Sin duda, esta será la boda del año
Faltan muy pocos días para que se lleve acabo la que ha sido titulada por los medios internacionales como la “boda del año”. Y es que, a pesar de que Pippa Middleton no pertenece a la realeza, todas las miradas apuntan a ella por la excelente relación que tiene con su hermana, la duquesa de Cambridge, y el heredero a la corona, el príncipe William.
Una de las grandes incógnitas del tan esperado evento es cómo será el vestido de novia y quién habrá sido el diseñador o diseñadora encargado del mismo.
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Será hasta el 20 de mayo cuando podremos saber precisamente todos los detalles pero ya existe una lista de posibles nombres. El más destacable es el diseñador británico Giles Deacon. El modisto fue visto el pasado mes de noviembre saliendo de la casa de los Middleton con abultados portatrajes negros.
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Deacon no es el único diseñador que destaca en la lista de posibilidades. También aparece Jenny Packham, quien se ha colocado como una de las favoritas de las hermanas Middleton; Suzanne Neville, en cuya boutique se han visto a Pippa y a su Madre; o incluso Victoria Beckham.
Diseñar la vestimenta para una ocasión con tanta repercusión mediática puede suponer miles de horas de trabajo para una firma, pero también garantiza el incremento de sus ventas y su popularidad al 100%.
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Fue el caso de David Emanuel, encargado del vestido de novia de la princesa Diana, quien confesó que “Teníamos al mundo entero pendiente [?] Conseguimos que nadie tuviera ni idea de cómo sería el vestido hasta que descendió del carruaje frente a la iglesia. Fue un logro muy gratificante, y ella estaba fabulosa?.
Y es que, todos aquellos diseñadores involucrados, aunque al final no fueran encargados del vestido, ya comenzaron a llamar la atención del público por el simple hecho de saber qué es lo que hacen y cómo lo hacen.
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El “efecto Kate”
Tanta es la importancia de ser el diseñador elegido por un miembro de la realeza o cercano, que el éxito podría acabar convirtiéndose en fracaso.
Tal es el caso de la marca Issa London.
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Todos recordamos el precioso vestido azul con el que Kate Middleton se comprometió con el príncipe William; y es difícil de imaginar que esta prenda de 430 euros marcaría el desplome de dicha marca.
El vestido, diseñado por la fundadora y directora creativa de Issa, Daniella Helayel, fue nombrada “Sapphire London” y su popularidad provocó el cierre de la marca tan solo cinco años después de saltar a la fama gracias a Middleton.
Menos de 24 horas después de que Kate lo portara, el vestido se convirtió en una sensación y se agotó en la tienda británica v Nichols. Pronto provocó que el diseño fuera demandado en más de 43 países.
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Con las ventas tan altas, sobrepasaban la capacidad de su pequeño equipo y la diseñadora expresó que no tuvo la capacidad de financiar una producción tan masiva.
“El banco se negó a darme crédito, y la fábrica gritaba que yo pagara sus cuentas. Necesitaba un inversionista”, declaró Daniella en una entrevista para el Daily Mail.
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