Protección solar: todo lo que necesitas saber de filtros y bloqueadores

La protección solar es fundamental los 365 días del año. Y aunque nos sentimos más atraídas a comprar bloqueadores durante el primavera y verano, recuerda que la radiación UV está presente diariamente.

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Usar un protector solar con un SPF muy alto, no significa que puedes permanecer al sol más tiempo. (Mono con plumas: Etienne Jeanson)

CAMELLIA MENARD

Antes de lanzarte a comprar un filtro solar te recomendamos leer este artículo, pues en temas de cuidados del sol, las investigaciones no paran, y los productos para el cuidado de la piel se renuevan para responder a estos descubrimientos. Para elegir una protección solar adecuada es importante tomar en cuenta: la intensidad solar, el lugar donde te expones al sol, y el tipo de piel o fototipo que tienes, además de cambiar ciertos hábitos.

¿Cuáles son los tipos de rayos solares?

Como sabes, la radiación ultravioleta se compone de rayos A, B y C. Los C, afortunadamente, no atraviesan la capa de ozono, y solo los A y B llegan a la Tierra. Los rayos UVA atraviesan las nubes y el vidrio (están presentes incluso en días nublados), penetran hasta el núcleo de la dermis (la segunda capa de la piel) y causan daños irreversibles en este órgano. Los UVB no atraviesan las ventanas, pero cuando te expones directamente a la luz solar, penetran las capas superficiales de la piel y son los principales responsables del bronceado, pero también de las quemaduras y, lo más importante, del cáncer de piel. El FPS en un bloqueador hace referencia a la protección que éste ofrece contra los rayos UVB.

Luego surgieron los productos con la leyenda de “amplio espectro” en su etiquetado, que significa que han pasado por pruebas rigurosas que avalan su eficacia, también, contra la radiación UVA. Búscala y utiliza sólo estos.

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La OMS afirma que las camas y aparatos de bronceado son más peligrosos de lo que se creía (Traje: Emanuel Ungaro. Top: Victoria).

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Protección según tu ubicación

Por otro lado, debes considerar que no es la misma exposición al sol cuando estás en la ciudad que si vas a la playa o a la nieve. Por un lado, la arena, el agua y las superficies blancas reflejan la luz solar y por ende, aumenta la cantidad de radiación UV que recibes. La radiación penetra la superficie del agua, así que también te estás quemando cuando estás fresca dentro de una alberca.

De igual manera, la radiación solar es más intensa a mayor altitud, es decir, que en ciudades como la CDMX, la radiación que llega es más violenta que estando a nivel del mar. También, entre más cerca estés del Ecuador, más intensos los rayos UV (sin duda, hay más radiación en Guatemala que en Canadá). Esta es la razón por la cual hay más intensidad de rayos UV en ciertas ciudades que en otras, por eso no te confíes si tu “nunca te quemas”.

Cuidados según estación del año

La época del año también influye: primavera y verano son las temporadas de mayor radiación UV. Ésta se mide en un rango de 1 al 11+, siendo el 1 el nivel de intensidad más bajo y menos dañino. La Ciudad de México, por ejemplo, ha alcanzado índices UV superiores al 11 en junio, julio y agosto por lo que se recomienda consultar los niveles de radiación solar en tu ciudad en el servicio meteorológico o la dirección de monitoreo atmosférico de tu localidad. Y si tomas en cuenta que entre las 10 am y 4 pm la luz ultravioleta es la más intensa, ¡imagínate lo que el sol hará en tu piel o en la de tus hijos, cuando de manera habitual pasan muchos minutos expuestos a los rayos directos del sol durante, por ejemplo, los recreos! Recuerda que las quemaduras frecuentes en la niñez incrementan el riesgo de algunos tipos de cáncer de piel muchos años, o décadas, después. Así que es probable que su piel esté acumulando más daño en la ciudad que cuando van a la playa y los tienes mega tapizados de bloqueador.

