Un viaje a la costa de Maine

Un viaje a la costa de Maine

Un lugar famoso por sus langostas, sus acantilados, sus flores silvestres... Disfruta del ambiente mitad campestre y mitad náutico en la zona de New England

DÍA 1: Salimos de Nueva York en auto alquilado a las 8:45 a.m. y a las 12:30 p.m. estábamos en el pueblo de Kittery, Maine, después de viajar en carreteras expresas. Fuimos a comer mariscos como solo se pueden saborear en Maine, en el popular y sencillo restaurante Weathervane Lobster in the Rough Seafoods. Un almuerzo de sopa cremosa de almejas o Clam Chowder y un sándwich de pura langosta típico de Maine fueron un primer encuentro con los ?sabores? de la región. Al terminar manejamos durante 5 minutos hacia la costa para ver el mar.

En Kittery hay campos de flores silvestres que llevan al mar, casas de madera con sus banderas americanas, viejas tiendecitas y el alegre ambiente mitad campestre y mitad náutico de Maine. Una hora más tarde tomamos la carretera Norte durante una hora hasta Freeport, donde puedes hacer fabulosas compras. Con tiendas de descuento de diseñadores, Freeport está dedicado al shopping. Mandamos a hacernos bolsas de lona con nuestras iniciales (las Bean Bags) en la famosa tienda L.L. Bean (abierta 24 horas del día los 365 días del año) y compramos en Burberry y en Polo-Ralph Lauren. Después seguimos al norte, en dirección al lindísimo pueblo pesquero de Boothbay Harbor, donde llegamos a las 5 p.m. justo antes de la puesta del sol.

Yo conocía Boothbay Harbor, y en el atardecer se veía bello. Los barquitos de vela y los viejos barcos de pesca alternan con enormes yates, y desde nuestra terraza en el motel Brown?s Wharf Inn (cómodo, de precios moderados y con una excelente situación), el sol pintaba las aguas de color coral. ¡Una sensación divina de la naturaleza! Maine es para quienes disfrutan los placeres sencillos como el mar, el cielo y el olor a salitre. No para quienes buscan cosas modernas y espectaculares. Y Boothbay Harbor es un paraíso de los barcos y de la pesca.

Esa noche comimos al lado del hotel, al aire libre, en Lobstermen?s Co-Op. En platos de papel y mesas de pícnic disfrutamos la langosta al vapor con mantequilla más rica del mundo. Después fuimos al pueblo, a Commercial Street, para caminar por sus tiendecitas y escuchar música de jazz de una orquesta callejera.

FOTOGALERÍA: RECORRIENDO MAINE

DÍA 2: A las 9 a.m., en Fishermen?s Wharf, tomamos un crucero de 3 horas y media para ver ballenas. Una experiencia única donde contemplamos la costa y los puffin (una mezcla entre loro y pingüino), animalitos típicos de Maine. Al regresar, comimos un brunch de panqueques de arándanos azules (la fruta típica de Maine) en el Blue Moon Café, junto al puerto, y dejamos atrás Boothbay Harbor. ¿Nuestro nuevo destino? La playa de Ogunquit, llamada por los indios ?bello lugar junto al mar?, a donde llegamos por la carretera expresa en 1 hora y media. Nos hospedamos en The Mariner?s Resort (un motel cómodo, sin mucho charme, pero conveniente y de precios moderados), y al caer la noche fuimos por el centro del pueblito para conocerlo (su Shore Road está llena de lindos bed and breakfasts ) y llegamos a Perkins Cove, con tiendecitas y restaurantes, de donde salen varios cruceros. Muchos visitantes hacen la popular caminata por Marginal Way, una vía rústica por las rocas de la costa, hasta llegar a Perkins Cove.

DÍA 3: Hoy quisimos aprovechar el día, pues teníamos que regresar a Nueva York, y en la mañana volvimos a Perkins Cove a tomar el crucero Lobstering Trip, de una hora, que nos mostró la playa de Ogunquit y la línea de la costa con los famosos farallones y rocas negras de Maine. El capitán del barco nos enseñó cómo se atrapan las langostas, tirando cajas-trampas. Atraídas por el olor de los arenques, quedan atrapadas. Si son muy pequeñas las vuelven a tirar al mar ¡y se salvan! Al regresar a Perkins Cove almorzamos Crab Rolls al aire libre en Barnacle Billy?s.

Salimos de Ogunquit rumbo sur y en 5 minutos estábamos en York (un pueblito estilo americano de los años 30). Vimos el faro de Nubble Light, en Cabo Needick.

Para terminar el viaje tomamos la I-95 Sur y en 4 horas y media llegamos a Manhattan.

FOTOGALERÍA: RECORRIENDO MAINE

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