La vida secreta de María Antonieta

La vida secreta de María Antonieta

¡Pobre reina consorte de Francia! No sólo murió injustamente en la guillotina, también perdió dos hijos nacidos de un romance ?oculto?, su verdadero amor

Los amantes de la realeza disfrutamos cuando la historia se revisa y se enmienda, y desde hace 10 años, la vida de la muy calumniada reina María Antonieta de Francia, guillotinada el 16 de octubre de 1793, con sólo 37 años, está siendo reexaminada. Me encontraba en París cuando en 2008 se inauguró una maravillosa exhibición sobre ella en el Grand Palais y ya entonces, quedé sorprendida del deseo que existía en Francia de borrar las mentiras y exageraciones que habían rodeado la biografía de la joven reina. Me alegró saber que no fue esa mujer vacía, tonta e insensible, como por siglos se había dicho; más bien, era alguien como muchas de nosotras, capaz de enamorarse, de adorar con devoción a sus dos hijos (e incluso a su pobre marido, el rey Luis XVI, a quien se negó a abandonar en la capital francesa cuando tuvo la oportunidad de huir junto a parte de la familia real, en medio de la revolución). Muchas vilezas y falsas leyendas en torno a ella se han empezado a aclarar y a negar, como aquella frase despectiva, que se presume, dijo a sus súbditos: ?Pues si no tienen pan, que coman sobras de pastel?. Y gracias a tantos instrumentos de búsqueda, a la evidencia histórica y al misterioso hallazgo de ADN ?real?, María Antonieta se está reivindicando. [No te pierdas: María Antonieta, ¿demasiado alta?] En 2006 la bella película de Sofia Coppola, Marie Antoinette, encendió el interés por la trágica vida de la royal, aunque históricamente tenía una serie de errores. Una década después, un libro revela más detalles de su vida sentimental, gracias al hallazgo de 16 cartas entre ella y su amante, el diplomático sueco y conde Hans Axel von Fersen; escritas ?en código? y con tinta invisible, descubren que dos de sus hijos: Louis Charles y Sophie (¡que todos creíamos eran del rey Luis XVI!) fueron fruto de este amorío clandestino que curó casi 20 años. En I Love You Madly: Marie- Antoinette and Count Fersen: the Secret Letters, de la historiadora Evelyn Farr, hay detalles interesantes. En una de las cartas, Fersen le expresa a la monarca: ?Vivo y existo sólo por ti y adorarte es mi único consuelo. Dios mío, qué cruel es estar tan cerca y no podernos ver cada minuto del día?. Y ese amor fue probado cuando Fersen le ayudó a su amada a huir a Varennes ¡y también a su marido y sus hijos!, hasta que fueron capturados y apresados por soldados revolucionarios. Una oportunidad frustrada que habría cambiado el destino de sus vidas. [No te pierdas: Cartas escandalosas de amor escritas por la misma María Antonieta] Sorprendentes datos Louis Charles fue enterrado en una fosa común, ¡pero su corazón fue encontrado 200 años más tarde, en una urna en casa de la familia del médico que realizó la autopsia y lo guardó! Cuando por fin, en el 2000, se hicieron pruebas de ADN del órgano del pequeño y trozos de pelo de María Antonieta (los pude ver en exhibición en el Museo Carnavalet de París) se probó que la reina era la madre del chico. Tiempo después, el corazón disecado fue enterrado en la impresionante Basílica de Saint-Denis de París, donde está el mausoleo en honor a María Antonieta y Luis XVI (y se hallan enterrados casi todos los reyes y reinas de Francia). Los restos de ambos fueron hallados en 1815 en fosas comunes. Lo interesante es que la prueba de ADN llevada a cabo no determina quién fue el verdadero padre de Louis Charles. ¿Sería Fersen, como se rumora? ¡Quizá esta historia no se ha terminado de contar! Le tocó el inicio de la Revolución francesa, en 1789. [No te pierdas: Los secretos de belleza de María Antonieta de Francia] Doblegada ante el amor La reina, quien había sido archiduquesa de Austria desde su nacimiento y criada en la corte de Viena, fue prometida en matrimonio al príncipe heredero y delfín de Francia a los 14 años, cuando su madre, la emperatriz María Teresa I de Austria, hizo un arreglo político con el rey Luis XV de Francia. La jovencita de 15 años se casó por poderes con su hijo, Louis-Auguste, duque de Berry, ¡a quien no conoció, sino hasta llegar a su nuevo país! Una vez en territorio galo, le cambiaron el nombre de María Antonia (¡como el mío!) a Marie-Antoinette, y se instaló en el palacio de Versalles, donde su marido reinó bajo el nombre de Luis XVI; sin embargo, no pudo consumar el matrimonio por largo tiempo, pues según investigaciones, él ?estaba demasiado bien dotado?. Y esto orilló a la reina (de apenas 18 años), a iniciar el affaire con Von Fersen, un joven y guapo militar sueco de la corte de Versalles. Es curioso que siglos más tarde, salga a la luz evidencia sobre el romance. Hoy sabemos que la pareja se enamoró ?con todo el corazón? y la joven llegó a compartir con Fersen sus mejores momentos en su privado Petit Trianon. Según la autora del libro, ?si Fersen no hubiera existido, la vida de la reina hubiera sido terrible?. [No te pierdas: La realeza y sus íconos de moda: María Antonieta] Además, documentos oficiales de 1791 muestran que el teniente general del Ejército Real de Suecia fue el verdadero padre del príncipe Louis Charles, delfín de Francia (título nobiliario reservado a los hijos legítimos del monarca reinante), quien murió a los 10 años en la prisión del Temple después de dos años de cruel cautiverio; y la pequeña Sophie, fallecida cuando apenas tenía un año. En las apasionadas cartas que la pareja llegó a intercambiar, María Antonieta se hacía llamar Madame Brown o Mrs. B, y él, Rignon. ?Te quiero y te querré toda mi vida?, escribía ella, y hasta le enviaba noticias de sus retoños. Incluso se sabe que, cuando la pequeña Sophie enfermó, Fersen pasó noches en vilo en Versalles hasta su muerte. Luego de la ejecución de María Antonieta, el soldado volvió a Suecia y allí murió a los 55 años víctima de un atentado, sin haberse casado. Teresa, hija de Luis XVI, quien logró salir de la prisión, viajó a Viena como ?refugiada?, donde sus parientes la acogieron en la corte vienesa, y fue la única que disfrutó una vida adulta al casarse con su primo hermano, Luis Antonio, duque de Angulema. A pesar de que era tímido y tartamudo, María Teresa lo amaba, y aunque no tuvieron hijos, adoptaron varios huérfanos. Ella murió viuda el 19 de octubre de 1851 a los 72 años, sólo tres días después del 58 aniversario de la ejecución de su madre, acabando con la descendencia. [No te pierdas: Los horrores de los partos de la realeza en la antigüedad]

Por: Redacción Vanidades / Foto: Columbia Pictures / Archivo
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