En el mundo de las joyas reales, pocas piezas concentran tanta historia, poder simbólico y valor diplomático como la tiara Naasut. Obsequiada a la reina Margarita II de Dinamarca por el pueblo de Groenlandia durante su Jubileo de Rubí en 2012, este diseño único ha llamado la atención recientemente por una pregunta que los expertos en realeza se repiten constantemente: ¿por qué la soberana no la ha cedido todavía a la actual reina Mary?
Un regalo de Estado con un mensaje profundo
La tiara Naasut, cuyo nombre significa “flores” en groenlandés, fue creada especialmente para celebrar los 40 años de reinado de Margarita II. Groenlandia, uno de los territorios autónomos que forman parte del Reino de Dinamarca, con apoyo de cinco empresas privadas, quiso rendir homenaje a la monarca con una joya que simboliza su relación con la región ártica y su respeto por la naturaleza.
El diseño, realizado por el orfebre Nicolai Appel, combina oro y diamantes en una estructura floral que evoca la flora de Groenlandia. Para su elaboración se fundieron monedas de oro groenlandés de la mina de Nalunaq en Kirkespirdalen, un gesto que refuerza su carga histórica y sentimental.
Una pieza con valor incalculable
Además de su belleza, la tiara destaca por su diseño modular: puede desmontarse en cinco broches y varias horquillas, permitiendo que la reina la usase en distintas formas según la ocasión. Aunque su valor económico exacto nunca ha sido revelado, se estima que la pieza, de un peso de aproximadamente un cuarto de kilo, está valuada en 40.000 euros aproximadamente debido a los materiales que la conforman y el trabajo artesanal que la acompaña.
Sin embargo, su verdadero valor radica en el vínculo emocional y político que representa entre Groenlandia y Dinamarca. Por eso se considera una joya de Estado, y no una pieza personal dentro del joyero privado de la familia real.
¿Por qué la reina Mary aún no la ha llevado?
Desde que Federico V ascendió al trono en enero de 2024, la reina Mary ha lucido varias tiaras emblemáticas del joyero danés, como la tiara de rubíes o la tiara de perlas de Connaught, pero nunca la Naasut.
La razón, según lo que se especula entre algunos medios escandinavos especializados en realeza, es que la pieza sigue siendo considerada una propiedad simbólica de Margarita II. La exmonarca conserva su título de reina y continúa participando en actos oficiales, por lo que se entiende que la tiara permanecerá bajo su resguardo mientras ella viva. Además, se cree que cuando llegue el momento de heredarse, esta joya real podría pasar directamente al tesoro nacional como símbolo de continuidad entre generaciones.
Más allá del brillo de su estructura, la tiara Naasut representa la unión entre la tradición, la historia y el respeto hacia la identidad groenlandesa dentro de la monarquía danesa. Por ello, aunque el público espera por ver a Mary de Dinamarca portarla, todo apunta a que, por ahora, la joya seguirá siendo parte de la historia y legado de Margarita II.