La infelicidad en las casas reales

La infelicidad en las casas reales

Ni la riqueza ni sus múltiples títulos han librado a estos royals del sufrimiento

Cada día comprobamos más y más lo real que es el refrán “no todo lo que brilla es oro”, pues el poder, la fama, la belleza y el dinero, definitivamente, no garantizan la felicidad. Como la lista de personalidades que han tenido situaciones muy tristes en sus vidas es larguísima, aquí mencionamos solo a algunos del mundo de la realeza que, por circunstancias inesperadas, tragedias amorosas o accidentes, tuvieron el destino que menos esperaron.

La familia real de España ha estado últimamente en los titulares, sobre todo desde el accidente del rey Juan Carlos en un safari en Botswana, en Africa, donde se cayó mientras se dice que estaba acompañado de la bella princesa alemana Corinna Zu Sayn-Wittgenstein. En esos días, mientras al rey tuvieron que traerlo de emergencia a Madrid, la familia tuvo el susto del accidente en un pie que sufrió con una escopeta Felipe Juan, hijo de la infanta Elena y de Jaime de Marichalar. De pronto, medio mundo recordó que el propio rey Juan Carlos, a los 18 años, había matado a Alfonso de Borbón, su hermano menor, con una escopeta que se descargó accidentalmente.

La familia Borbón, que creíamos más o menos feliz, aunque en generaciones pasadas se vio marcada por la hemofilia y otros raros defectos genéticos heredados de la reina Victoria de Inglaterra, a través de la reina Victoria Eugenia, abuela del rey Juan Carlos, ha tenido un “año horrible”. Hubo accidentes, rumores de infidelidad y libros biográficos al rojo vivo de la reina Sofía y de su resignada vida. Además, ocurrió el escándalo de posibles desfalcos de dinero de Iñaki Urdangarín, esposo de la infanta Cristina, quien fuera el yerno favorito del rey y ahora es persona non grata entre los Borbón y Grecia, lo que ha dividido terriblemente a la familia.

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Entre las muchas tragedias de la familia Borbón, en la que abundan las muertes violentas en accidentes, está la del príncipe Alfonso de Borbón, primo hermano del rey (y exesposo de la nieta de Francisco Franco, Carmen Martínez-Bordiú), quien falleció degollado a los 52 años mientras esquiaba en Colorado, en 1989. Años antes, su hijo mayor con Carmen, el pequeño Francisco, de solo 11 años, había muerto en un accidente automovilístico, mientras su padre conducía el carro. La pareja se había separado cuando Carmen abandonó el hogar y a sus dos hijos pequeños y se fue a vivir a París con Jean-Marie Rossi, un anticuario muy rico y mucho mayor que ella, y Alfonso se había quedado a cargo de criar a Francisco y a Luis Alfonso. ¡Escalofriante y cruel destino el de esa familia a la que el desamor y los accidentes destrozaron!

Las tragedias sentimentales y las muertes accidentales van mano a mano en el principado de Mónaco. Ahí, ni la belleza ni la vida “estilo cuentos de hadas” de la princesa Grace con su esposo, el príncipe Rainiero, y sus hijos, los príncipes Carolina, Alberto y Estefanía, en su palacio de Le Rocher, pudieron evitar la muerte accidental de Grace en 1982 (que muchos sospecharon fue motivada por una discusión que estaba teniendo con la entonces rebelde princesa Estefanía, mientras iban juntas en el carro). Años después sucedió el accidente de barco que provocó el fallecimiento de Stefano Casiraghi, el joven marido de Carolina y padre de sus tres hijos mayores (Andrea, Carlota y Pierre Casiraghi), con quien había encontrado la felicidad después de muchos sufrimientos junto a su infiel primer marido Philippe Junot. Lo más curioso y triste de todo es que ahora Carolina y Estefanía, quienes siempre tenían un nuevo novio o marido, y parecían no poder vivir sin una pareja a su lado, están solas. Carolina tuvo varios matrimonios y muchos amores y desamores. Su último esposo, de quien está separada, es el príncipe Ernesto de Hannover. Estefanía también ha tenido varios matrimonios y ahora vive dedicada a sus hijos Luis, Paulina y Camille. ¿Crees que han sido felices? Quizás nunca se imaginaron lo difícil que era lograr el amor.

El príncipe Rainiero con sus hijos Alberto y Carolina en el funeral de la princesa Grace

El príncipe Rainiero con sus hijos Alberto y Carolina en el funeral de la princesa Grace

Siguiendo con los accidentes de autos, ¿quién no recuerda el que tuvieron en París el 31 de agosto de 1997 la princesa Diana de Gales y Dodi Al-Fayed, que les costó la vida? Otro accidente similar sufrió la princesa Astrid de Bélgica, esposa del rey Leopoldo de Bélgica, quien murió en 1935, embarazada de su hijo y con solo 29 años de edad, cuando su marido perdió el control del carro que conducía. Y recientemente el accidente de esquí del príncipe Friso de Holanda -casado con la princesa Mabel e hijo de la reina Beatriz-, quien ha quedado vivo, aunque sin función cerebral, después de haber sido aplastado por una avalancha de nieve.

La familia real inglesa no ha sido muy feliz a pesar de ser una de las más ricas y poderosas del mundo, y ha tenido en su historia grandes dramas sentimentales que casi hacen tambalear la corona. Entre ellos, las infidelidades del rey Eduardo VII y la abdicación del rey Eduardo VIII “por el amor de una mujer": la divorciada Wallis Simpson. Además, hubo varias muertes por accidentes de aviación, como la del guapo duque George de Kent, a los 39 años, durante la Segunda Guerra Mundial, y la del príncipe William de Gloucester, a los 30 años, en 1972. Este último también padecía la rara enfermedad genética porfiria, que sufrieron algunos de sus antepasados en las ramas de la realeza inglesa y alemana. Otra tragedia inesperada ocurrió en 1979, cuando se produjo la muerte del exvirrey de India, el almirante y Earl Louis Mounbatten, primo de la reina Isabel II de Inglaterra, por una bomba a manos de terroristas del IRA.

Recordemos que en 1898, la emperatriz Sissi de Austria-Hungría fue asesinada a los 61 años en Suiza por un anarquista, y años antes su hijo Rodolfo se suicidó en Mayerling junto a su amante María Vetsera, ¡aunque ahora se dice que fueron asesinados por enemigos políticos!

¿Otras tragedias? El suicidio con monóxido de carbono del príncipe Andrés de Yugoslavia, hijo del último rey, Alejandro I de Yugoslavia, quien fue encontrado muerto en su auto. El aristocrático Rafael Medina, duque de Feria (exesposo de Nati Abascal y padre de sus hijos) sufría fuertes depresiones desde que fue condenado por corrupción de menores y tráfico de drogas, por lo que ingresó en prisión en 1993. En 1995 salió de la cárcel y en 1998 intentó suicidarse cortándose las venas. Después, cuando murió en el 2001, se rumoró que se quitó la vida ingiriendo barbitúricos; sin embargo, la autopsia reveló que había sufrido un fallo cardiorrespiratorio. Y Matilde de Solís-Beaumont, hija del marqués Fernando de la Motilla, quien fuera esposa del duque de Huéscar, hijo de la duquesa Cayetana de Alba, tuvo que ser hospitalizada tras dispararse un tiro. El percance nunca se aclaró y se rumoró que había sido un intento de suicidio.

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