Las princesas también transforman su imagen

Las princesas también transforman su imagen

Invariablemente lucen radiantes y cómodas consigo mismas; sin embargo, en el pasado, algunas se veían apagadas

Con la excepción de Camilla Parker-Bowles, duquesa de Cornwall, estamos ante la presencia de mujeres que -por medio de la prensa electrónica- desde muy jóvenes han estado expuestas al mundo del diseño y de la moda; por consiguiente, tienen un sentido básico de lo que pueden o no usar. Pero sus looks han cambiado mucho desde que se convirtieron en miembros de la realeza. Al contar con los recursos económicos necesarios, comenzaron a probar y ensayaron diferentes estilos hasta lograr el que favorece a sus figuras y su ritmo de vida. Como es lógico, no se pueden vestir de igual forma la duquesa Kate de Cambridge que la de Cornwall ni la princesa Letizia de Asturias, quien tiene dos hijas, que la princesa Charlene de Mónaco, quien aún no ha sido mamá.

Volvamos a Camilla. Ocho años después de casarse con el príncipe Carlos de Inglaterra, progresivamente se ha ido vistiendo con más gracia que antes. Posiblemente por ese motivo parece más joven y comunica mayor dinamismo. Charlene Wittstock es otro caso que, después de algunos tropezones, ha dado en la diana estilística. Actualmente se ve impecable, le saca partido a su figura atlética y a las facciones con el cambio en el corte de pelo, que maneja deportivamente durante el día y con casual elegancia en los eventos de gala. Incuestionablemente, no tiene el estilo ni la gracia de Grace Kelly, su suegra, quien aunque en algunas ocasiones podía lucir desacertada, siempre llamaba la atención por su exquisita belleza.

FOTOGALERÍA: LOS CAMBIOS DE IMAGEN DE LAS PRINCESAS

Los deportes son parte de la vida de todos los miembros de la realeza, de manera que están reflejado en los ajuares de estas mujeres. Ah, pero qué diferente es la Kate Middleton que vimos hace 10 años acompañada por su padre y la que asistió a los Juegos Olímpicos el verano pasado: se notó la perfección en el palco real con los polos diseñados por Stella McCartney y su preciada chaqueta azul marino. Hasta la fecha, la manera de Kate de adaptarse al protocolo de los Windsor ha sido asombrosa y la evolución en su estilo personal va acorde con el cambio en su vida. En 2005, cuando se graduó de la Universidad de St. Andrews, todavía era solo una joven enamorada del príncipe William. El noviazgo con el segundo en la línea de sucesión al trono británico culminó en boda en 2011; el matrimonio le confirió el título de duquesa de Cambridge. Este año, dará a luz a su primer hijo. El equilibrio con que esta joven mujer enfrenta la vida se refleja en la forma como se viste: moderna, tradicional, dinámica y discreta.

En cuanto a doña Letizia, cuando aparece con las princesas Leonor y Sofía en Mallorca durante los veranos, por muy deportivos que sean sus conjuntos, no hay nada casual en su selección, porque con ellos comunica una imagen: la familia, la solidez y la Corona española. Todo está perfectamente calculado: hay mucho de valor en la balanza. Y demasiados paparazzi con sus lentes enfocados hacia ellas.

FOTOGALERÍA: LOS CAMBIOS DE IMAGEN DE LAS PRINCESAS

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