Salma Hayek: Mudarme a París me aterraba

La actriz tenía miedo de renunciar a su vida en Estados Unidos

Hace más de cinco años que la atractiva intérprete se instaló en París junto a su marido, el empresario francés François-Henri Pinault, y la pequeña hija de ambos, Valentina (6 años). Sin embargo, la relajada existencia que ahora lleva la estrella de cine nunca formó parte de sus planes iniciales, o al menos Salma no esperaba que fuera a mudarse a Europa una vez pasada la treintena, ni a casarse ni a debutar en la maternidad con casi 40.

Pero aunque hoy se siente muy agradecida por el radical giro que tomó su vida, Salma también ha confesado que sintió un gran temor antes de renunciar a su vida en Estados Unidos para seguir a su marido hasta el Viejo continente.

“En un momento dado sentía que me estaba haciendo vieja y que mi carrera seguía sin despegar del todo. Además, pensé que no iba a encontrar a nadie que estuviese incondicionalmente a mi lado. Y cuando pensé que ya había tocado fondo, mi vida cambió radicalmente. Construí una familia y tuve una preciosa hija. Pero he de reconocer que antes de mudarme a París estaba aterrada. Tenía miedo de abandonar la vida que había construido y dejar atrás todos los proyectos que pudiera tener entre manos. Me daba miedo la incertidumbre, y sobre todo estar tan lejos de mi casa”, explicó la atractiva actriz a la revista francesa Version Femina.

Pero el gran valor que otorga a su matrimonio no sería el mismo si la intérprete mexicana no hubiese disfrutado al máximo de sus años de soltería, un período en el que pudo experimentar todo tipo de intrépidas aventuras. No obstante, aunque Salma recuerda con cariño y añoranza sus años de juventud, al mismo tiempo se reafirma en su convicción de que su familia es el mejor regalo que le ha dado la vida.

“Aunque ahora esté encantada con mi familia y mi matrimonio, he sido capaz de hacer un montón de cosas interesantes en solitario antes de sentar cabeza. Tengo mucha suerte de haber contado con ese tiempo para poder vivir todo tipo de experiencias y locuras. Pero ahora siento que mi familia ha sido mi gran éxito en la vida, y desde luego se ha convertido en la mayor de mis prioridades”, confesó en la misma entrevista.

Salma estaba convencida de que su carrera interpretativa iba a naufragar tan pronto como pusiera tierra de por medio y fijara su residencia en Europa, una fatal previsión que nunca se cumplió porque su marido la animó a seguir adelante con sus proyectos en la gran pantalla. El gran apoyo brindado por su pareja ha cristalizado en rápido ritmo de trabajo en el que la intérprete azteca compagina su carrera cinematográfica con su extensa labor solidaria en organizaciones benéficas --como ‘Chime for Change’, iniciativa de la que es cofundadora junto a Beyoncé--, dos facetas que la mantienen ocupada incluso de madrugada.

“Nadie me ha animado tanto como François. Mis padres y allegados me han apoyado, pero nunca de la forma tan entusiasta en que lo ha hecho él. Me convenció de que debía encontrar mi camino. Al final he aprendido a ocuparme de mi familia por la mañana y a trabajar de noche, a veces incluso de madrugada”, admitió la carismática estrella.

La intérprete se ha mostrado firme en su voluntad de mantenerse alejada de la cirugía estética a fin de poder llegar a la edad de su madre con toda naturalidad.

“Físicamente hablando, prefiero seguir pareciendo yo misma antes que abusar del botox. Tengo amigas que han recurrido a la cirugía entre los 20 y los 40 y ahora están espantosas. Mi propósito es que mi cara no dé miedo a los 70 años. Mi madre es una mujer muy guapa que nunca ha tenido miedo a envejecer, y creo que he heredado eso de ella. Aunque lo cierto es que también hay que hacer esfuerzos para mantenerse bien”, se sinceró.

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