Sobre los aperitivos...

Sobre los aperitivos...

Es recomendable ofrecer sencillas entradas para abrir el apetito

En Europa no se considera elegante servir aperitivos complicados, porque pueden quitar el apetito a los invitados para la cena que viene después.

Una buena regla es servir cosas sencillas y un máximo de cuatro: maní (cacahuate) o almendras, unos gouegeres o pequeños pastelillos de queso (¡de los que el chef Alain Ducasse es un maestro!), aceitunas, y en algunos países como España, si acaso unas rebanadas de jamón serrano.

Las bebidas deben ser variadas y fáciles de servir, y en París, por ejemplo, ofrecen champán helado con almendras, quesos y quizás un poco de caviar. ¡Y punto! Esto tiene como funcion “abrir” el apetito y no llenar a los invitados con infinidad de opciones.

Otro requerimiento europeo por excelencia: el uso de pequeñas servilletas ¡de tela!

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