¡Genio embotellado! Sí, nos referimos al rímel o la máscara para pestañas

¡Genio embotellado! Sí, nos referimos al rímel o la máscara para pestañas

La máscara para pestañas es un símbolo de la belleza y, durante poco más de 6,000 años, ha experimentado sorprendentes transformaciones.

En el antiguo Egipto, hombres y mujeres solían estilizar sus pestañas y utilizaban kohl (cosmético con base en galena molida) para oscurecerlas y protegerlas del sol. Alrededor de 1837, la primera máscara fue desarrollada por Eugène Rimmel, perfumista de la reina Victoria. Estaba compuesta de polvo de carbón y gelatina de vaselina. Su invento causó toda una sensación, que incluso se le acredita el nombre ‘rímel’ de manera popular.

Mujer aplicándose rímel

En 1917, Mabel Williams trabajó con un fabricante de medicamentos para crear el Lash-Brow-Ine, una fórmula de vaselina y aceites para cejas y pestañas. Al final, su marca se convirtió en Maybelline, y en 1933 creó la primera máscara comercial, la misma que en 1938 fue la primera a prueba de agua.

¡Genio embotellado! Sí, nos referimos al rímel o la máscara para pestañas

¿Quién creó el diseño que hoy conocemos? ¡Revlon! En 1958 introdujo la Brush on Mascara, la primera con paquete tubular y cepillo de punta espiral. En ese momento, las pestañas tupidas, como las de la legendaria modelo Twiggy, era un must, tanto así que en 1971 nació un producto de culto: la Great Lash, de Maybelline, a base de agua y que lograba un efecto dramático. La máscara para pestañas ha evolucionado, pero la ‘cara de rímel’ que ponemos al aplicarla sigue vigente, es decir, estirar el rostro para facilitar el maquillaje. ¿Curioso? La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dice que es la causa de la lesión más común relacionada con el maquillaje, así que hazlo con cuidado.

¿Cómo elegir el rímel adecuado para mí?

Hay muchas máscaras: para pestañas más tupidas y alargadas, resistentes al agua y al llanto…lo importante es preguntarse: ¿quiero más largo, más volumen o pestañas más tupidas? La máscara para dar volumen suele contar con cepillos más gruesos y cortos. Las para alargar tienen un cepillo más finito y largo. La máscara a prueba de agua sólo se recomienda para nadar. En la mayoría de los casos, la máscara común no se corre por un poco de sudor.

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Por: Michel Medina Martínez
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