Lin-Manuel Miranda: Conquistando Broadway y Hollywood

Lin-Manuel Miranda: Conquistando Broadway y Hollywood

Conoce a uno de los latinos más talentosos que veremos próximamente en “Mary Poppins” y quien compuso la música para la película animada de la nueva princesa de Disney, Moana

Simpático, modesto, de respuestas rápidas con un ritmo que nos remite al que escuchamos en Hamilton, la obra musical con la que Lin-Manuel Miranda, de 36 años, ha redefinido los parámetros de ese género al triunfar con el rap y el hip-hop en la meca del teatro estadounidense. En cuanto a la historia de los musicales, el universo se divide en A.H. y D.H.: antes de Hamilton y después de Hamilton. La obra es sobre la historia del estadista que redactó gran parte de la Constitución de los Estados Unidos, pero en ella encontramos la esencia del inmigrante (nacido en una isla de las Antillas Menores), quien aportó la visión del extranjero sumándose a la totalidad y haciéndose parte intrínseca de ella.

¿Cómo te sientes al haber logrado el éxito tan joven?

¡Gracias, no sabes lo bien que me haces sentir por llamarme joven! Me tomó siete años componer In the Heights(su primer éxito en Broadway) y otros siete años en hacer Hamilton. Me lleva mucho tiempo ir del sueño a la realidad. Me siento agradecido por poder mantenerme haciendo lo que me gusta.

?Mantenerse? es una sutileza, ya que desde su apertura en el teatro Richard Rogers en agosto de 2015, las ventas se dispararon de tal manera, que obtener entradas para ver la obra exige tener enorme paciencia, ya que las representaciones están vendidas hasta el 2017. La última función en la que Miranda actuó impulsó la reventa de algunos boletos a 9.000 dólares. La revista Money calculó que Miranda ganó un aproximado de 6,4 millones de dólares como resultado de los diferentes papeles que ha desempeñado como creador, compositor y actor de Hamilton. Esto no tomó en cuenta el estreno de la gira limitada por varias ciudades en Estados Unidos, que comenzó en el teatro Private Bank, de Chicago. En octubre de 2017 se estrenará en el venerado teatro Victoria Palace, de Londres, cuyas puertas cerraron el pasado abril para hacerle considerables renovaciones.

Este ha sido un año intenso para Miranda, porque entre otros reconocimientos recibió la beca McArthur, con la que fue denominado ?genio?; ganó un premio Pulitzer (el noveno por un musical en los 100 años del premio), un Grammy como Mejor Álbum y 11 Tonys, entre ellos los de Mejor Libreto y Mejor Obra. Además, compuso la banda sonora de Moana, una película animada de Disney, que se estrenará en noviembre, durante el fin de semana de Acción de Gracias, y se prepara para interpretar al farolero Jack en la película Mary Poppins Returns, junto a Emily Blunt como la indescriptiblemente mágica nana inglesa que regresa de visita. ?Ahora estoy aprendiéndome las canciones compuestas por Marc Shaiman y Scott Wittman, las cuales son increíbles?, dice Miranda. Le entusiama cantar y bailar sin preocuparse por corregir líneas ni hacer otra cosa que disfrutar el trabajo como actor junto Blunt, quien le parece perfecta para encarnar a Mary Poppins. Próximamente The Weinstein Company producirá la versión fílmica de In the Heights. Al igual que Hamilton, Miranda es un dinamo: mientras actuaba en Broadway compuso el tema para la secuencia de la cantina en Star Wars y parte de la banda sonora de Moana.

¿En qué te inspiraste para componer Moana?

Es un universo tan asombroso: una cultura isleña increíblemente rica. Lo que me atrajo y me decidió participar en el proyecto fue conocer el sistema de navegación que los moradores de las islas del Pacífico tenían: el dead reckoning (estimación), que consiste en arribar a su destino sanos y salvos, y para ello deben mantener viva en la mente la isla de donde proceden. Me pareció que era algo tan hermoso y tan certero, que me dije: ?¡Dios mío, ¿podría haber una mejor metáfora para la vida??. Los realizadores estaban enamorados de este viaje y yo me uní a esa pasión e intenté igualarla al componer las canciones.

La pasión late al hincharse las velas de la embarcación con el viento de las cuerdas impulsadas por los violines, al ritmo de la percusión que nos habla del idioma entre Moana y el musculoso Maui, al iniciar una precaria aventura.

¿Cómo compusiste temas tan diferentes mientras actuabas en Hamilton siete noches por semana?

La ironía es que hacer siete espectáculos por semana te da más tiempo; desde que te despiertas vives en función de un horario de programación teatral y quieres estar en forma a las 8 de la noche. Con cada decisión, cada comida que ingieres, cada siesta que tomas, estás pensado: ?¿Cómo me voy a sentir a las 8 de la noche?, ¿voy a estar en forma a las 8??. Descubrí que cuando sigo el horario de un programa, me estructuro con mayor efectividad.

Además de haber crecido escuchando música en tu casa, ¿cuáles son las principales influencias que han contribuido a la estructura musical y dramática de Hamilton?

