Durante años, los aceites tuvieron mala fama en el mundo de la belleza. Muchas pensábamos que nos dejarían la piel brillante, el cabello apelmazado o los poros obstruidos. Pero la realidad es que, cuando se eligen bien y se aplican de forma correcta, los aceites vegetales pueden transformar tu rutina de belleza.
Desde hidratar sin saturar hasta aportar brillo saludable o ayudar a mantener el maquillaje, estos elixires naturales se han convertido en aliados multifuncionales que funcionan en todo tipo de pieles y cabellos, incluso en los más grasos. La clave está en cómo los usas.
Aquí te compartimos cómo aplicar aceites sin que sientas la piel pesada ni el cabello graso, porque es posible lograr ese glow natural sin exceso de brillo.
Formas efectivas de incorporar aceites en tu rutina de belleza
1. Como sellador de hidratación en la piel (no como reemplazo de la crema)
Uno de los errores más comunes es usar aceites como si fueran cremas hidratantes. En realidad, los aceites no hidratan, sino que sellan la hidratación previa, impidiendo que el agua se evapore.
Cómo aplicarlo: primero usa tu suero o crema hidratante, y cuando aún esté ligeramente húmeda la piel, aplica unas gotas de aceite facial con suaves presiones. Esto dejará la piel nutrida, pero no pesada.
2. Mezclado con tu base de maquillaje para un acabado glow
Si sientes que tu base es demasiado mate o que resalta líneas de expresión, unas gotas de aceite facial ligero pueden cambiar por completo el resultado. Esta técnica se ha vuelto popular entre maquillistas para lograr un acabado luminoso y saludable.
El truco: mezcla una gota de aceite (como marula, jojoba o rosa mosqueta) con tu base en el dorso de la mano, y aplica con brocha o esponja.
3. Como tratamiento prelavado para el pelo
Los aceites capilares pueden ser un salvavidas si se usan antes del shampoo. Aplicarlos en medios y puntas antes de lavar el cabello ayuda a prevenir el resecamiento, restaurar brillo y proteger la hebra de agresiones externas.
Qué hacer: aplica aceite de coco, argán o almendra media hora antes de la ducha, deja actuar, y luego lava como de costumbre. El cabello queda suave, sin residuos grasos.
4. En lugar de crema de cutículas o bálsamo labial
Si no toleras productos pesados en las manos o labios, una sola gota de aceite puede ser tu mejor aliada. Hidrata, suaviza y protege sin sensación pegajosa.
Aplica aceite de oliva, jojoba o ricino en las cutículas y labios antes de dormir. Por la mañana notarás la diferencia.
5. Como desmaquillante suave y eficaz
Sí, el aceite puede ser el mejor desmaquillante si sabes usarlo bien. Disuelve el maquillaje —incluso el resistente al agua— y retira impurezas sin resecar la piel, siempre y cuando lo enjuagues correctamente.
Usa el método de doble limpieza: primero masajea un aceite (puede ser vegetal o aceites desmaquillantes) en seco sobre el rostro, luego enjuaga con agua tibia y limpia con un gel o espuma suave.
Incorporar aceites en tu rutina de belleza no significa tener la piel brillante ni el cabello apelmazado. Cuando se usan bien, aportan nutrición, protección y luminosidad de forma natural. Ya sea en la cara, el cabello o las manos, estos pequeños gestos pueden marcar la diferencia entre una rutina básica y una realmente efectiva.