Por otro lado, en la ciudad debes cuidarte del sol cuando estás mucho tiempo sentada junto a una ventana que recibe la luz directa, y también si pasas mucho tiempo frente al monitor (la luz de los aparatos electrónicos se conoce como luz azul, y esa también daña las células y te puede manchar).

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La prolongada exposición a los rayos UV puede causar cáncer de piel. (Vestido: Victoria/Tomas)

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Elige el FPS adecuado

De acuerdo con la Dra. Paula Torres Camacho, dermatóloga y dermato-oncóloga del Hospital General de México, y asesora para la marca La Roche-Posay, el factor de protección solar (FPS) “es un índice que se obtiene a partir de la dosis mínima eritematosa (el tiempo en que tarda la piel en sufrir una quemadura al exponerse al sol)”.

No equivale, como tal, al tiempo que puedes permanecer bajo el sol, y la mejor manera de elegirlo es tomando en cuenta tu fototipo. “Hay seis tipos de piel, empezando por el más sensible, que son las pieles muy blancas, pelirrojas, que se queman fácilmente, nunca se broncean y tienen pecas; hasta el tipo 6, las pieles muy oscuras que no se ponen rojas, solo oscurecen más. Entre este rango, el 3 y el 4 es el que más predomina en la población mexicana. Pero hay que recordar que ponerse rojita, aunque después te broncees, ya es sinónimo de daño en la piel y éste es acumulativo”, afirma la experta.

En este sentido, la doctora afirma que cada vez se ven más casos de cáncer de piel en fototipos 3 y 4 y a menores edades que antes, debido a que mucha gente se confía pensando en que su piel no se quema, solo “agarra color”. El sol daña a todos, si bien unos estarán más predispuestos al cáncer de piel, pero el daño se acumula y, en el mejor de los casos, causará envejecimiento prematuro y manchas.

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Si vas a usar repelente contra insectos o maquillaje, aplica primero tu bloqueador solar (Bañador: Wi Paris. Lentes: Top: Jacques Marie Mage. Top: Skall Studio).

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La Organización Mundial de la Salud, junto con la Food and Drug Administration (FDA), encargada de regular los productos solares en Estados Unidos, recomiendan los protectores de amplio espectro con un mínimo de FPS 15 (para pieles menos reactivas) o FPS 30 o 50 para pieles más reactivas o que se queman fácilmente. Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, los bloqueadores con un SPF menor de 15 ahora tienen que incluir una advertencia en la etiqueta indicando que el producto solo ayuda a prevenir quemaduras solares, no cáncer de piel ni envejecimiento prematuro.

Si estás en la playa, reaplica el bloqueador cada dos horas o inmediatamente después de nadar o si sudas mucho, y si estás en la ciudad, cada 4 (incluso en días nublados). Además, el bloqueador no es todo: manténte a la sombra, usa sombreros, lentes de sol con FPS y evita la luz directa entre 10 am y 4 pm.

Antes de aplicarlo, agita tu protector para mezclar todos los ingredientes. Y revisa las etiquetas: aunque te duela, los protectores solares caducan y si no te lo terminaste en las últimas vacaciones, revisa la fecha de expiración impresa en el envase; si no la tiene, tíralos 3 años después de su fecha de producción o de haberlos abierto. Después de ese tiempo, ya no son eficaces.

Finalmente, la Presidenta de la Fundación Mexicana para la Dermatología, Rossana Llergo, afirma que hay que recordar que el daño solar en las células es acumulativo y permanente: a corto plazo se producen manchas en la piel; a mediano plazo, provoca el envejecimiento prematuro; y a largo plazo, puede provocar cáncer de piel. “Hay que dejar de ver el bronceado como sinónimo de belleza o de salud. Es una respuesta de defensa de la piel contra la radiación solar”. Así que cuídate y disfruta del sol sin preocupación.

Créditos sesión de fotos:
Fotografías: Camellia Menard. Estilista: Etienne Jeanson. Modelo: Marloes Stevens. Maquillaje y peinado: Idalmi Perez Roy.

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