Añádelos a una sencilla receta y verás cómo el platillo cambia por completo
Un vegetal con un sabor divino y muy específico es el espárrago, el cual añade un toque elegante y, a la vez, delicioso a muchas recetas. Además, es exquisito cuando lo servimos fresco, muy al natural, cocido (¡al dente!) al vapor u horneado ligeramente, como plato acompañante.
Añade espárragos a tus ensaladas, guisos y pizzas; a tus platos hechos con huevos (una tortilla de espárragos con tomates o con queso de cabra es una maravilla), a una bruschetta de tomates, a una lasaña, al relleno de unos canelones, a una quesadilla de vegetales... Sus usos son infinitos y siempre muy gourmet. Hay espárragos verdes y blancos, y de diferentes grosores, y los de California y de La Rioja son muy codiciados.
Para cocinarlos, me encanta hacerlo al vapor (hay unos aparatitos creados especialmente para cocerlos “de pie”) y dejar que conserven cierta textura crujiente o en el horno, aunque teniendo cuidado de que no se endurezcan demasiado. ¿Otro plus? ¡Que tienen pocas calorías!
