Descubre cómo afectan las heridas de la infancia a tu personalidad y aprende a sanarlas

Explora cómo estas heridas pueden afectar tu personalidad y tu felicidad, y qué opciones existen para curarlas y florecer.

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¿Te sientes atraída por personas que te tratan mal? ¿Tienes problemas para establecer límites en tus relaciones? ¿Te sientes insegura o ansiosa? Si es así, es posible que estés arrastrando heridas de la infancia que te están afectando tu personalidad y comportamientos en tu edad adulta.

Existe un concepto que ha capturado la atención de muchos: las heridas de la infancia. Si aún no estás familiarizada con el término, te lo explicamos: las heridas de la infancia son experiencias emocionales negativas que ocurren durante los primeros años de vida y que pueden dejar una marca profunda en nuestra psique.

Las heridas de la infancia pueden ocurrir en cualquier momento durante los primeros años de vida, cuando somos más vulnerables y dependientes de nuestros cuidadores. Es durante esta etapa crucial que nuestras experiencias tempranas pueden moldear nuestra visión del mundo y de nosotros mismos.

Tipos de heridas

Existen diferentes tipos de heridas de la infancia, cada una con su propia dinámica y consecuencias, algunas puede ocurrir como consecuencia por maltrato físico o emocional, pasando por negligencia, hasta la falta de apoyo emocional. Las más comunes son:

  • Herida del abandono: Sentir que no somos queridos o aceptados por nuestros cuidadores.
  • Herida del rechazo: Sentir que no somos lo suficientemente buenos o valiosos.
  • Herida de la traición: Sentir que nos han decepcionado o herido las personas en las que confiamos.
  • Herida de la humillación: Sentir que somos inferiores o ridículos.

Como consecuencia a estas experiencias traumáticas, se puede afectar nuestra personalidad y la forma en que nos relacionamos con el mundo.

De ahí que puedan generar patrones de comportamiento autodestructivos, baja autoestima, dificultades para establecer límites saludables y miedo al abandono o al rechazo. Sin embargo, es importante recordar que no estamos condenados a vivir bajo el peso de estas heridas, ya que existen opciones para sanarlas y liberarnos de su influencia negativa.

Sana las heridas de la infancia

Afortunadamente, existen diversas opciones para sanar las heridas de la infancia y recuperar nuestra plenitud emocional. Algunas de estas opciones incluyen:

  1. Terapia psicológica: Un terapeuta puede ayudarte a identificar tus heridas, comprender cómo te afectan y desarrollar estrategias para sanarlas. Un experto en salud mental puede tratarlas.
  2. Trabajo de autocuidado y autodescubrimiento: Practicar la meditación, el yoga o otras técnicas de mindfulness puede ayudarte a conectar con tus emociones y tu niño interior.
  3. Talleres y grupos de apoyo: Compartir tus experiencias con otras personas que han pasado por algo similar puede ayudarte a sentirte menos sola y a encontrar apoyo.
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