Bélgica hacia el futuro

Bélgica hacia el futuro

Para los nuevos reyes de Bélgica, Felipe y Matilde, lo primordial es el bienestar de su pueblo, por lo que tienen una agenda repleta de compromisos

El día 7 de marzo de 2013, los belgas quedaron atónitos cuando su entonces rey por más de 20 años, Alberto II de Bélgica, de 79 años de edad, anunció en un discurso televisado su intención de abandonar el trono y entregárselo a su hijo Felipe el siguiente 21 de julio, Día Nacional del país.

“Siento que mi edad y mi salud no me permiten ejercer mis tareas como quisiera, y no deseo mantenerme en el cargo a toda costa, sin ser capaz de asumir mi papel plenamente. Se trata de un ejercicio de respeto a las instituciones y a ustedes, ciudadanos. Debo dejar paso a la siguiente generación. El príncipe Felipe de Bélgica está muy preparado para mi sucesión, así como su esposa Matilde; ambos cuentan con mi confianza”, expresó muy emocionado... aunque muchos ponen en duda sus verdaderas razones, ya que piensan que lo hizo obligado por la sombra de los diversos escándalos que han afectado su reinado en los últimos tiempos, y que eso es lo que en realidad le ha empujado a tomar la dura decisión de abdicar.

Al día siguiente, el príncipe Felipe reaccionó a tal noticia con una clara demostración de amor, respeto y admiración por su progenitor. “Me gustaría rendir un homenaje a quien ha sido el rey durante 20 años. Estoy muy consciente de las responsabilidades que recaen sobre mí. Voy a poner en ello todo mi corazón”, declaró ante la prensa a su llegada a la sesión de apertura de una conferencia en Antwerp.

Ya en su última aparición como reyes belgas, Alberto II y su esposa Paola se mostraron conmovidos (incluso ella derramó unas lágrimas abrazada a su esposo) durante los tres días que les tomó despedirse de su pueblo con un recorrido por todo el país. Pocas horas después, Bélgica se preparaba para recibir a su nuevo soberano en un solemne acto en el Palacio Real de Bruselas, donde el rey saliente firmó el acta de abdicación en presencia de las autoridades del país, mientras que, a continuación, el todavía príncipe Felipe prestó su juramento constitucional como rey.

Ese día histórico en Bélgica no solo se celebró la Fiesta Nacional, sino también el primer día del nuevo soberano Felipe. Sus padres conservan los títulos de rey y reina, por lo que a partir de entonces, Bélgica tiene dos reyes: Felipe I y Alberto II, y tres reinas: Matilde, Paola y Fabiola, quien fue esposa del rey Balduino. Y una princesa heredera, Elisabeth, la hija mayor de Felipe y de Matilde, quien se convirtió en la duquesa de Brabante, que es el título del heredero al trono de los belgas, y la primera reina que tendrá el país cuando suceda a su padre. Además, los nuevos monarcas tienen otros tres hijos: los príncipes Gabriel y Emmanuel, y la princesa Eléonore.

FOTOGALERÍA: BÉLGICA VIVE UNA NUEVA MONARQUÍA

“Acabo de prestar el juramento constitucional y estoy consciente de la responsabilidad que este me impone. Es una promesa solemne. Pronto se cumplirán 200 años de cuando se estableció la confianza entre el rey y el pueblo belga, y hoy esa confianza se renueva”, manifestó el nuevo soberano antes de dirigirse directamente a su padre. “Esa confianza se ha mantenido, pues has sido cercano a todos, cálido y profundamente humano, atento y comprometido como jefe del Estado”, agregó mientras también agradecía a su madre, la reina Paola, por su dedicación al mundo de la enseñanza y de la cultura belgas.

“Me doy cuenta de la suerte que tengo al contar con el apoyo permanente de mi esposa. Querida Matilde, desde hace años estás comprometida de todo corazón con numerosas actividades. Tienes un sentido innato para el contacto humano”, le dijo Felipe a su cónyuge, quien se emocionó tanto, que estuvo al borde de las lágrimas. Y en presencia de sus cuatro hijos añadió que “hoy comienza un nuevo capítulo en mi vida y en mi país”.

Luego de las emociones naturales en este tipo de evento, los ya proclamados reyes Felipe y Matilde regresaron al Palacio Real para llevar a cabo el saludo oficial desde el balcón principal y presentarse ante el pueblo que los aclamaba emocionado. Esto lo hicieron acompañados de sus hijos y del resto de los miembros de la familia real. Ya más relajados y muy sonrientes, saludaron a sus súbditos y se dieron un cariñoso beso en la mejilla que todos esperaban para gritar al unísono: "¡Viva el rey!”. Luego se trasladaron al Congreso de Bruselas para rendir homenaje a la tumba del Soldado Desconocido.

Pocos días después, los reyes se fueron con su prole a disfrutar de unas merecidas vacaciones a la isla francesa Yeu, la que recorrieron en bicicleta. A su regreso a Bélgica asistieron a una misa en recuerdo del desaparecido monarca Balduino, hermano del rey Alberto II, fallecido en Motril de un ataque cardíaco, a los 62 años de edad, cuando se hallaba en España de vacaciones con su esposa Fabiola.

A pesar de todas las muestras de alegría que ha recibido la realeza belga con este nuevo amanecer, los escándalos parecen no alejarse mucho de algunos de los miembros de esta familia, acosados por infidelidades, desvíos de fondos y polémicos viajes. A todo esto se suma la aparición, el pasado mes de septiembre de 2013, de Delphine Boël, supuesta hija ilegítima del rey Alberto II, quien dijo que presentará “un nuevo recurso judicial para que se establezca su filiación”, a la vez que se anuncian nuevos detalles sobre la relación amorosa de su madre Sybille de Selys Longchamps con el exsoberano.

No obstante, esta familia sigue mirando hacia el futuro con esperanza. Lo más importante, ahora que Felipe y Matilde conocen muy bien sus funciones como nuevo reyes, es que parecen disfrutarlo y no se distraen con ninguna noticia que no sea solo para el bienestar de su pueblo. Desde que asumieron esa responsabilidad han tenido una agenda cargada de compromisos oficiales dentro y fuera de su país. Para ellos, lo primordial, de acuerdo con sus promesas, es hacer un reinado “con la voluntad de ponernos al servicio de nuestros compatriotas... Trabajaré para ello en perfecto entendimiento con el gobierno y en el respeto a la Constitución”, ha puntualizado Felipe.

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