La realeza y sus íconos de moda: Catherine, duquesa de Cambridge

La realeza y sus íconos de moda: Catherine

El innegable estilo real de la duquesa de Cambridge

La actual duquesa de Cambrigde, conocida popularmente como Kate Middleton, luce siempre impecable y su estilo a la hora de vestir acapara la atención de los medios de comunicación y de la gente en general, sobretodo de las miles de seguidoras que intentan imitar su estilo. Kate es sin duda, la mejor embajadora de la moda de su país.

Catherine Elizabeth Middleton, nació el 9 de enero de 1982 en Berkshire, donde creció y asistió al Marlborough College. Posteriormente ingresó en la Universidad de Sant Andrews, donde estudió la carrera de Historia del arte y también donde conoció al príncipe William en el año 2001, que estudiaba en esa misma universidad. En el año 2003 empezaron a salir juntos.

Durante el noviazgo en el año 2007 tuvieron una ruptura de la que la prensa hizo eco, y el motivo que se público fue que Kate había puesto “demasiadas expectativas” en que William demostrase públicamente su compromiso y la intención de casarse con ella. Pero el príncipe, con tan solo 24 años en esos momentos, se consideraba muy joven para un compromiso de matrimonio. Aunque posteriormente se reconciliaron retomando la relación y el 16 de noviembre de 2010 se emitió un comunicado en el que se anunciaba el compromiso oficialmente.

La boda real se celebró el día 29 de abril de 2011 en la Abadía de Westminster y en la que Catherine y William se convirtieron en los duques de Cambridge.

Posteriormente, el 22 de julio 2013 nació George de Cambridge, el futuro heredero de la corona británica, tercero en la línea de sucesión al trono, y en la actualidad los duques esperan su segundo hijo.

Aunque no debe de ser fácil vivir siempre bajo la mirada constante de la prensa, con una agenda pública llena de compromisos oficiales, Kate lo está llevando muy bien. Su adaptación ha sido sorprendente y ha ido cambiando su estilo pasando de modelos low cost a otros más sofisticados. Generalmente está muy bien asesorada, y para complacer a la reina Isabel, se dice que llega a cambiarse hasta cuatro veces al día de vestido, y empieza a llevar joyas importantes y faldas un poco más largas.

El día de su boda, lució un vestido de la firma Alexander McQueen, diseñado por Sarah Burton. Un precioso vestido de color marfil y blanco satinado con escote corazón, sobre el que iba un cuerpo de encaje francés de manga larga y ajustada, encaje que fue confeccionado a mano por la Real Escuela de Costura. El cuerpo era de satén ajustado a la cintura y la falda con vuelo -para realzar y hacer más diminuta la cintura- y una cola de tres metros de largo. Los zapatos hechos a mano por el equipo de McQueen y realizados en satén marfil y con encaje igual que el vestido.

El peinado, que fue una decisión personal, el cabello suelto y recogido en la parte frontal para lucir los pendientes de diamantes en forma ovalada regalo de sus padres y la tiara Cartier del 1936 de la reina Isabel. Se trata de una tiara muy especial que ha pasado de generación en generación. El ramo se confeccionó con las flores favoritas de la Casa Real británica que contenía entre otras, lirios, jacinto y mirto. Resultó una novia espectacular y que sorprendió favorablemente a todo el mundo con ese diseño moderno y vintage a la vez.

Entre sus diseñadores favoritos destacan una gran variedad que van desde Alexander McQueen, Jenny Packham, Stuart Weitzman, Whistles, Warehouse, John Lewis, Diane Von Furstenberg, Alice Temperley, Roland Mauret, Issa y Mulberry, Emilia Wickstead -quien trabajó con Giorgio Armani, Narciso Rodríguez y Proenza Schouler-, y hasta atreverse con los diseños de Reiss, Topshop, French Connection e incluso con algo de Zara. Pero lo que sí es cierto, es que con su look lady se ha convertido, sin duda, en un ícono de la moda conservadora británica.

