Existen indicios de que el príncipe de Asturias pronto sucederá al rey Juan Carlos de España.
Mar. 25, 2011
Hay serios indicios de que está próximo un relevo en el trono español. Entre ellos se menciona la salud del rey Juan Carlos, quien hace poco fue sometido a una cirugía para extraerle un nódulo benigno del pulmón. Desde entonces, con sus 74 años de edad y casi 40 de reinado, se ve muy cansado y camina con cierta dificultad, no obstante lo cual continúa con una agenda agotadora, en la cual su sucesor, el príncipe Felipe de Borbón y Grecia, se ve cada vez más involucrado.
Se toma en cuenta, por otra parte, que Felipe ya tiene 42 años (su padre fue coronado a los 37) y quizás es el príncipe heredero mejor preparado de Europa, graduado en Ciencias Políticas y Económicas, con un máster en Relaciones Internacionales, más sus estudios militares que lo acreditan como Teniente de Infantería, Alferez de Navío, Teniente de Aviación y Piloto de Helicópteros.
Pero el indicio más revelador fueron las palabras del rey en su alocución de fin de año, cuando mencionó a su hijo para agradecerle públicamente la efectiva colaboración que le viene brindando, asumiendo cada vez más responsabilidades. Un hecho inédito que políticos y analistas han interpretado como preparación de una próxima abdicación.
De resultar cierto, sería uno de los pocos casos dentro de las monarquías, pues los reyes son vitalicios y casi siempre se mantienen atornillados al trono hasta el final. Por eso no parece lejano el día en que Felipe de Borbón será el rey Felipe VII; su esposa Letizia Ortiz se convertirá en reina consorte, y su hija mayor, la infanta Leonor, pasará a ser la heredera.
