La radiografía de los alimentos

La radiografía de los alimentos

Qué significan realmente algunos términos presentes en la comida que estás comprando

Con tantos y tan variados términos alrededor de la industria de la comida, es normal a veces sentir confusión y no saber realmente qué tan saludable es un alimento. El fantasma del cáncer y otras enfermedades ronda alrededor de las etiquetas de algunos productos; pero incluso sin llegar a esos extremos, los paquetes de los alimentos pueden tener “publicidad engañosa”, en un esfuerzo de las marcas por hacer más atractivos sus productos. ¿Qué es lo que estamos comiendo realmente?

Como primer paso, una regla muy sencilla de seguir sería leer la etiqueta de cada alimento que nos interesa comprar. Si el producto contiene más de diez ingredientes, o está repleto de nombres que no sabemos cómo pronunciar o no tenemos idea de qué significan, lo mejor será devolverlo al anaquel donde lo encontramos y no llevarlo a nuestra cocina. Sin embargo, también debemos cuidarnos de algunos alimentos de aspecto inocente que en realidad no ayudan para nada a nuestro organismo.

La radiografía de los alimentos

LAS COMIDAS PRECOCIDAS Y EL SODIO

Si acostumbras a comprar comidas precocidas como las que vienen congeladas o las sopas, debes saber que estas contienen una alta cantidad de sal. Lee la etiqueta y verifica la cantidad de sodio presente en estos productos. Según los expertos, la ingesta diaria de sodio recomendada para un adulto es de 1,500 mg (el máximo tolerable es de 2,300 mg por día) y algunos alimentos son capaces de superar esta cifra por sí solos. Comer demasiada sal provocará, como efecto inmediato, que retengas agua y te sientas “inflada”. A largo plazo, problemas en el estómago, la presión y el corazón.

LA MAGIA DE LA PALABRA “ORGÁNICO”

Que todos los ingredientes usados en un alimento sean orgánicos no garantiza que el producto sea saludable. Cuando leemos el término “orgánico” o “natural” en una etiqueta, tenemos la tendencia a asumir que es bueno para nuestro organismo. Es cierto que es beneficioso que un producto no contenga sustancias artificiales, pero ¡ojo!, si ha sido preparado usando un alto contenido de azúcares, harinas refinadas o grasas, tampoco será bueno comerlo.

CARNES PROCESADAS

Los nitritos y nitratos utilizados en la preparación de las carnes procesadas han sido asociados con el cáncer, según demuestran profundos estudios científicos. Las carnes procesadas son el bacon, las salchichas y el jamón, por ejemplo (sí, el jamón de pavo también). Si estas carnes forman parte de tu dieta, intenta al menos reducir su consumo.

PRODUCTOS DIETÉTICOS Y LIGHT

Aquellos productos que anuncian en sus etiquetas estar libres de grasas, probablemente se encuentren entonces repletos de azúcar. Si un alimento ha sido despojado de toda su grasa, ¿cómo es posible que conserve su delicioso sabor? La respuesta muy frecuentemente es el azúcar, que ha sido añadida al producto bajo este nombre u otro. En los snacks que vienen en coloridos y tentadores paquetes, los ingredientes fundamentales generalmente son harinas y azúcares refinados y aceites. Aunque las calorías que se anuncien sean pocas, no son de calidad. Mejor opta por comer una fruta o un puñado de semillas o nueces.

ALIMENTOS “ENRIQUECIDOS”

No te dejes seducir por este término, que en ocasiones significa que a un alimento le han quitado la mayor parte de sus nutrientes durante su preparación, para luego agregárselos después. La palabra que debes buscar a la hora de seleccionar tu comida es “entero” (whole). Los granos enteros conservan todas sus magníficas propiedades originales, como fibra, vitaminas y antioxidantes, y le harán mucho bien a tu cuerpo.

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