El poder del balance

El poder del balance

Vive más feliz y equilibrada con este plan holístico de cuatro pasos...

Vamos a presentarte una palabra, prácticamente impronunciable, que podría marcar una gran diferencia en tu vida. ¿Lista para leerla? Es koyaanisqatsi, y proviene del lenguaje de los hopis, una tribu de indios nativos estadounidenses. Significa “una vida desbalanceada” y de acuerdo con el sicólogo Gregory L. Jantz, autor de Overcoming Anxiety, Worry and Fear (Superando la ansiedad, la preocupación y el miedo), esa es la raíz de muchos de los problemas emocionales y sicológicos que aquejan a tantas personas en la llamada era digital.

De hecho, un estudio realizado por el Centro para el Control de las Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) reveló que uno de cada 10 estadounidenses sufre de depresión. Y como si esto fuera poco, la Organización Mundial de la Salud (WHO, por su sigla en inglés) pronostica que para el año 2020 la depresión será la segunda enfermedad más común a nivel mundial.

¡UN RAYO DE SOL!

Si las estadísticas han oscurecido tu cielo, alégrate, porque a través de las nubes grises brilla un potente rayo de sol. ¡Hay muchos motivos para estar optimistas! Esta tendencia puede revertirse si las personas toman conciencia de la importancia de mantener una vida balanceada, asegura Jantz. Y aclaramos que si la idea de equilibrar todos los detalles de tu vida se te hace tan difícil como caminar sobre la cuerda floja, te anticipamos que el plan es sencillo: se trata de poner en práctica un tratamiento holístico -que abarca mente, cuerpo y espíritu- para hallar el equilibrio en cuatro áreas clave de tu vida: la intelectual, la afectiva, la física y la espiritual.

“Al alimentar cada una de esas áreas con emociones positivas, puedes hallar el balance”, asegura Jantz, quien tiene más de 25 años de experiencia en el campo de la salud mental. En otras palabras: las personas que sufren de depresión, o que se sienten ansiosas o estresadas, pueden transformar los sentimientos negativos en optimismo, esperanza y alegría. Y con ese plan de acción holístico -y si es necesario conjuntamente con el plan médico o sicológico adecuado- es posible borrar la palabra koyaanisqatsi de sus vidas.

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LOS CUATRO PASOS PARA EL BALANCE

Más buenas noticias: no tienes que estar estresada para obtener los beneficios de este plan. De la misma forma, si sigues (o necesitas) un plan médico o sicológico para tratar la ansiedad o la depresión, recuerda que este es un complemento, no un sustituto para la atención profesional.

PRIMER PASO: INTELECTUAL. “Debes estar consciente de lo que dejas entrar en tu mente”, aconseja Jantz. ¿Ves programas violentos o lees historias en las que siempre triunfa el mal? Quizás piensas que esto es puro entretenimiento, pero lo cierto es que al llenar tu mente de violencia y negatividad, inundas tu espíritu de eso, precisamente. De la misma manera, una dieta constante de noticias escalofriantes y estadísticas pesimistas te da una visión desbalanceada de la vida. Y es que nutrir tu mente con ideas negativas es como alimentar una planta con veneno. Por eso es importante contrarrestar los elementos tóxicos con ideas y sentimientos edificantes. ¡Hay tantas cosas hermosas en el universo! Disfruta con ellas.

“Trata de leer libros positivos y separa un tiempo diario para llenarte intelectualmente con mensajes alentadores y constructivos”, aconseja Jantz. En otras palabras: determina si eso que “consumes” mentalmente es comida chatarra para el cerebro y haz una elección más sana. Busca todo aquello que te ayude a sentirte inspirada, optimista y llena de fe.

SEGUNDO PASO: SOCIAL. A veces, esa persona tan querida es la misma que apaga tu espíritu con sus críticas, sus quejas o su actitud pesimista. Si no puedes alejarte de ella físicamente, aprende a “desprenderte” emocionalmente. ¿Cómo? Sentando límites y haciendo respetar tu derecho inalienable de ser una persona aparte, con sus propios criterios y su manera de ser. Por otra parte, si estás enfrascada en una lucha de poder con otra persona, recuerda que en el mismo instante en que dejes de tratar de cambiarla o de ganar su aprobación, serás libre. Usa esa energía que has liberado para atraer a tu vida personas afines, con las que te sientas realmente a gusto.

“Piensa en alguien con quien te gusta hablar, alguien divertido, que te hace sentir bien contigo misma. Haz un plan para compartir con esa persona esta semana, aunque solo sea por un ratito. Exprésale tu aprecio por su presencia positiva en tu vida”, recomienda Jantz.

TERCER PASO: FÍSICO. Ya sabes que realizar algún tipo de actividad física no solo ayuda a mantener tu organismo saludable, sino que mejora tu estado de ánimo. Esto se debe a que el ejercicio hace que tu cerebro segregue las llamadas hormonas de la felicidad, como la endorfina y la serotonina. Si tienes algún tipo consulta con tu doctor para que te recomiende el ejercicio adecuado para ti.

“La actividad física es una maravillosa manera de promover la salud emocional. Realiza algún tipo de ejercicio suave esta semana. Da una caminata por el vecindario o pasea por el parque. La meta es hacer que tu cuerpo se mueva y que puedas enfocarte en algo aparte de ti, como tu entorno. Saluda a tus vecinos, observa a alguien jugando con el perro en el parque. Amplía tu mundo para incluir las cosas positivas que te rodean” señala Jantz.

CUARTO PASO: ESPIRITUAL. Hay personas que ven el plano espiritual como algo aparte, que solo “visitan” una vez a la semana. Pero la necesidad de nutrir el espíritu siempre está con nosotros, de acuerdo con Jantz. Este es el que nos eleva y nos comunica con lo intangible y lo esencial. Incluso si no practicas una religión, puedes tener una vida espiritual plena dedicando un tiempo para la reflexión, la meditación y la fe. Te sentirás renovada, inspirada y en paz contigo misma y con el mundo.

“Aparta un tiempo en tu vida para nutrir tu espíritu. Si eres miembro de una organización religiosa, asiste a la iglesia esta semana. Si no eres una persona religiosa, escucha música para meditar y pasa un tiempo reflexionando. Realiza una actividad que te revitalice y te conecte con tu espíritu”, es el consejo de Jantz.

Estos cuatro pasos, tan sencillos y edificantes, te ayudarán a mantenerte equilibrada en mente, cuerpo y espíritu.

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