Farah Pahlaví, también conocida como Farah Diba, contrajo matrimonio con Mohamed Reza Pahlavi, el último sha de Persia en diciembre de 1959., en las inmediaciones del Salón de los Espejos del Palacio de Golestán en Teherán.
Después de contraer matrimonio con Farah, el sha nunca se volvió a casar, pues permaneció con ella hasta el día de su muerte, sucedida en 1980.
Como la ocasión lo ameritaba, la celebración estuvo llena de lujos y el vestuario de la shahbanou no fue la excepción.
El atuendo que Farah Diba lució el día de su casamiento
Además de su extravagancia a primera vista, el vestido de novia de Farah se distinguió por estar firmado por uno de los diseñadores de moda más importantes: Yves Saint Laurent, quien en ese entonces aún trabajaba de la mano de Dior.
Otro de los elementos deslumbrantes del look de boda de la emperatriz fue la tiara que adornó su cabeza, pues el diseño corrió a cargo del creador de joyería de lujo más famoso de los últimos tiempos: Harry Winston.
De acuerdo a una entrevista que Farah dió años más tarde de la boda, la tiara fue elaborada a partir de diamantes rosas de 60 quilates, también como “luz del ojo”.
Además, para complementar el arreglo de joyas, el tocado contó con la presencia de diamantes amarillos, azules, rosas y blancos en sus bordes, lo cual hizo lucir a la novia como una de las herederas de la realeza más bellas y portentosas.
Ese diseño de tiara, a parte de ser sorprendente, se añadió a la amplia colección de estos accesorios con los que contaba la reina, pues de acuerdo al Tesoro de Joyas Nacionales en el Banco Central de la República Islámica de Irán en Teherán, el legado en tocados llenos de joyas de este miembro de la realiza oriental alcanza amplios espectros y tiene elevados precios en el mercado joyero actual.