Todo, absolutamente todo. Mis padres tenían una tonelada de música latina: mucho Gran Combo, Rubén Blades, Juan Luis Guerra y 440, Gilberto Santa Rosa, Marc Anthony..., pero yendo más hacia atrás, Ruth Fernández, Willy Colón y Danny Rivera. Crecí con esa música en casa, pero también con los temas de Broadway: The Sound of Music, West Side Story, Camelot y hip hop desde los Beastie Boys hasta KRS One y Eric B. & Rakim; esa es la música que mi hermana y yo escuchábamos. Me siento dichoso de haber sido un adolescente en un momento de gran calidad en el hip hop; había muchos tipos de hip hop, era un campo muy amplio y variado. Todos estos elementos han contribuido para darle forma a la música que compongo.

También está el latir de las reuniones de asesoría política en las que participó como testigo cuando de niño acompañaba a su padre, Luis Miranda Jr., fundador del MirRam Group.

¿Cómo te preparabas para dejar atrás la piel de Lin-Manuel para encarnar a Hamilton noche tras noche?

(Ríe divertido). Muy sencillo, me dejé crecer el pelo; como dice mi abuela, estaba ?superpelúo?. Interpretar a Hamilton es hacer un personaje de una confianza desmesurada, con la capacidad de decir lo primero que se le ocurre. Para mí lo divertido fue actuar de manera imprudente, bravucón; en la vida real soy mucho más apacible y tímido, pero al interpretar a Hamilton tienes que ser algo arrogante, loco e implacable.

Hay menos de 10 millas (16 kilómetros) de distancia entre el high school Hunter College y Washington Heights, el barrio donde Lin-Manuel vivía, pero es como si estuvieran en diferentes países. Wesleyan University, donde él estudió, era un ambiente distante del hogar familiar, pero fue allí donde compuso In the Heights. Sus años formativos fueron un cabalgar entre dos mundos bastante disimiles. En 1996, el académico Gustavo Pérez-Firmat, profesor de literatura comparada de la Columbia University, escribió Life on the Hyphen, haciendo referencia al guion (hyphen) como elemento que une y separa en el caso específico de los cubanoamericanos; pero esa realidad puede extrapolarse a cualquier comunidad con características similares.

¿La vida en los márgenes de las corrientes centrales de la sociedad contribuyó a que escribieras Hamilton?

Creo que te ayuda a ser un escritor. Muchos latinos que crecimos en los Estados Unidos, cuyos padres vienen de otras partes, ya sea de Puerto Rico, República Dominicana, México o Cuba, sentimos que estamos en mundos diferentes: con un pie en los antepasados y otro en el presente; esa es una buena manera de formar a un escritor. Una parte de mi mente siempre está observando las costumbres en relación al otro lugar. Eres y no eres parte de cada mundo: no hay mejor fórmula para ser un escritor.

Miranda define la vida de Hamilton como un balcón preferencial ?a la formación de nuestro país. Hamilton es el Forest Gump de la etapa colonial; está presente en tantos momentos importantes: desde las señales de la guerra revolucionaria y la victoria hasta la formación del gobierno y el sistema bipartidista. Está presente en aspectos esenciales de la formación de los Estados Unidos. Y es un punto de vista increíble desde donde observar estos eventos?.

¿Te preocupa no tener la misma libertad artística en el futuro?

Al contrario, cuando tienes un éxito basado en lo que parecía ser una idea dislocada, te darán más espacio en el próximo proyecto. Mi única responsabilidad es hacer lo que me inspira, no me puedo dejar llevar por lo que otros piensan que es lo que debo hacer o lo que el mundo quiere. Tengo que acallar esas voces y componer lo que siento que debo componer. Eso es lo único que me ha llevado a tener algún éxito.

¿Qué estás leyendo?

He estado releyendo libros de misterio y fantasía que siempre me han gustado: El nombre del viento, por Patrick Rothfuss, es una novela fantástica que me encanta y a la que regreso, y la nueva obra de Harry Potter, que están presentando en el West End; mi plan es leer el primer acto y no el segundo, para ver la puesta en escena tan pronto vaya a Londres. Veré si tengo la fuerza de voluntad para lograrlo. Soy un lector voraz.

¿Qué le lees a tu hijo Sebastián?

A Sebastián, que no ha cumplido los 2 años aún, si no tiene un camión o un tren no le interesa. Aunque le gusta Good Night Moony una dieta de Dr. Seuss.

¿Cómo te ha cambiado la paternidad?

Lo cambia todo y no cambia nada. Soy el mismo de siempre, pero mis prioridades, nuestras prioridades, han cambiado hacia la tercera persona. Mi esposa y yo organizamos nuestra vida en función de su bienestar, de que él tenga lo que necesita para ser feliz y saludable; esa es la principal prioridad. Es algo inmediato, no sucede de forma gradual: un día estás concentrado en ti y al día siguiente el foco es el niño. También aprecias más a tus padres y el regalo que ellos te dieron. Pienso en lo paciente que fueron conmigo y te das cuentas de los recursos que tienes para criar a tu hijo gracias a la forma en que te criaron.

Lin-Manuel se siente muy dichoso por la estrecha relación que tiene con su familia, que siempre lo ha apoyado.

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?Necesito escribir, así que debo tener un teléfono o un bolígrafo y una libreta de apuntes siempre conmigo?

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