Además de deliciosa, esta bebida juega un papel importante y positivo en tu dieta
La cafeína que consumimos en el desayuno echa a andar el proceso de lipólisis, que comienza a descomponer y a quemar la grasa que ingerimos y acumulamos en el cuerpo.
Por ese proceso metabólico, los lípidos o grasas del organismo son transformados para producir ácidos grasos y cubrir las necesidades energéticas.
Por lo que, a menos que te lo prohíba tu médico, una o dos tazas de café al día es lo ideal.