Considerada como una de las mujeres mejor vestidas del mundo, por el momento nadie es capaz de sacarle un pero a la duquesa en sus estilismos, exceptuando la reina Isabel, que le ha llamado la atención en algunas ocasiones por el largo de sus faldas que no deberían ir más arriba de sus rodillas, cosa que ella intenta ponerle remedio.

Hay que reconocer que su belleza natural, sencillez y elegancia le ayudan a llegar al resto del mundo. El estilismo de Catherine, marca la manera de vestir de infinidad de mujeres en todo el mundo, son muchas las que quieren ir como ella. Los ingleses están encantados -entre otras cosas- porque no pierde su sonrisa, al menos en público.

A la hora de vestir, ella ha conseguido crear estilo propio sin saltarse el protocolo real, y aunque el estilismo de la duquesa ha recibido diversas etiquetas y hay medios que lo tildan de aburrido, la han denominado como embajadora del estilo lady chic combinando a la perfección la alta costura británica con el low cost, incluso en el fashion system se ha creado una frase para catalogar ciertos estilismos: es muy Kate.

Kate Middleton ha ayudado mucho a popularizar marcas clásicas y poco conocidas de Gran Bretaña, cuando viste prendas económicas se agotan en pocas horas en las tiendas, por el ejemplo, el vestido que lució en la visita de la familia Obama provocó una subida del 10% en ventas de la cadena Reiss, el sencillo vestido en tono nude drapeado que lució se agotó el mismo día.

Hay informes económicos que dicen que la duquesa genera unos 700 millones de euros en la industria textil británica y cualquiera de sus estilismos provocan subidas de ventas de hasta un 500% lo que se ha llegado a denominar “Efecto Kate”.

Actualmente hasta hay webs que venden el look de Kate a precios económicos, así las fanáticas de su estilismo pueden conseguir sus outfits sin gastar mucho dinero.

Kate dejó claro con su vestido de novia que iba apostar por la moda británica, y siempre intenta llevar las últimas tendencias. En sus looks más casuales viste más informal, pero sin dejar de ir chic y cómoda. Nunca renuncia a su estilo y glamour, porque se puede ir casual pero sin perder la elegancia. No teme enfundarse en unos pantalones jeans o pitillos tobilleros de color, camisa y blazer con algún complemento a juego, en las ocasiones que el protocolo lo permite.

Algunos de sus must son los vestidos tipo coctel, entallados y unos centímetros por encima de las rodillas. Otra característica para marcar su estilizada figura son los cinturones ajustados a la cintura, incluso por fuera de los abrigos. De los colores que normalmente están presente en su vestuario son el azul marino y azul klein, blanco, nude, beige, rojo y negro, combinaciones clásicas pero infalibles. También se decanta por trajes de chaqueta o vestidos con vuelo clásicos pero elegantes, en ocasiones apuesta por vestidos más juveniles pero normalmente de un solo color más delicado y por supuesto marcan tendencia.

Cuando la ocasión lo requiere, sus outfits son de auténtica princesa, no escatima en lucir pamelas, tocados, tiaras y exquisitas joyas, todo le sienta bien. La elección de sus tocados y sombreros siempre son acertados y aclamados por los expertos en moda, no hay que olvidar que en Inglaterra son especialistas en ello.

Para las noches y las fiestas es un poco más atrevida, lleva vestidos largos con aplicaciones de pedrería y brillantes, telas vaporosas e incluso algo de escote. Si repite en alguna ocasión look, siempre cambia los accesorios o complementos para darle otro aire.

En bolsos, sus incondicionales los clutch y en cuanto a los zapatos, le gusta ir cómoda siempre que puede, pero en actos oficiales no duda en calzar un zapato de tacón alto, su marca favorita es la británica L.K. Bennet, que le permite conseguir el look contemporáneo y femenino que le ha hecho famosa. También le gusta la italiana Max Mara y la estadounidense Tory Burch.

La duquesa de Cambridge o Kate Middleton, como nos guste llamarla, se ha convertido en un auténtico icono de estilo internacional. Elegancia, sencillez y comodidad, son lo que más destacan en su estilo propio que fascina a expertos y profanos de la moda.

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