De la vida real: Vivir sin amor

En un mundo que celebra el romance, ¿por qué algunas mujeres eligen vivir sin disfrutar de las relaciones amorosas?

Sí, es cierto que el amor es el sentimiento más poderoso del mundo y que el sexo es el motor que impulsa la cultura occidental en el siglo XXI. ¡Mira a tu alrededor! ¿Cuántos sitios en Internet existen actualmente para las personas que sueñan con encontrar su alma gemela? ¡Cientos o miles! Y muchos productos utilizan el sexo para seducir al consumidor. Hoy, incluso, se habla de comidas, de autos y hasta de aparatos móviles con sex appeal (sí, al parecer, algunos teléfonos celulares son más sexy que otros).

Sin embargo, nadando contra la poderosa corriente popular, existen personas que no tienen el más mínimo interés en entablar una relación romántica y pueden prescindir del contacto sexual toda la vida. En Estados Unidos se conocen como aromantic asexuals, que significa “asexuales no románticas”. De hecho, un estudio realizado en el 2004 reportó que uno de cada 100 individuos se identifica con esta clasificación. Sin embargo, otro estudio llevado a cabo ese mismo año por el investigador canadiense Anthony Bogaert lo llevó a concluir que la cifra podría ser mucho más alta.

En el 2001, el activista asexual estadounidense David Jay fundó la Red de Visibilidad y Educación Asexual (AVEN, por su sigla en inglés), que trabaja con estas personas, ya que muchas veces se sienten incomprendidas y hasta alienadas por la sociedad.

Y es que más allá de los números y las estadísticas, no estamos hablando de criaturas mitológicas o fantásticas, sino de la secretaria, el cartero, la amiga y el maestro que deben vivir en una cultura superromántica e hipersexual. ¿Qué las llevó a rechazar el romance y la sexualidad? Te presentamos dos casos diferentes, para que tú decidas por qué razón estas personas --jóvenes, atractivas, exitosas y mentalmente sanas-- eligen vivir sin amor.

Tim Gunn, el presentador del programa de TV Project Runway, y el diseñador Karl Lagerfeld, también han renunciado a disfrutar del amor. Fotos: EFE

“EL AMOR ES UNA FORMA DE LOCURA”

María, una maestra de 30 años, habló de sus sentimientos: “Mi problema es muy diferente al de la mayoría de las mujeres de mi edad. Nunca he sentido interés romántico ni me he enamorado. De adolescente me sentía muy rara, pues no entendía la fascinación de mis amigas por encontrar al hombre de sus sueños, casarse y ser felices.

Tuve que ir con sicólogos, pues no entendía por qué me sentía así. Unos creyeron que yo había tenido una mala experiencia romántica, pero ¡nada de eso! Soy capaz de tener maravillosas amistades con el sexo opuesto, pero no siento esa pasión que cuentan en las películas románticas. Hubo otro terapeuta que hasta pensó que yo estaba confundida en mi sexualidad, pero al final tuvo que aceptar que no era así.

Cuando me puse a investigar un poco, descubrí que hay otras personas que sienten como yo. Estoy de acuerdo el ciento por ciento con un estudio realizado en 1999 por la Universidad de Cornell, Estados Unidos, que sostiene que el amor no es otra cosa que un coctel de dopamina, feniletilamina (¡el mismo componente que se encuentra en el chocolate!) y oxitocina. Los investigadores aseguran que el amor es una forma de locura químicamente inducida, que dura hasta que el cuerpo desarrolla inmunidad contra ella. Es por eso que, como dice la canción: “el amor acaba”. Por algún motivo, la química de mi cerebro no crea ese coctel amoroso.

Sé que muchas de las personas que conocen mis verdaderos sentimientos sienten lástima por mí, pues creen que me estoy perdiendo de algo maravilloso, pero esa sí es una emoción malgastada. Soy una profesional de éxito, tengo grandes amistades, disfruto de mis pasatiempos y no sufro por amores que me dejan con el corazón partí´o, por citar otra canción. El tiempo que otras dedican a ir tras el amor, yo lo empleo en superarme y en disfrutar de la vida sin amarres. El único problema que he enfrentado es que algunos de mis amigos platónicos llegan a enamorarse de mí y, cuando no aceptan mi forma de pensar, tengo que alejarme de ellos. De lo contrario, me siento plena, satisfecha y feliz”.

Aunque ha tenido novios, la actriz y comedianta Janeane Garofalo se declaró asexual y dice que “no siento interés en el romance”. Foto: Getty Images

“EL AMOR ES UNA ILUSIÓN PASAJERA”

Verónica, una abogada de 46 años, contó su experiencia: “Tuve dos matrimonios fracasados y un noviazgo realmente tormentoso; esos son los motivos por los que ya no creo en el amor. Hoy me considero una persona asexual y no romántica. Aclaro que no me siento amargada ni odio a las personas del sexo opuesto. Es que después de analizar, no solo mis relaciones, sino las de casi todo mi círculo de amistades, me he convencido de que el amor romántico es una ilusión pasajera. Creo que los seres humanos no nos enamoramos de una persona, sino de nuestra fantasía de esa persona; de las cualidades que le vemos en esos momentos en que estamos totalmente cegadas por la atracción física y que son precisamente las virtudes que nos faltan o que deseamos hallar en una pareja. Inevitablemente, con el paso del tiempo llega la decepción, pues nadie es capaz de llenar esas fantasías; entonces nos desenamoramos y buscamos ilusionarnos nuevamente con otra persona. O peor, nos resignamos y, por costumbre, seguimos arando en el mar con nuestro compañero. Al menos, esa es la única experiencia que yo he tenido. Y, en mayor o menor grado, veo que es lo mismo que les pasa a muchas de mis amigas.

No niego que siento interés y atracción por los hombres, pero al mismo tiempo soy como esa persona que está a dieta y que sabe lo que representa darse el gusto de comerse un pastel de chocolate. Es rico momentáneamente, pero al final, el gusto no vale la pena. Mi rechazo por el drama y los altibajos de una relación romántica es tan fuerte, que cuando siento un interés por un hombre, me basta con hacer memoria -recordar los sufrimientos, las decepciones y la insatisfacción- para que el interés desaparezca casi en el acto.

Me encantaría poder tener una relación con un hombre sin involucrar mis sentimientos; quizás esa sería la solución en mi caso. Pero como ya he comprobado que eso no es posible para mí, pues siempre acabo entregándome emocionalmente, prefiero cortar por lo sano. Es por eso que me considero una asexual no romántica por elección y, sobre todo, por convicción”.

¿QUÉ OPINAS?

¿Crees que María padece de un problema sicológico a nivel inconsciente... o piensas que su posición, aunque no es mayoritaria, sí es válida para ella?

Si Verónica recibiera la ayuda adecuada, ¿podría superar sus malas experiencias románticas y volver a creer en el amor... o estás de acuerdo con ella en que ha hecho una buena elección?

Las personas que se identifican como asexuales no románticas, ¿pueden llevar una vida plena y feliz... o se engañan y se pierden de disfrutar del amor?

¡Queremos conocer tu opinión sobre estos casos!


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