Fallece el príncipe Kardam de Bulgaria

Fallece el príncipe Kardam de Bulgaria

El príncipe de Tírnovo e hijo del depuesto rey Simeón II de Bulgaria murió a los 52 años debido a una infección pulmonar relacionada con la parálisis que sufría

Kardam de Sajonia-Coburgo-Gotha y Gómez-Acebo, príncipe de Tírnovo, falleció este martes, a los 52 años de edad, en un hospital de Madrid, informó su padre, el ex primer ministro y depuesto rey Simeón II de Bulgaria, en su página web.

?Su muerte ha sido el resultado de una infección pulmonar relacionada a la parálisis que sufría desde hace años, después del grave accidente de tráfico que tuvo en 2008 y del que no pudo recuperarse?, escribió Simeón de Sajonia-Coburgo.

El último rey de Bulgaria y ex primer ministro de su país añadió que, hasta el último momento, el príncipe Kardam estuvo acompañado por sus padres, Simeón y Margarita Gómez-Acebo, la esposa del príncipe, Miriam de Ungría, y sus hermanos, los príncipes Kiril y Konstantin.

En su mensaje, Simeón de Bulgaria se refirió al accidente que sufrieron Kardam de Bulgaria y su esposa, Miriam de Ungría, en El Molar, cerca de Madrid, en agosto de 2008. El príncipe de Tírnovo sufrió entonces un traumatismo craneoncefálico severo, y su esposa, con quien se casó en 1996 en la iglesia ortodoxa de los santos Andrés y Demetrio, de Madrid y tuvo dos hijos, Boris (ahora convertido en el heredero de un trono inexistente) y Beltrán-, fue ingresada en el hospital con fractura de codo y diversas contusiones.

Un año después del accidente de tráfico que sufrió la pareja, Míriam de Ungría se trasladó junto a su marido y sus hijos a Cacheiras, en Teo (cerca a Santiago de Compostela) mientras Kardam de Bulgaria estaba ingresado en la Fundación Foltra (Fe, Optimismo, Lucha y Trabajo), donde era tratado, pero debido los pobres resultados, Kardam fue trasladado a su domicilio familiar en Madrid.

En la imagen: El príncipe Kardam y su esposa, Miriam, en septiembre de 2007 en la celebración de los 40 años del ahora rey de los Países Bajos, Guillermo Alejandro, en Apeldoorn. (Getty Images)

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