Un cómico llamado Robin Williams

Un cómico llamado Robin Williams

Histriónico y muchas veces desmedido... La mejor palabra que encaja con Robin Williams es, simplemente, la de cómico

Robin Williams, nacido en Chicago, Estados Unidos, 21 de julio de 1951, fue el actor que ponía caras, el intérprete que continuamente desplegaba afectación o exageración, el hombre que en una fiesta contaba historias gesticulando y haciendo brotar la risa a quienes lo observaban.

Su infancia fue solitaria porque su padre, un alto ejecutivo de una empresa de coches, debía cambiar continuamente de residencia, lo que dificultaba que su hijo afianzara sus amistades. Su madre, actriz frustrada, alimentó la vocación por la interpretación de su hijo.

Estudió Arte Dramático en la prestigiosa escuela Juilliard de Nueva York, donde coincidió con Christopher Reeve, de quien se hizo muy amigo. Allí empezó a tallar su talento para la comedia.

Williams procedía de la estirpe de los cómicos que se subían a un escenario en solitario para hilar imitaciones, gags y monólogos: en definitiva, para hacer sonreír. Así se inició en los clubes de San Francisco y de esto trataba su programa de televisión que tanto éxito tuvo, Robin Williams at Met, con el que años después haría una gira por 23 ciudades estadounidenses.

Debutó en el cine, como no podía ser menos, dando vida a un popular personaje de los dibujos animados, Popeye, el marino, en 1980, a las órdenes de Robert Altman. Y luego canalizó su sentido del humor y su vena de showman en Good morning, Vietnam (Barry Levinson, 1987), en la que hacía de locutor de radio que alentaba a las tropas estadounidenses en Saigón. Este trabajo le valió el Globo de Oro y una nominación al Oscar.

Poco a poco, tal vez para librarse de su innato histrionismo, prefería hacer papeles dramáticos, y así le llegó el de protagonista de Dead Poets Society (Peter Weir, 1989) y su carismática interpretación de John Keating, el profesor que dejó una imborrable huella en los alumnos de un rígido internado.

Con el pirata Hook, de Steven Spielberg, en 1991, volvió a hacer gala de sus infinitos gestos y de un sinfín de muecas. Gracias a The Fisher King (Ferry Williams, 1991), fue candidato al Oscar por tercera vez, y su talento volvió a salir a flote en Mrs. Doubtfire (1993), en la que hacía un doble papel de hombre-mujer, gracias al que logró el Globo de Oro.

Luego trabajó con directores como Mike Nichols en Jumanji (1995); Francis Ford Coppola, en Jack (1996); Kenneth Branagh en Hamlet (1996); Woody Allen, en Deconstructing Harry (1997) o Ivan Reitman en Fathers´ Day (1997).

Ese año fue bueno para él: obtuvo el Oscar al mejor actor secundario por su papel de psiquiatra en Good Will Hunting (Gus Van Sant, 1997).

En 1998 lo vimos en Patch Adams como un estudiante de medicina de los años 70 que trataba a los pacientes, de forma ilegal, a través del humor.

Entre sus películas posteriores destacan Traffic (Steven Soderberg, 2001); Smoochy (Danny de Vito, 2002); Insomnia (Christopher Nolan, 2002); Night at the Museum (Shawn Levy, 2006); y License to Wed (Ken Kwapis, 2007).

En 2013 interpretó a un sacerdote, el padre Monaghan, en la comedia The Big Wedding, cuatro años después de hacer de párroco en la alocada License to Wed. El filme contó con un reparto de lujo, pues estuvo protagonizado por la pareja formada por Robert De Niro y Diane Keaton.

Además, solía prestar su voz a personajes animados, en ese juego constante por ser otro, como el genio de Aladdin o Fender, el androide de Robots (2005).

Este año se estrenó en Estados Unidos, en mayo, The Angriest Man in Brooklyn, en la que trabajó al lado de Mila Kunis. Y para esta Navidad se tiene previsto el estreno de Night at the Museum: Secret of the Tomb, parte de la serie de cintas filmadas al lado de Ben Stiller y Owen Wilson, y en donde hacía el papel de Teddy Roosevelt.

PROBLEMAS CON EL ALCOHOL

Su afición por el alcohol le dio problemas: en los años ochenta ingresó en un centro de rehabilitación de drogas y, en 2006, en otro para tratar su adicción al alcohol.

“Después de 20 años estando sobrio, Robin Williams volvió a beber y ha decidido tomar medidas para superar esto por su propio bien y el de su familia”, dijo entonces su publicista.

En 2009 tuvo que ser operado de corazón en plena gira teatral por Estados Unidos. “Un par de horas después de la operación, estaba entreteniendo al equipo médico y haciédonos reír”, explicó el doctor Marc Gillinov, encargado de aquella cirugía.

Robin Williams celebró dos matrimonios. El primero de ellos, de diez años de duración, fue con la actriz y bailarina Valerie Velardi, hasta 1988. Al año siguiente se casó con Marsha Garces, de quien también se divorció en 2008. Fue padre tres veces: sus hijos son Zachary (con su primera esposa), y Zelda y Cody (con la segunda).

Hoy, el mundo del espectáculo ha perdido a uno de sus más grandes representantes y a quien todos recordaremos siempre con gran cariño. Descansa en paz, Robin Williams.

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