Carole Middleton, la fuerza detrás de la corona

Pippa, Kate y Carole Middleton

La mamá de Kate, duquesa de Cambridge, se ha convertido en la abuela más poderosa del Reino Unido

El príncipe George de Cambridge no tenía 48 horas de nacido y ya estaba durmiendo en la casa de sus abuelos maternos: los Middleton . Y es que Carole -¡sin duda la abuela más poderosa del Reino Unido!- ya le tenía preparada en su nueva mansión de 8 millones de dólares, en Bucklebury, un lugar precioso, lleno de regalos y adornos. Cuando llegaron Kate y el príncipe William con el bebé, todo estaba listo para cuidarlos y hacerlos sentir felices y con tranquilidad.

El recibimiento tenía un toque de cariño y de calidez familiar que Carole sabía era lo que su hija y su yerno necesitaban. Detalle que comprobó una vez más que Kate sigue muy apegada a su madre, igual que a su padre Michael, y a sus dos hermanos Pippa y James, y que el pequeño príncipe heredero George será criado con un estilo amoroso y “normal”, igual que hizo la princesa Diana con William y Harry. Todos dicen que William fue conquistado por la armonía familiar de los Middleton desde el día que los conoció y lo “adoptaron” con gran cariño.

Es impresionante la enorme influencia de Carole Middleton -la única abuela que tendrá el nuevo príncipe- tanto sobre su hija, como sobre su yerno, el príncipe William, y con toda su familia. Carole, quien siempre luce regia, con excelente porte, igual que Michael, su marido, posee una enorme fortaleza de carácter y una determinación que ha ido mostrando a lo largo de su vida, y aunque muchos la critican por eso, para otros es admirable.

Un amigo de la familia llama al historial de la señora Middleton “la venganza de Carole”. Su vida comenzó muy humildemente y pasó muchas humillaciones mientras era joven, pero cuando se casó, continuó llena de sueños y de planes para su hija Kate, los que culminaron el día que la vio llegar vestida de novia a la abadía de Westminster, seguida de su hija Pippa. Carole había logrado lo que siempre quiso, pues desde que se enteró que el príncipe William iba a estudiar en la Universidad de St. Andrews, en Escocia, hizo que la entonces tímida Kate abandonara sus deseos de ir a otra universidad, donde ya había sido aceptada, y se matriculara en St. Andrews. Kate aceptó encantada el cambio, pues admiraba al príncipe, e incluso, cuando era una adolescente, había tenido un póster suyo sobre su cama.

FOTOGALERÍA: LA INFLUENCIA DE CAROLE MIDDLETON

Cuando pueden, Kate y William pasan mucho tiempo con los Middleton, ya sea en Bucklebury, viajando a lugares como la isla de Mustique en el Caribe o yendo a esquiar en Suiza. Los padres de Kate “pagan todas esas invitaciones”, dice un amigo de la familia, “porque aunque parezca absurdo, William no dispone de dinero extra en efectivo para ese tipo de gastos y sus suegros los invitan de mil amores”.

En casa de los Middleton, donde Carole dirige todo con perfecta organización y sin perder la sonrisa, el príncipe aprendió que existía algo llamado “la sobremesa”, donde todos se quedaban conversando, contándose sus cosas y riendo, después de terminar la cena. Y Carole (los chismosos dicen que lo hizo a propósito) logró que William encontrara en su hogar un oasis de cariño y una privacidad desinteresada que él no sentía desde la muerte de su adorada madre, la princesa Diana. ¿Manipulación o sinceridad? Nunca lo sabremos, pero Carole sabía llevar muy bien a William y se comenta que, cuando la pareja se peleó por unos meses, fue ella quien le aconsejó a su hija pretender que estaba bien y que mostrara independencia... todo muy lejos de las lágrimas que Kate realmente sentía.

Dicen que Carole ha heredado esa combinación de charm con su estrategia para lograr lo que desea de su padre Ron Goldsmith, quien nunca estudió, fue chofer de camiones a los 14 años y terminó teniendo una pequeña compañía de construcción.

Muy jovencita, y sin hacer estudios universitarios, Carole (quien vivió con su familia en un departamento subvencionado por el gobierno para los más pobres) fue dependienta en la tienda C&A y, después, azafata de British Airways. Allí conoció a su marido, quien era empleado de la línea aérea, después de haber sido auxiliar de vuelo, y se enamoraron. Michael, quien venía de una familia más acomodada, pues algunos de sus antepasados eran abogados, siempre hablaba de montar un negocio propio, lo que ocurrió en 1987, cuando abrieron Party Pieces, una compañía de objetos para fiestas y regalos, que los hizo millonarios cuando comenzaron a vender por Internet. Ese negocio permitió que sus tres hijos fueran a buenos colegios privados y a que Kate, además, asistiera a la carísima universidad de St. Andrews, donde -tal como la chica y su madre siempre soñaron- conoció a su príncipe azul.

Carole y sus hijas tienen una relación muy unida. Se cuentan lo que les pasa, se prestan ropa, se llaman varias veces al día y nada de eso ha cambiado desde que Kate entró a formar parte de la realeza, sino todo lo contrario. Mientras que algunos en la casa real critican el delirio de Pippa por aparecer en todas las columnas y la llaman “la aprovechada royal-sister”, y otros dicen que el príncipe Carlos no tolera a la familia de Kate, la reina Isabel II está encantada con Carole y se asegura que los Middleton sean invitados a todos los eventos de la familia real. Y en el Palco Real de las exclusivísimas carreras de caballos de Ascot, los Middleton están en primera fila. Es interesante ver la gran sonrisa de satisfacción de Carole cuando un carro de caballos la llevaba al palco de la reina...

FOTOGALERÍA: LA INFLUENCIA DE CAROLE MIDDLETON

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