La complicada vida de Josefina Carlota de Luxemburgo

La complicada vida de Josefina Carlota de Luxemburgo

Con muy pocas excepciones, he tenido una vida feliz

(En la foto, en 1996, los grandes duques Josefina Carlota y Juan de Luxemburgo asistieron con María Teresa y Enrique a la celebración de los 50 años del rey Carlos Gustavo de Suecia)

La madre del actual gran duque Enrique de Luxemburgo enfrentó una gran pérdida en su niñez y sufrió el exilio. A los 26 años se casó con Juan de Luxemburgo, y la amistad que existía entre ellos se convirtió en amor. Estuvieron casados 52 años

Es bien sabido por artículos publicados y por sus propias palabras, que María Teresa, gran duquesa de Luxemburgo, durante años sufrió el rechazo de su familia política, aunque ella y su marido Enrique de Luxemburgo siempre han estado muy enamorados. Todos se sorprendieron mucho cuando en el 2002, María Teresa habló públicamente de sus problemas con su suegra, la gran duquesa Josefina Carlota, quien se oponía a que su hijo se casara con ella.

María Teresa Mestre proviene de una rica y conocida familia cubana que se exilió a comienzos de los años 1960. Siempre fue admirada por su discreción, pero en el 2002, al regresar de su primer viaje a Cuba --había dejado la isla cuando tenía 3 años de edad-- contó a unos periodistas que su suegra siempre la había tratado despectivamente por su origen plebeyo y que había tratado de romper su matrimonio. Esto apareció en los periódicos Le Quotidien, de Luxemburgo, y Le Soir, de Bélgica. Dicen que a Josefina Carlota le molestaron las declaraciones que hizo María Teresa: “Hay algo muy fuerte que he descubierto y se llama cubanía, un sentimiento que cuando uno crece en una familia cubana no se pierde nunca”. Y que por esa razón, Josefina Carlota comentó que María Teresa quería regresar a Cuba. ¿Sería cierto? Unos creen que sí, pero otros lo dudan, pues ante el público siempre se notó un trato cordial entre suegra y nuera.

En una ocasión, Josefina Carlota declaró: “Con muy pocas excepciones, he tenido una vida feliz”. ¿Cuáles serían esas excepciones? ¿Las tragedias que enfrentó en su niñez y el matrimonio de su hijo Enrique con una mujer que no era de sangre real?

La princesa Josefina Carlota de Bélgica nació el 11 de octubre de 1927. Fue la hija mayor del rey Leopoldo III y de la reina Astrid de Bélgica --hermana del fallecido rey Balduino y del actual rey Alberto de Bélgica. Su madre, la reina Astrid, una bella princesa sueca muy enamorada de su esposo, que adoraba a su hija, murió en un trágico accidente de auto en 1935, cuando estaba embarazada de su cuarto hijo. Su marido iba manejando y quedó devastado de dolor. Josefina tenía 8 años y ese fue el primer gran golpe que recibió en su vida, que la obligó a crecer, pues tuvo que comenzar a ocuparse de sus hermanos menores.

Dos semanas antes de la boda, Josefina Carlota de Bélgica posa junto a Juan de Luxemburgo

Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, la familia real fue arrestada, y en 1944 fue deportada a Alemania y a Austria, bajo maltratos y condiciones difíciles. Terminada la guerra, Josefina Carlota sufrió cuando su padre fue acusado de haber colaborado con los nazis. Una cruel campaña y la investigación Question Royale se desataron contra él y su segunda esposa Lilian Baels, princesa de Réthy, con quien se había casado en 1941, y a quien Josefina Carlota quería mucho.

Fueron años muy duros, pero Josefina Carlota nunca perdió el ánimo y apoyó siempre a su padre. Cuando se hizo un referéndum en Bélgica, Leopoldo III fue forzado a abdicar en favor de su hijo Balduino, quien solo tenía 21 años. Josefina Carlota lloró amargamente por la humillación que sufrió el rey.

En 1953, la princesa de 26 años quería alejarse de Bélgica y se casó con Juan, heredero del gran ducado de Luxemburgo y héroe de la Segunda Guerra Mundial. La unión fue producto de una alianza política, pero Juan y Josefina Carlota se conocían desde pequeños; la amistad se convirtió en amor y formaron un matrimonio feliz que tuvo cinco hijos: Marie-Astrid, Enrique, Juan, Margarita y Guillermo.

Convertida en gran duquesa en 1964, Josefina Carlota se dedicó a hacer obras de caridad, a practicar deportes y a coleccionar piezas de arte. Siempre se mantuvo fiel a su familia belga. La muerte de su padre en 1983 fue otro golpe para ella. En el año 2000, el gran duque Juan, esposo de Josefina Carlota, abdicó y cedió el trono a su hijo Enrique. Josefina Carlota enfermó de cáncer del pulmón. En enero de 2005 murió en el castillo de Fischbach. Su marido la ha sobrevivido desde entonces y es muy querido por los luxemburgueses.

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