Hoteles flotantes

Hoteles flotantes

En medio del mar, estos miniparaísos son la locura del mundo del turismo internacional

Son tan bellos, lujosos y cómodos, que parecen trocitos de ese paraíso en la Tierra con el que siempre soñamos. Los hoteles que “flotan” en medio del mar, formando islas diminutas, son la locura del mundo del turismo internacional. Como pequeños pueblos que surgen de las aguas, los encontramos sobre todo en el Océano Pacífico y el Indico, ya sea en la Polinesia francesa y muy especialmente en la isla de Bora-Bora, en la de Bali y en una serie de islas y atolones trendy y muy de moda en la agenda de los viajeros que saben: las paradisíacas islas Maldivas en el Océano Indico.

En medio del Pacífico, en la Polinesia francesa -cuya isla principal es Tahití- la isla de Bora Bora es para muchos (como Sharon Stone, Julio Iglesias, Sienna Miller, Charlize Theron, Nicole Kidman, etc.) “la más bella del mundo”. En ella, Le Meridien Bora Bora es fabuloso, con 99 bungalós con pisos transparentes. Podemos ver peces debajo mientras nos traen el delicioso desayuno en una canoa. El St. Regis Bora Bora Resort también es exquisito y de los más lujosos de esta parte del mundo; el Bora Bora Pearl Beach Resort y Spa es otra maravilla, lo mismo que el Hilton Bora Bora Nui Resort & Spa y el también fabuloso Intercontinental Bora Bora Moana. Lo más delicioso es que en estos hoteles flotantes no tenemos que salir del resort, pues nos ofrecen desde restaurantes gourmet hasta spas, además de deportes acuáticos de todo tipo.

Las islas Maldivas llevan varios años de moda y muchas parejas famosas como Tom Cruise y Katie Holmes, Naomi Campbell y Vladislav Doronin y Beyoncé y Jay-Z, entre muchos, las adoran y quizás sea porque las aguas del Indico son muy cálidas y las playas de sus pequeñas islas son bellas y muy privadas. El Taj Exotica, el Anantara Dhigu Resort and Spa Maldives, el Club Med Kanifinolhu (perfecto si viajan con niños) y el Conrad Maldives Rangali Island son apenas algunos ejemplos maravillosos de resorts cuyas villas y bungalós flotan sobre el mar. Las Maldivas tienen los hoteles flotantes más de moda del momento, desde los pequeñitos e íntimos hasta los más completos, lujosos y cómodos. ¡Algunos ocupan su propio atolón o pequeña isla! El One & Only Reethi Rah en las Maldivas es sibarita, además de ser de los más exclusivos y privados, y el Conrad Maldives Rangali Island tiene su propia isla, una bodega de vino bajo el agua y un spa cuyas salas de tratamiento tienen suelo de cristal que permiten ver la vida marina.

Los Hilton Hotels & Resorts tienen un gran hotel flotante en Tailandia: el Hilton Pattaya, moderno y lujoso, que flota en el golfo de Tailandia, a solo 90 minutos de Bangkok. Estos hoteles también son favoritos como destinos para bodas y todo tipo de celebraciones románticas junto al mar.

En la India tenemos el Taj Lake Palace Hotel; no está en una playa, se trata de un suntuoso palacio de mármol blanco situado en medio de un gran lago en Udaipur, rodeado de las montañas y de los otros palacios de la ciudad. Aquí nos transportamos a la suntuosidad de la época de los maharajás, que hasta la independencia de la India en 1947, reinaban como príncipes en sus propios territorios. Las habitaciones y sus 17 suites fueron creadas por el maharajá de Udaipur en 1930. Al estar en este hotel sentimos que escapamos a un mundo imposible de explicar. Otro hotel de lujo, que flota sobre las aguas, es el Burj Al Arab en el golfo de Dubai, construido sobre una isla robada al mar. Tiene forma de barco de vela, una decoración muy suntuosa, y un restaurante gourmet bajo el agua.

Hay algunos hoteles -más aventureros, aunque más sencillos- que son una opción ideal para el turista atrevido que busca fuertes emociones, como es el caso del que flota sobre fuertes balsas de bambú en el famoso río Kwai (que inspiró El puente sobre el río Kwai, una de las película más famosas de la historia del cine). El River Kwai Hotel en Tailandia abrió en 1976, fue el primer hotel flotante del mundo y está rodeado de una densa jungla tropical en medio del histórico río. Tan solo verlo iluminado por cientos de lamparitas de aceite de mil colores es una maravilla, mientras el río se desliza bajo las habitaciones de bambú, refrescándolas. Cada una tiene su baño con ducha y muebles de estilo rústico. Lo más interesante son las excursiones, incluso a lomo de elefantes, que podemos hacer a la selva que nos rodea.

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