Desarrollar una actividad que nos satisfaga es clave para avanzar hacia nuestras metas con entusiasmo y perseverancia. ¡Pero no es la única!
Supón que mañana debes levantarte temprano para asistir al trabajo. Es muy posible que le dediques al despertador sus peores deseos y que necesites una buena dosis de café o té para afrontar el inicio del día.
Imagina ahora que mañana debes levantarte a la misma hora para tomar un vuelo e iniciar unas vacaciones en las Islas Maldivas. Quizás ni siquiera necesites despertador y el espejo del ascensor conocerá tu mejor sonrisa cuando te dirijas hacia la calle.
“Estos ejemplos muestran claramente la diferencia a la hora de hacer algo y cómo la motivación activa nuestro organismo y pensamiento para alcanzar un objetivo”, explica a EFE, Antonio Blanco Prieto, licenciado en Psicología, Ciencias Políticas y Sociología, doctor en Psicología Social y profesor en la Universidad de Oviedo, UNIOVI (http://grupos.uniovi.es), en España.
Para Blanco, autor del libro Las claves de la motivación y director de la Fundación Alimerka (http://fundacionalimerka.es), “al hablar de motivación nos referimos al proceso que activa el comportamiento para avanzar, paso a paso, hacia el logro de fines en la vida cotidiana, sin necesidad de despertador y sin malhumor”.
Según este experto, para motivarnos es importante seguir nuestra vocación y, aunque son muchos los límites que nos impiden desarrollarla, es difícil pensar que una persona la desconozca.
Si no tenemos clara nuestra vocación y queremos obtener ciertas pistas sobre ella, Blanco sugiere “preguntarnos dónde nos gustaría vernos dentro de diez años y también hacer sencillos juegos de descubrimiento, como entrar en una gran librería y dejarnos llevar por los pasillos hasta reflexionar sobre qué secciones y contenidos despiertan nuestro interés”.
¿Nos sentimos dirigidos más hacia los espacios de títulos económicos o de arte?, ¿nos atraen las guías gastronómicas o el ensayo sociológico? Son algunas preguntas cuyas respuestas pueden ser reveladoras, afirma este psicólogo y sociólogo.
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DESCUBRIENDO TALENTOS, BUSCANDO EL DISFRUTE
Otro interrogante para descubrir nuestra vocación y sobre el cual hemos de pensar es "¿qué capta nuestra atención entre miles de estímulos que recibimos y es capaz de dinamizar nuestro deseo?, ya que como dice el cardiólogo Valentín Fuster, el tiempo que dediquemos a reflexionar acabará siendo una economía del tiempo, pues nos permitirá averiguar hacia dónde podemos dirigirnos en un mundo en constante cambio”, señala Blanco.
Para que algo realmente nos motive es importante que nuestras actividades sean coherentes con nuestras aptitudes y estilos de pensamiento, de acuerdo a este profesional.
"¡Quieran los dioses que cada uno desempeñe el oficio que conoce!”, decía el filósofo griego Aristófanes, y resulta evidente que, si alguien destaca en inteligencia intrapersonal y musical, desde la infancia disfruta de la lectura y el piano y le satisfacen más la tranquilidad y la intimidad que las actividades sociales. Poca motivación podrá encontrar en un trabajo del área comercial, por muy elevada que sea su remuneración”, señala.
¿Por qué en unos casos la motivación se mantiene a lo largo del tiempo y otras veces se pierde en pocos días? Blanco responde a EFE que “no podemos sentirnos constantemente motivados, ya que no se trata de un estado fijo, sino de un proceso cuya intensidad fluctúa a lo largo del tiempo”.
“Es muy habitual que cuando nos aventuramos en un nuevo proyecto la fuerza motivacional sea muy intensa, pero también resulta habitual que esta intensidad decaiga a medida que las actividades se vuelvan cotidianas”, explica.
Por otra parte, “cuando el objetivo se percibe lejano o difícil de alcanzar, habitualmente surge la desmotivación y, para ello, se recomienda identificar objetivos intermedios a corto plazo que nos permitan llegar a la meta final , así como reflexionar sobre el tiempo y el esfuerzo necesario para su consecución” añade.
Respecto de cuáles son los principales aliados de la motivación y cómo podemos cultivarlos, Blanco señala la importancia de cultivar los factores internos para hacer frente a los externos y así lograr una motivación estable.
Según este sociólogo, una cuestión clave para motivarse es “saber cómo enfocar nuestras actividades para que nos resulten realmente satisfactorias por sí mismas y no por las recompensas que esperamos obtener”.
EL GRAN PODER MOTIVADOR DE LA CURIOSIDAD
“Es importante que el comportamiento sea el resultado de decisiones personales y, además, que la actividad a la que deseemos dedicarnos sea lo suficientemente novedosa e interesante como para despertar la curiosidad por la exploración, pues las personas tenemos la necesidad de pensar y elaborar una interpretación significativa de nuestras experiencias”, enfatiza.
“Son muchas las actividades que pueden resultar motivadoras por sí mismas, pero para ello, tanto el reto que nos propongamos como nuestra habilidad para desempeñarlo, deben ser elevados, lo cual exige plantearse progresivamente nuevos retos adaptados a las capacidades que se van adquiriendo con la experiencia, logrando que las actividades nunca dejen de tener un carácter novedoso, capaz de provocar la curiosidad”, aconseja.
Para motivarnos cuando no tenemos más remedio que hacer algo que no nos gusta o nos desagrada, este experto afirma que “al igual que haría un artesano, podríamos intentar entregarnos a la minuciosidad, preocupándonos por el buen resultado de una tarea, por desear hacer algo bien”.
Cuando nosotros mismos debemos motivar a otras personas de nuestra familia o entorno cercano, Blanco aconseja recordar y compartir con los demás la máxima de Kant: “Sapere aude, es decir atrévete a saber, a comprender la vida que nos rodea para luego tomar decisiones y actuar en el mundo”.
“Si queremos atrevernos a saber, debemos formularnos tres cuestiones: ¿Qué puedo saber?, ¿qué debo hacer? y ¿qué puedo esperar?” y, cuando busquemos las respuestas, el perfeccionamiento ha de ser un imperativo, identificando actuaciones que nos permitan conocer y aplicar nuestras mayores aptitudes y talentos, de acuerdo a este profesor de la UNIOVI.
Según Blanco “Kant defiende que cada persona tiene un talento que podría hacerla destacar y ser útil o más interesante para los demás. Por ello es importante identificar qué actividades realizamos como fin y disfrute en sí mismo y no como medio para obtener refuerzos externos como el dinero o el aplauso”.
“Muchas personas consideran este planteamiento excesivamente optimista pues no creen poseer ninguna aptitud especial o habilidad que los haga destacar por encima del promedio. Pero no se trata de identificar un rasgo, físico o psíquico, que nos permita alcanzar las más altas cimas de la fama, la riqueza o el poder” explica.
Para motivarnos “no pensemos en brillar en el estrellato, sino en lograr desempeñar una actividad o un trabajo para el que estemos más dotados o, al menos, disfrutar con aquellos hobbies para los que evidenciemos mayor destreza”, señala.
Para Antonio Blanco “es uno mismo quien mejor puede conocer las actividades que más le interesan y la clave está en identificar aquello que, en determinadas circunstancias, nos produjo más satisfacción”.
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