Plácido Domingo, artista, padre y abuelo ejemplar

Plácido Domingo

Uno de los grandes tenores del siglo XX se instala en el XXI con dinamismo y color al cambiar de registro

Plácido Domingo se encuentra mejor tras la embolia pulmonar que sufrió en días pasados. Semanas antes, lo tuvimos en entrevista con Vanidades.

Maravilla la energía, la capacidad de trabajo y el compromiso con la música de Plácido Domingo nacido en Madrid en 1941, desde donde marchó a los 8 años de edad rumbo a México, donde se formó, quien mantiene una apretada agenda. Hacer música exige una disciplina rigurosa por muy experimentado que sea quien lo haga. Recientemente deslumbró con su interpretación de Nabucco , en el Covent Garden, de Londres, con la que se ganó a los más escépticos; esta puesta en escena ha sido llevada a un contexto contemporáneo. Pero tener tanto trabajo no le impide que dedique tiempo a labores que favorecen a jóvenes talentos, como la National YoungArts Foundation, con sede en Miami. “Es el único programa en los Estados Unidos que busca y apoya a jóvenes creadores en todas las disciplinas del arte”. Plácido recuerda que de joven “tuve la fortuna de pertenecer a una familia de músicos y de ser admitido a temprana edad en el conservatorio de música de la Ciudad de México”. Allí conoció a la soprano mozartiana Marta Ornelas y tras un breve noviazgo, contrajeron matrimonio en 1962. Plácido y su esposa tienen dos hijos, Plácido y Alvaro, quienes los han hecho abuelos en ocho ocasiones.

Dado que este año se celebra el 200 aniversario de los nacimientos de Giuseppe Verdi y de Richard Wagner, Plácido está realizando un mini-tournée con música de ambos. Hace unos meses lanzó Songs , su primer álbum de canciones populares en dos décadas, con Sony Classics, en las que figuran solos y dúos. El segundo CD con Sony es un disco de “arias de barítono de las óperas de Giuseppe Verdi. Son papeles que dramática y vocalmente me encantan, y se acomodan muy bien a mi voz en este momento de mi vida y de mi carrera”. Al estrenarse como barítono en el personaje de Francesco Foscari, “he tenido la satisfacción de interpretar una de las óperas menos conocidas de Verdi: I due Foscari”, lo que es consecuente con uno de sus compromisos: rescatar obras desconocidas u olvidadas. “Siempre me ha gustado darles su lugar tanto a las óperas más reconocidas y populares del repertorio clásico, como a obras menos conocidas o contemporáneas”. También debuta en otros papeles de Verdi, nuevos para él porque son en registro de barítono: Germont, en La Traviata; Giacomo, en Giovanna d?Arco, y el Conte di Luna, en Il Trovatore. “Durante el verano en el Teatro Real, de Madrid, del 17 al 28 de julio volveré a encarnar al poeta chileno Pablo Neruda en la magnífica obra contemporánea Il Postino, del compositor mexicano Daniel Catán”, quien, lamenta, falleció demasiado joven.

Con tantos viajes, ensayos, dirigiendo, cantando... ¿qué hace para mantenerse en forma, para relajar el estrés que es inevitable con el proceso de montar una obra?

La verdad es que no hay secreto oculto. Trato de cuidar lo que como y de dormir mucho. No bebo más que una copa de vino de vez en cuando y me encanta la cerveza sin alcohol. Mi vida es tan movida que me queda poco tiempo para el ejercicio, pero lo procuro siempre que puedo, donde quiera que esté. De todas formas, camino bastante, siempre que puedo uso las escaleras y paso mucho tiempo sobre mis piernas, en ensayos, funciones o conciertos, cantando o dirigiendo.

Con tanto ruido que se vende como música, ¿cómo se puede “rescatar” la música para las generaciones futuras?

Yo pienso que la base está en la temprana educación de los niños y las niñas. Si los logramos introducir en el mundo de la música clásica y de la ópera desde pequeños, tendrán la oportunidad de escuchar, apreciar y valorar estos géneros aun cuando llegue la ola de música popular. Esta, por sus masivos presupuestos de mercado, siempre tendrá mayor presencia en sus vidas adolescentes, pero por lo menos ya podrán elegir por sí mismos.

¿Qué tipo de lectura prefiere?

Mi tiempo de lectura lo monopoliza mi constante estudio. Como colegial, siempre ando con un libro bajo el brazo, solo que en mi caso es una partitura de alguna obra que estoy aprendiendo o repasando. Trato de estar al día en cuanto a las noticias universales y, cuando puedo, me encanta leer sobre deportes.

FOTOGALERÍA: ALGUNAS ACTUACIONES DE PLÁCIDO DOMINGO

¿Cuál es su responsabilidad principal como figura pública y como padre de familia?

Me acaban de nombrar Embajador de Buena Voluntad por parte de la UNESCO en Europa y he recibido numerosos reconocimientos Honoris Causa de varias universidades del mundo, pero mi estandarte está en mi trabajo y mi dedicación. Trato de ser respetuoso con mis colegas y con quienes me rodean. La puntualidad es sumamente importante para mí. Como padre siempre he deseado y procurado el bienestar y la felicidad de mi familia; he ayudado a mis hijos en todo lo que he podido, inculcándoles disciplina, respeto y honorabilidad. Como abuelo, estoy gozando de todos mis nietos y nietas.

¿Qué necesita tener siempre?

Pasión por lo que estoy haciendo. Más que una necesidad es algo innato, gracias a Dios, y espero tener esa pasión siempre. Soy sencillo y no tengo muchas necesidades. Me imagino que también mis partituras Siempre estoy estudiando algo y eso me mantiene fresca la mente.

¿Cuál es el primer sonido que recuerda y cuál le resulta el más agradable?

Me imagino que el que recuerdo es la música, las canciones de cuna que me cantaba mi madre en vasco. Pero fíjate que como vivo con música en mi vida y en la cabeza tanto tiempo, a veces lo que más aprecio es el “silencio”.

¿Es optimista?

Siempre. Siempre le veo el lado bueno a las cosas. Soy muy entusiasta y pocas veces digo que “no”.

¿Qué le irrita?

Me irrita perder el tiempo.

¿Qué le hace sonreír?

Mis nietos.

FOTOGALERÍA: ALGUNAS ACTUACIONES DE PLÁCIDO DOMINGO

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