñita a quien todo le avergonzaba, en Marlborough College la chica se convirtió, a los 18 años, en Kate Middle-bum (bum es una palabra coloquial en inglés para referirse al derrière), pues de acuerdo con lo que su compañera de colegio Jessica Hay le reveló a Andersen, el autor del libro, a ella le gustaba mostrar su trasero... A pesar de esto, los chicos seguían sin considerarla muy atractiva, y de un máximo de 10, Kate apenas obtenía un 2. Después de que su madre Carole hizo mil esfuerzos para que su hija fuera admitida en la Universidad de St. Andrews, en Escocia, donde ya había sido anunciado que iría a estudiar el príncipe William, Kate siguió al pie de la letra los consejos maternos. El principal era ?conocer al príncipe y que su amistad le llegara a ser indispensable?. El primer encuentro entre ellos fue ?muy breve y sin pena ni gloria?, pero Kate logró la atención del príncipe y sus amigos cuando modeló en un desfile de caridad ?con apenas un sostén y unos panties cubiertos por un vestido transparente?. Ahora se sabe que Kate cambió lo que pensaba exhibir y decidió ponerse ese sexy conjunto cuando se enteró de que William había pagado 300 dólares para estar sentado en la primera fila. El resultado fue que el príncipe silbó y aplaudió más que nadie. La chica, seis meses mayor que él, que se mudó después para compartir la casa-dormitorio con William y otros compañeros de estudios, como Fergus Boyd, entró así en la vida de los royals. Primero, William y Kate se hicieron buenos amigos, pues ella lo ayudaba a estudiar ?como una maestra con mucha paciencia, y hasta le prestaba sus notas, porque William era muy mal alumno?.

Poco a poco surgió el romance entre ellos. Cuando el príncipe conoció a los Middleton ?se quedó ?enamorado? del hogar y de la relación cálida y muy unida que tenía la familia de Kate?.

Muchos dicen que Camila Parker Bowles, quien estaba luchando en el 2005 para que los ingleses aprobaran su matrimonio con el príncipe Carlos, detestaba a Kate, y que cuando la pareja rompió brevemente en 2007, se debió a las cizañas que sembró, poniendo a Carlos en contra de la plebeya Kate ?y sus orígenes de clase trabajadora?. Carlos le pidió a William que dejara a la chica y buscara a una ?de mejor familia entre tantas aristócratas que conocía?, y el chico lo obedeció, aunque meses después se reconcilió con Kate.

?Camila sentía celos de Kate y no soportaba verla feliz junto al hijo de Diana?, comentó alguien en Clarence House al autor del libro. ?No es la mujer bonachona que se quiere proyectar ahora, sino una persona calculadora y muy amiga de los complots sin dar la cara?.

En cuanto a la familia de Kate, cuando el padre, Michael, logró un trabajo mejor como controlador de vuelos en British Airlines ?Carole era azafata en esa línea aérea-, los Middleton comenzaron a ahorrar para enviar a sus hijos a buenos colegios privados y con el tiempo pudieron pagar la carísima Universidad de St. Andrews para Kate, y realizar así el sueño de Carole de verla casada con el príncipe. La chica hubiera preferido estudiar Leyes en la Universidad de Edimburgo, pero cuando Carole se enteró de que Mili d?Erlanger, compañera de Kate en Marlbourgh, iba a St. Andrews, ?porque estaba loca por conquistar a Wills?, obligó a su hija a que hiciera lo mismo. St. Andrews ofrecía algo que ninguna universidad del mundo tenía: la proximidad al futuro rey de Inglaterra. Y Kate Middleton fue la alumna más afortunada.

Sin embargo, ya en la Universidad, Kate tuvo que ser muy paciente y ver cómo William se enamoraba de su amiga Carly Massy-Birch, además de que un verano tuvo un romance muy tórrido con Arabella Musgrave, quien se peleó con él acusándolo ?de ser infiel por naturaleza?.

Tanto William como Kate tenían sus propios grupos e intereses, hasta que se mudaron a la misma casa-dormitorio, donde ella comenzó a nadar en la piscina de la universidad ¡a la misma hora que lo hacía el príncipe! También iba al pub cuando estaba Wills con sus amigos y así hubo muchas otras ?coincidencias? que al final cristalizaron en la noche del desfile de modas? ¡y el resto es historia!

El libro revela más detalles de las mujeres que son parte de la realeza inglesa, y también sobre la ambición calculada de Carole Middleton, quien supo forzar el destino para que su hija se convirtiera en la reina que ella nunca logró ser.

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